B.Y

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Lunes 12 de agosto, 2019.

BRANDON YEAGGER.

La organización más grande del mundo se cae a pedazos gracias al mal manejo de sus líderes. —me burlo leyendo la nota. Observo a los tres... Corrijo, cuatro hombres de rodillas atados a grandes cadenas, los grandes protectores de la Princesa Demente. —Gracias a nuestro querido Dage Thyssen, los miembros fueron cayendo en busca del traidor... Sangre inocente... Justo lo que me satisface.

—¿Que se supone que quieres hacer ahora? Tenemos un plan, Brandon. —espeta de brazos cruzados, Thalie Hanner ¿Que haré contigo? —No puedes cambiar las cosas sin consultarnos.

—Ya te había dejado en claro el jodido propósito. —la encaro. —Te traje al puto y único Cavalier, VIVO. —resalto esta última palabra. —Disfrútalo y deja de joderme.

—¡No puedo hacer eso, idiota! —se acerca, resonando los grandes tacones. —Necesito que hagas lo que hizo Darrik con ella, pero en ellos. —ladea la cabeza en su dirección. —Te dejaré de joder cuando me des lo que quiero. Y falta Kyler, ¡No pienso dejarle a ninguno!

—La avioneta se estrelló. —Regina entra atropellando la puerta, fumigada en perfume caro de prostituta. —¡Acabo de cobrar unos favores y creemos que está muerta! Su patética amenaza duró unos segundos.

Dudo que el feto siga con vida y en parte me molesta, porque sé que es mío, yo hice que fuera así.

Ella estará aquí en dos días, logró entrar con el acceso de la zorrita, nadie sospecha que es sólo una impostora. —cambia de tema. Repara sin disimulo a Alexer y luego a Darrik. —Pensarás repartir los trofeos, ¿Verdad? Esta estúpida no ha hecho nada más que meterse bajo las sábanas de arturo, es lo único que sabe hacer.

Casi inunda la habitación de baba cuando sus ojos se posan en Dage, lo tengo aquí en caso de emergencia.

Los tres están inconscientes, Thalie se aseguró de colocarle cadenas alrededor de la cadera y costillas de Alexer, Darrik es peor que una patada en el hígado con sus técnicas de manipulación.

Salgo del sótano seguido de Nathalie y Regina, nos dirigimos a la oficina en donde tengo las cámaras de la mitad del mundo trabajando por encontrarla.

No puede ser tan perfecta, en algún momento dará un paso en falso.

—Ella es Rosetta. —deja entrar a una mujer de cabello rubio, ojos negros, caderas anchas y una cicatriz en la mandíbula. —Es sicaria, de las mejores, te la traerá hecha filete para cuervos.

—¿De donde la sacaste? —inquiero juntando mis manos.

—La encontré vendiendo droga de los Rediell. Su padre le robó una gran cantidad a Devan Rediell antes de morir a manos del mismo. —me explica dejando sobre el escritorio un folio con los antecedentes y todo sobre la sicaria.

Mis ojos captan la figura de Aider Snow, con las marcas de tortura que aún no desaparecen del todo. Estuvo como un perro, lo encontré con la mano llena de gusanos y descomposición activa, se la tuvieron que amputar. Dage le suministró las mismas drogas que Aider a su hermana, aún no sabe que está aquí, podría matarlo y joder mis planes.

—¿A quien tenemos que aniquilar?

Me deleito con la nueva mujer aunque no tiene el cuerpo entrenado, ni el fuego en la mirada, no tiene nada peculiar más que ser como Nathalie; rubia y sin opciones.

—Sage Thyssen. —la coja a mi lado pulsa una tecla del portátil. —No es una oponente fácil, se cargó a la cúpula y tiene un entrenamiento profesional. No está sola, tiene a un pelirojo de su lado.

RHYSS. [AKDR #4]. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora