Dragón Púrpura

Capítulo 4

Me voy al apartamento, queda cerca de la universidad y mi trabajo, no lo había notado,  entro, me voy directo al gran armario y pongo mi poca ropa en él, me siento extraña, aún no creo que me hayan regalado un apartamento tan hermoso como este, como si me regalará un confite de 50 pesos, siempre me imagine una casa así. 
Me voy a la cama y esta desordenada, así como la dejamos después de tener sexo.
Me acuesto  hasta el siguiente día, es sábado, voy a la nevera a ver si encuentro algo, increíble pero si hay comida. Amo esta mujer.
Pongo un plato y me sirvo cereales y leche. El apartamento tiene de todo. Me pongo a ver un poco de tele en lo que desayuno, poco a poco la hora de irme al trabajo se acerca voy al baño y me doy una ducha y me voy al trabajo, me aseguro de cerrar la puerta.

Me dirijo al ascensor, donde me encuentro a unas señoras muy elegantes.

- buenas tardes, saludo educadamente. Las señoras responden el saludo.
Tomo un taxi y me voy al trabajo, tampoco es que quede tan cerca, pero si se puede ir uno caminando, pero no quiero hacerlo hoy. Llego al restaurante me pongo mi delantal. Hay gente bastante. Así que empiezo mi trabajo.

C: oye adelayn, será que podemos hacer un cambio, lo que pasa es que en aquella mesa de allá, señala con la mirada a un chico muy simpático -  esta alguien que me gusta y quiero atenderlo.

- ok, no te preocupes, que mesa tengo que atender?

C: la que queda por allá en el pasillo, más privado. La mesa trece.

- claro.

C: ya yo tengo el pedido de las mujeres, tu solo tienes que llevarlo y cobrar.

- claro.

Espero a que el encargado en la cocina me diga que todo esta listo, llevo la badeja a la mesa trece, hay una pelirroja de espalda, por un momento pienso que es juliane y sonrió, pero al mirar el largo de el cabello me doy cuenta que no es ella, muy amablemente saludo, pero mis ojos y mi cuerpo, y quizás corazón, quedan estáticos al ver a la mujer que estaba de espalda. Mis labios solo logran articular una palabra.

- wilhemina.