Capitulo 11

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Los brazos del morfeo son reconfortantes, hasta que la luz de mi habitación se enciende de golpe.

J: dónde estabas?

- apaga la luz y deja dormir por favor. Digo somnolienta

J: disculpa, pero, necesito una explicación.

-que quieres? Digo con mi cabeza entre las almohadas.

J: con quién estabas, fui a recogerte como de contumbre pero no estabas, una chica me dijo: "acaso usted no fue la que vino a recogerla ahorita". Dice irónicamente. -  creo y si no me equivoco la otra mujer pelirroja era la tal wilhemina. ¡dime!

-si, mierda, si estaba con ella.
Digo mientras me pongo en pie.

Ella me toma del brazo, el olor a alcohol invadió mis fosas nasales, esta borracha.

J: dime que no pasó nada.
Sus ojos me miran expectantes de una respuesta.

-qué quieres que te diga, que no tuvimos sexo, pues no, desafortunadamente.
J: ella no es para ti.
Veo como traga y sus ojos se cristalizan.

-y tú si, tu si eres para mi, ¡eres casada! Y no me lo dijiste.

J: ¡tampoco lo preguntaste! Dice mientras toma su cabello con desesperación.

- acaso debí preguntar, tú debiste hacerlo  desde un principio, me lo ocultaste, cada vez que te llamaba tu querido y simpático esposo, te ocultabas de mí.

J: no estamos bien.
Dice mientras se sienta en la cama.

- él parece amarte.
Digo mientras me siento a su lado.
El silencio protagoniza nuestro juego de no interrumpirlo.

J: él, simplemente es... No lo sé. Parece amarme, y yo no sé si lo amo.

- humm.

J: creo que aún lo amo, solo estamos pasando una mala etapa.

- entonces por qué jugaste conmigo y me diste este apartamento.

J: me hiciste revivir sensaciones que había olvidado sentir... Un orgasmo. Ella sonríe - una ginecóloga tuvo que buscar y seducir una hermosa chica, con sentimientos hermosos, para que me regalará el placer que mi esposo no me da.

- vaya.

J: te di el apartamento, aún que no fui yo realmente.

- qué estas diciendo?
Mi cara tiene expresiónes confusas.

J: mi esposo sabía todo desde un principio, él te vigilo, observó el estado en el que vivías, vio que eras lesbiana y joven, así que supuso que serias perfecta para mí.

- qué carajos?

J: shh aún no termino, mi esposo es eunuco, tuvo un grave accidente, y quedo sin miembro, así que el quería complacerme.

- no sé que decir.
J: es extraño lo sé, pero lo hizo por amor a mí, por eso te pedí, que no pusieramos etiquetas. Tu fuiste muy buena conmigo y mi esposo quizo premiarte con este regalo, que fue como arrancarle el pelo a un gato, uno muy peludo. Dice mientras sonríe. - quiero que sepas que no nos debes nada, y jamás te sacaran de aquí.

- por qué dijiste que wilhemina no era para mi.
Hablamos con más calma, ella parece estar tranquila.

J: conozco a mi amiga lilith, desde la universidad, es magnífica.

- que tiene que ver ella en todo esto, esa tal lilith.

J: recuerdas la mujer rubia que compartía mesa con tu amada.

- si.

J: ella es lilith, ella es la prometida de tu wilhemina, pero parece que esta boda se ira a la mierda con tu aparición, wilhemina parece amarte, y como es ella de perra, de seguro dejará  a mi amiga.

- qué?

Dragón Púrpura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora