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- ¿Me vas a besar hoy, o tampoco? - la pelinegra solamente le miraba a los ojos, como si fuera lo más hermoso del mundo, nada le importaba ni siquiera el lugar donde estaban, eran ellas dos y nada más.
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- ¿Sabes? Te merec...
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(...)
Hermione se encontraba leyendo un libro en las gradas del campo de Quiddicht, aquel día decidió acompañar a Lyra para ver su último entrenamiento antes del partido contra Ravenclaw. Harry ya no estaba tan molesto con Hermione por lo de su escoba y Mcgonagall ya se las había regresado una semana atrás. Ron por su parte seguía furioso por el tema de su rata y apenas le dirigía la palabra a la chica, claro que no quería reconocer que la necesitaba en algunas ocasiones pero era muy orgulloso para decirle algo.
Escena retrospectiva
— Está escoba no me entiende en lo absoluto — bufo una Lyra molesta soltando con fuerza la escoba que sostenía en su mano. Durante los entrenamientos Lyra se vio obligada en usar una cometa 260, la cuál según ella "no la entendía".
— Solo es una escoba Lyra, no entiendo por qué dices eso — Hermione esperaba a que Lyra se pusiera ropa seca, la castaña estaba fuera de la zona donde la chica se estaba cambiando.
— Mi saeta era mucho más rápido — Lyra después de un rato salió con su suéter de Quiddicht y un pantalón nuevo y seco. Fuera estaba cayendo una tormenta y aún así Oliver, el capitán del equipo de Quiddicht de Gryffindor, los obligaba a entrenar bajo esas condiciones.
— ¿La probaste antes? — Hermione comenzó a caminar a la par de la azabache cubriéndose así mutuamente con la sombrilla que la castaña había llevado.
— Si, la mañana en que la recibí salí a probarla con Draco y Blaise, ¡Merlin! Era tan rápida, ellos ni siquiera podían alcanzarme — el tono de emoción estaba presente en Lyra, Hermione sonrió inconscientemente al verla tan contenta de esa manera.
— Lamento lo que pasó con Mcgonagall, ya sabes... Debí preguntarte primero o algo — Hermione se notaba algo apenada por aquello. Lyra había contado al menos unas 100 disculpas en la semana y las mismas 100 veces le dijo a la castaña que todo estaba bien.
— Mione... Ya hablamos esto, no tienes la culpa de eso, solo querías cuidarme y lo comprendo — Lyra se detuvo en seco mientras se giraba y colocaba una de sus manos en el hombro de la chica puesto que la otra estaba ocupada sujetando la sombrilla — Igual puedo intentar usar la cometa que Oliver nos prestó a Harry y a mí —.
— ¿No que no te entendía? — pregunto un poco burlona la chica mientras retomaban su camino hacia el castillo.
— No, no lo hace pero es mejor eso a no tener ninguna escoba — se encogió de hombros la chica.
Ambas chicas ya estaban en la entrada del castillo, Lyra había bajado la sombrilla que las cubría y la sacudió un poco para quitar un poco de los rastros de agua que tenía para posteriormente doblarla y llevarla firmemente en su mano.
