Primera impresión.

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Recién había amanecido en la gran isla continental de Jonia, para el peliblanco el día anterior fue uno de los peores de su vida al descubrir la traición de parte de sus "protectores" y de como planeaban usar a Irelia para hacerlo más poderoso, algo que lo enfureció, por eso mismo ahora está en dirección a salir del templo para encontrarse con alguien.

Caminaba por los pasillos oscuros y fríos, había unas cuantas puertas cerradas que sabía que conducían a bibliotecas y salas de reuniones, incluso para un anciano amargado este lugar sería demasiado simple.

Caminó un buen rato y ya casí estaba por la salida cuando una figura se postró frene a él.

Un hombre de al menos 30 años, cabello negro y una mirada sería, complexión musculosa y de gran estatura, vestía una túnica de color negro con adornos de distintos colores.

Damian:Maestro Dae, estaba por ir al bosque para practicar un poco sin que nadie me interrumpa. Dijo serio.

El hombre identificado como Dae era el adulto que más tiempo pasaba con él, pero no era por qué lo quisiera o lo apoyara, de echo era el encargado principal de su entrenamiento físico y uno de los líderes del templo, se podría decir que hacia la función del vigilante para él.

Dae:Ya veo, bien te daré el permiso, pero mañana será una prueba importante así que te sugiero que no entrenes tanto, debes estar en tu mejor condición. Dijo con "preocupación"

Por dentro el peliblanco estaba dando arcadas debido al asco que sentía de escuchar esas palabras, más cuando el nombre de su maestro estaba en casi todos los papeles que mencionaban el plan de secuestro.

Damian:Lo se maestro, no entrenaré mucho, tal vez me relajé por ahí. Dijo con normalidad.

Después de eso él peliblanco empezó a caminar hacia la salida bajo la atenta mirada de aquél hombre.

Dae:"Tengo un mal presentimiento... No debe ser nada, es solo un niño". Pensó con despreocupación.

Una confianza que terminaría pagando caro esa misma noche.

Ya estando fuera de aquel templo, Damian empezó a correr con gran rapidez en una dirección contraria a dónde siempre va.

Pasarón cerca de 30 minutos para que el peliblanco llegará a una parte muy lejana del templo y del pueblo donde vivía Irelia, el tenía una muy buena condición física por lo que corriendo a su máxima velocidad podría llegar en poco tiempo a ese bosque, un lugar que había explorado hace un tiempo y donde terminó por conocer a una amiga bastante... Interesante.

Llegó hasta aquel bosque bastante distinto al que vivía, este tenía una vibra aún más mágica y parecía un lugar que solo existiría en sueños, caminó un buen rato siguiendo las extrañas luces de color azul que se formaban en el mismo aire, esto no era más que maná en estado puro, muestra de que este lugar era un punto de reunión para la energía mágica de casi toda Jonia.

Llegó hasta unas grandes piedras donde se subió a la más grande y se sentó en pocisión de meditación, empezó a liberar un poco de su energía mágica hacia afuera de su cuerpo, su cabello empezó a flotar muy levemente, las líneas azules en el aire se hicieron aún más visibles y el ambiente se sintió más pesado, eso era gracias a la gran densidad de su maná, algo extraño en un niño de su edad, ya que aveces nisiquiera los ancianos expertos en el control de la magia llegan a acumular maná tan denso.

Al cabo de un rato haciendo lo mismo de manera controlada el peliblanco escuchó unos ruidos en las cercanías, los sonidos de pisadas veloces y arbustos moviéndose no pasaron desapercibidos por sus entrenados sentidos.

Damian:Se que estás aquí, solo sal y deja de jugar, esto es importante. Dijo seriamente.

Las pisadas se volvieron más claras y aquella presencia sigilosa se acercaba con mucha confianza hasta aquellas piedras donde estaba sentado el peliblanco.

El Eclipse [A League Of Legends History]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora