El Eclipse [A League Of Legends History]

Orgullo Demaciano

"Eso es todo señor, los de reconocimiento no pueden llegar más allá por temor a ser descubiertos"

Dentro de una carpa en lo que parecía ser un campamento militar, había varias figuras envueltas en armaduras de aspecto elegante que rodeaban una mesa sobre la cual había muchos papeles.

Pero a la cabeza de todas esas personas, había un hombre que vestía con un armadura más extravagante, en su mano descansaba una gran lanza la cual tenía atada una bandera en el extremo del mango, poseía un casco cuyo aspecto recordaba a una corona, y la mirada en su rostro era la de un líder.

Jarvan:Así que estamos cerca de hacerlos retroceder finalmente del pueblo de Trin?

El ambiente en el lugar era serio, pero dentro de todo, optimista, ya que finalmente y después de un mes de constantes enfrentamientos, podrían hacer que Noxus cediera territorio.

Después de la batalla completamente inesperada hace casi tres meses en la que el príncipe de Demacia había adquirido una nueva visión, habían sucedido ciertas cosas.

Para empezar, toda la nación creía que Noxus seguiría atacandolos, iniciando una guerra nuevamente, pero enorme fue la sorpresa cuando no recibieron un ataque otra vez.

A las pocas semanas, llegaron noticias a través de la asociación comercial con Piltover sobre algo muy importante.

Noxus intentaría volver a invadir Jonia.

Eso sin duda fue una noticia impactante para ellos, y Jarvan pensaba que si los Noxianos lograban tener éxito, la guerra que tendrían que librar contra ellos después sería mucho peor.

Había estado entrenando con sus soldados más habilidosos y su círculo más íntimo, en el que figuraban Garen como guardia de la corona, Fiora como la mejor duelista que podría haber en Demacia y xhin zhao como un soldado muy fuerte y habilidoso el cual estaba aliado fielmente a Demacia gracias a su amistad con el mismísimo rey.

Había intentado superar sus límites, tenía que volverse en el mejor de todos si algún día quería heredar el trono de su padre para proteger a su nación, y lo sucedido hace meses era una buena inspiración para él.

Cada que caía desfallecido por el entrenamiento, cada que sus músculos le dolían y parecía que no podía seguir más, una imagen regresaba a su memoria.

Todo estaba envuelto en el sonido de la batalla y la luz del fuego, no podía enfocar su vista en nada excepto por lo que tenía justo en frente.

Una figura fuerte y alta, una cabellera blanca y manchada con sangre la cual se mecía con el viento, y en sus oscuros ojos negros, solo había vacío, un frío vacío que le transmitía decepción burla y desprecio.

Esa imagen hacia que se levantara, que el dolor en sus músculos no le importara y que su espíritu se revitalizara, porque recordar como un extranjero que no tenía nombre hasta antes de escucharlo de su propia boca fuera capáz de llevar adelante SU batalla mejor de los ye él lo hubiera hecho... lo enfurecía.

Que alguien que no tenía un lugar legítimo en su nación tuviera más respeto de su padre que él mismo.

Su propio hijo!

Lo enfurecía aún más.

El tipo haciendo comentarios y bromas con su padre como si fueran simples amigos lo molestaba, más aún cuando veía a su padre reaccionando sin más, él siendo su hijo siempre fue criado para mostrar respeto al rey como el resto incluso si la sangre los unía, no podía concebir esa idea, pero la había visto con sus propios ojos.

Maldición, incluso Garen hablaba bien de él como alguien con espíritu, destreza y honor suficiente para estar entre ellos, además de deberle la vida con gratitud.