Aquella noche.

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El Sol estaba en el horizonte, el cielo antes azúl se había vuelto naranja y poco a poco en negro.

En un pequeño monte lleno de pasto y tierra había una figura de pié.

Una niña pelinegra de ahora 9 años de edad, estaba vestida con ropa típica de Jonia, a diferencia de otras regiones, en la continental isla Jonia era muy común ver a personas usando túnicas o ropajes simples y largos, la diferencia en esta ocasión es que la niña tenía una túnica más adornada, de un color rosa y azul con algunos toques en plateado, tenía bordados de flores y hojas de árboles.

La pequeñas estaba con una gran sonrisa en su rostro mientras miraba como el Sol bajaba poco a poco en los límites del mundo.

Irelia:"Hoy fue un muy buen día, mis papás y algunos amigos me felicitaron por mi cumpleaños... Pero está siempre es la mejor parte". Pensó feliz.

Después de unos minutos alcanzó a ver una silueta que se acercaba a su dirección, una cabellera blanca estaba caminando en dirección a ella con tranquilidad.

Su corazón se movió por unos instantes y empezó a ponerse nerviosa, pero rápidamente calmó su respiración y se relajó, no quería dar una mala imagen.

Finalmente aquel muchacho de cabello blanco terminó por detenerse delante de ella, la diferencia de altura era bastante y parecían de distintas edades, pero eso no evitó que la pelinegra le diera un fuerte abrazo, el peliblanco correspondió con calma y así estuvieron un rato, compartiendo nada más que un bello momento entre ambos.

Irelia:Siempre tan puntual. Dijo con una sonrisa.

Damian:Sabes que no llego tarde nunca para este momento.

Irelia:Y que me dices de hace dos años?

Damian:Eso no fue mi culpa! Simplemente no encontraba que regalarte. Se excusó.

Irelia:Jajaja, ya lo sé, no te preocupes.

Ambos tomaron asiento en el suelo y se quedaron mirando el atardecer mientras que la pelinegra compartía con él todo lo que había sucedido durante el día.

El peliblanco escuchaba atentamente todo con una sonrisa, pero en el fondo le dolía tener que hacer lo que ya había planeado.

Irelia:Y mis padres preguntaron por ti, creyeron que estarías en la casa hoy pero les dije que no podías, aunque no me has dicho porque no llegaste al punto de encuentro.

Punto de encuentro, el nombre con el que se bautizó aquél lugar donde se conocieron por primera vez, fue tomado como la zona donde siempre se reunían, no importa si se quedaban ahí el resto del día o tenían planeado explorar algún otro lado, siempre se encontrarían en ese lugar.

Por eso que el peliblanco no llegara por primera vez desde que se conocen la preocupó bastante.

Damian:Sucedió algo con mis maestros en el templo, no pude llegar ahí pero mínimo llegué aquí no? Fue bueno planear un punto de encuentro B. Mencionó con gracia.

Irelia:Ya veo, y si fue una buena idea.

Hubo un rato de silencio, pero no era incómodo, ambos tenían una amistad tan fuerte y duradera que incluso si llegaran a estará en silencio un día entero, no sería aburrido para ellos.

Al cabo de un rato Irelia reunió todo el valor que tenía y se acercó más al peliblanco, estaba pegada a el y con un gran sonrojo en su rostro puso su mano sobre la de él, apoyó su cabeza en el hombro del peliblanco y cerró con fuerza los ojos para no ver su reacción.

El chico estaba sorprendido por lo que había echo su amiga y también se puso nervioso, pero eso no fue impedimento para apretar más su agarre sobre la delicada y suave mano de la pelinegra.

El Eclipse [A League Of Legends History]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora