Yo soy...

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[En este capítulo no pondré mensaje al final, así que todo aquí XD

Disfrútenlo, porque en lo personal, es el que más me ha gustado escribir hasta ahora

Gracias y continúa :3]
(10756 palabras)

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Shurima... Una región antigua y misteriosa, llena de cosas que asombrarían incluso al hombre más experimentado.

Su vasto territorio compuesto por la ardiente arena lo hacía un lugar en el que pocos se atrevían a vagar sin rumbo, pero desde la caída del antiguo imperio Shurimano y la muerte del gran emperador Azir, el lugar se ha visto en decadencia.

Las grandes capitales fueron abandonadas, algunas cubiertas de arena hasta ser enterradas en el olvido, otras se volvieron ciudades donde la gente se reunía para vivir y comerciar.

Pequeñas zonas en medio del desierto donde la gente intentaba hacer una vida.

La mayoría comerciantes, otros muchos mercenarios y exploradores, en general, la vida era dura, pero se mantenía aunque sea algo de orden.

Pero eso no era todo lo que podías encontrar en el territorio de las arenas doradas, en las zonas donde nadie se atrevía a entrar, en las arenas olvidadas por los dioses, se escondía algo, un peligro que se encontraba asechando pacientemente desde hace mucho tiempo, ese mismo peligro que había causado caos en Shurima hace tanto tiempo.

Él aún podía recordar un poco, un atisbo de luz tan lejano que era inalcanzable para su alma, una época en la que fue un heroe para su gente, en la que era la justicia de Shurima y demostraba su fuerza ante sus enemigos con la filosa hoja de su espada.

Lo recordaba, una luz tan brillante que lo hizo cambiar, lo hizo algo más que un simple humano, una luz que lo volvió... Un ascendido.

Fue hace tanto tiempo que ya no lo recuerda bien, todo eran voces y siluetas tan difuminadas y lejanas que nunca podía alcanzarlas, cada que intentaba ver más allá, todo era oscuridad y muerte.

Todo era dolor y la más incomprensible locura que nunca hubiera podido imaginar, todo eran mounstruosidades grotescas que buscaban consumirlo todo, todo era sufrimiento y aún así, parecía tan... Vacío.

Después de eso, después de aquella batalla que nisiquiera recuerda como empezó no podía estar en paz, el simple hecho de seguir existiendo era doloroso, cada segundo teniendo que rememorar esos días, lo odiaba, lo único que quería era paz, era por fin dejar de sentir dolor, no sentir nada...

Después de eso, se volvió un ser de locura y dolor, empezó a creer que tal vez y solo tal vez, si acababa con todo, él también podría dejar de existir, si lo mataba todo, entonces no habría nada, y podría dejar de sufrir.

Fueron momentos de extremo dolor y sufrimiento los que lo hicieron decidir en ese entonces que se volvería un destructor, se volvería la perdición de la vida misma, de la existencia, del tiempo, de todo!

Pero entonces, lo encerraron, su ser confinado a la que alguna vez fue su preciada arma, ahora poco más que una prisión, pero eso no lo detendría.

Pasaron años, décadas, siglos y milenios enteros, pero entonces, fue encontrado, cuando eso sucedido, pudo despertar.

Poco a poco, aquella pobre alma que lo había encontrado en un lugar olvidado por todos fue consumida mientras tocaba el mango de la gran espada, él podía sentir de nuevo un cuerpo, pero el dolor nunca se fue.

Ahora tenía nuevamente un cuerpo, un medio para cumplir su misión, toda luz que alguna vez hubo en él se había extinto, no había más que dolor e ira, y se encargaría que el resto del mundo conociera la muerte.

El Eclipse [A League Of Legends History]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora