III

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Meritxell se planta firmemente sobre el piso y abre sus palmas creando unos poderosos rayos de color purpura que son intimidantes y cautivadores al mismo tiempo, pero estoy segura que si tengo el más mínimo contacto con alguno terminaré muerta. 

-¡YAIZA CORRE! –me grita mi hermana mientras toma una postura de combate

-No puedo, me tiene atada –le digo

La sombra del demonio de Varsha comienza a desvanecerse pero perfectamente vi como entraba al cuerpo de Meritxell, aunque también una pequeña parte entró en mí ser.

Liberé un grito de dolor y sentí perfectamente como tomaba el control de mi cuerpo, era como si un ladrón hubiera entrado a robar algo que no le pertenece.

***

Abrí los ojos con dificultad cuando volví a recuperar mis sentidos y vi como Meritxell luchaba a diestra y siniestra contra mi hermana, ella se defendía como podía pero era evidente quien ganaría en esto, la habilidad de Meritxell la superaba y por mucho, además los rayos que salían de las palmas de mi hermana eran de otra coloración, eran amarillas con anaranjado.

De pronto la soga invisible que me envolvía dejó de presionarme y fui liberada, giré en mi entorno logrando ver a mi mamá y a mi papá corriendo a toda velocidad a mi lado. Mi madre estaba murmurando unas palabras inteligibles y mi padre también le seguía el paso.

Jeannette vuela por los aires con mucha fuerza chocando contra mí y ambas salimos arrastradas por el piso formando una gran zanja profunda sobre la tierra.

-¡DÉJALAS EN PAZ MALDITO DEMONIO! –grita mi madre enfurecida

-¿Vienen a defender a sus hijas? -dice Meritxell con una sonrisa burlona -¿O a terminar su trabajo de liquidarme? –levanta una ceja desafiante sin borrar la sonrisa de su rostro

-No queremos lastimarte, así que no nos obligues a hacerlo porque te arrepentirás –dice mi padre con la mirada fría y calculadora

-No son rivales para mí -se burla Meritxell -Y deben de saber que su hija es patética en combate, que decepcionante, no es la última vez que nos vamos a ver, traten de prepararse como mínimo

Chasquea los dedos y con unos movimiento de sus manos termina desapareciendo sin dejar rastro.

Mi mamá me ayuda a ponerme de pie con mucho cuidado y mi padre ayuda a mi hermana, que traía varia heridas y sangre brotando de ellas.

-¡¿QUÉ DEMONIOS FUE LO QUE ACABA DE PASAR?! -grito histérica y ya no pudiendo contenerme por más tiempo

Me sentía completamente abrumada por todo esto.

-Tenemos que regresar a casa -dice mi madre

-¿Después de todo lo que acaba de pasar? –le pregunto incrédula -¿De verdad? –respiro con frustración –Estuvieron a punto de meterme un demonio y ustedes quieren que vaya a casa

-Cariño este no es el lugar... -dice mi padre pero lo interrumpo

-Claro que lo es o lo será porque exijo respuestas en este mismo instante

-A tu padre y a mi hace unos años nos dieron una misión, terminar con unos brujos muy poderosos, que iban a hacer un pacto con uno de los seres más peligrosos y poderosos del inframundo, eso los haría indestructibles, no podíamos permitir que eso pasara -dice mi madre -Logramos someterlos, pero su hija salió gateando de la habitación y tuvimos que retenerla

-Ellos lucharon con más fervor por su hija –dice mi padre –No tuvimos otra salida, más que matarlos

-¿Delante de su hija? –pregunto incrédula

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora