XXII

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Regreso a la realidad con las mejillas empapadas de lágrimas, cada célula de mi cuerpo estaba temblando, un dolor agudo en mi pecho estaba creciendo y me impedía que pudiera respirar con normalidad. 

Ahogo un llanto y me doblego abrazándome a mi misma mientras lloro con todo el dolor de mi ser, jamás había sufrido de está manera.

El dolor me estaba carcomiendo lentamente. 

Las personas que considero mis padres son unos asesinos, ellos mataron a mi verdadera mamá, la dejaron tirada en un charco de sangre y a mi papá biológico lo mataron envuelto en llamas purpuras y moradas sin piedad. 

Estaba pasando por una agonía tan fuerte que terminé desmayándome. 

 ***

Despierto sobresaltada con un puñado de dolor en el pecho y miro a mi alrededor. Ha amanecido, estoy recostada sobre la hierba verde y fresca. 

Me reincorporo y todas las imágenes de la muerte de mis verdaderos padres me abruma, las lágrimas vuelven a salir, recuerdo el miedo que sentí, la ansiedad, preocupación, el sentimiento de no haber podido protegerlos. Esa soledad que no sabía que dentro de mi se guardaba. 

-Admito que no esperaba que todo eso hubiera pasado contigo y tu familia -escucho la voz de Meritxell acercándose

Me abrazo a mi misma y no levanto la mirada. 

-Creí que serías una bebé de brazos cuando ocurrió todo, como yo 

-¿Cómo es que pude olvidar algo así? 

-Supongo que hicieron un hechizo -dice con tranquilidad -Ellos crearon una nueva realidad para ti y supongo que también involucraron a Jeannette, porque es más grande que tú así que agregaron imágenes en su cabeza del embarazo falso de la madre, a ti de bebé jugando, no lo sé, solo puedo asegurarte que también han jugado con ella todos estos años 

-Mis padres no eran malos ¿O si?

-No los conocí, no puedo responderte eso

-No estaban haciendo nada malo, mi padre estaba leyendo su periódico y mi madre tejiendo -la miro con dolor -¿Qué mal pudieron hacer?

-No lo sé 

Me doblego de dolor otra vez y trato de respirar antes de que vuelva a desmayarme. 

-Me quiero morir -le digo sin aliento -Una apuñalada dolería menos que todo esto ¿Por qué tengo que pasar por todo esto? ¡¿POR QUÉ?! -grito desesperada 

Meritxell se sienta a mi lado y me mira. 

-¡¿QUÉ?! ¡¿ACASO ESTÁS DISFRUTANDO DE MI SUFRIMIENTO?! -le grito con rabia 

-No -lo dice sin levantar la voz, sin inmutarse y con toda la sinceridad que puede expresar su mirada 

-¡LARGATE Y DÉJAME SOLA!

-No puedo hacer eso 

-¿POR QUÉ NO? ¡LARGATE! ¡DÉJAME LLORAR EN PAZ! -le grito con frustración -¡ERES UN MALDITO FENOMENO QUE DISFRUTA VER SUFIR A LA GENTE! ¡ERES UNA MALA PERSONA! ¡TÚ ME PROVOCASTE ESTE DOLOR QUE ME ESTÁ MATANDO LENTAMENTE!

-No he sido yo, son tus recuerdos y tu verdad lo que está generando ese dolor, yo no tengo nada que ver 

Grito con dolor y comienzo a golpear el piso con desesperación. 

-¡Haz que pare! -le suplico -No lo soporto, por favor, por favor -le ruego 

-Tienes que aceptarlo, enfrentarlo por ti misma Yaiza, no puedo ayudarte con esto 

-Ellos... ellos los mataron... a sangre fría... me han mentido todos estos años, estamos fingiendo ante el mundo entero ser la familia perfecta y llena de amor, ellos... ellos... son unos monstruos 

-Estoy de acuerdo con eso -me dice mientras mira hacía el horizonte 

Un viento helado nos cubre y siento tanto frío que me pongo a temblar, ahora no solo del miedo y de la preocupación, sino que también se le une el hecho de que esta haciendo mucho frío a nuestro alrededor. 

Las horas comenzaron a pasar con más lentitud de lo que yo recordaba. Estaba en el suelo en posición fetal, tratando de aceptar todo. 

-¿Has hecho tú la alucinación? -le pregunto en susurro 

Pero estamos rodeadas de tanto silencio que estoy convencida de que me ha escuchado. 

-No, jamás he sido capaz de causar tanto sufrimiento con mis alucinaciones, además aunque te parezca difícil de creer no tengo la mente tan retorcida como para crear semejantes escenarios

-¿Cómo es que sabes lo que vi?

-Entre a tu mente mientras revivías todo lo ocurrido 

-No me pediste permiso para hacerlo 

-No sabía que lo necesitara 

-¿Odias a mis padres?

-Los odio desde que mataron a mis padres y fue mucho antes de que asesinaran a los tuyos 

-¿Qué hay de tus recuerdos?

-Era una bebé que apenas y podía gatear -me dice suspirando con tranquilidad -Simplemente los degollaron y destazaron enfrente de mis ojos, les prendieron fuego mientras celebraban la caída de dos grandes hechiceros 

-¿Qué ocurrió después?

-Me vieron y caminaron hacía mi, ella se acercaba con palabras dulces y tiernas, pero Varsha hizo presencia ante ellos y me llevó lejos 

-Tuviste suerte 

Ella me mira sin decir nada y vuelva a girar su rostro perdiéndose en lo que probablemente sean sus recuerdos. 

-¿Te costo mucho aceptar lo que había pasado con tus padres?

-No 

-¿Varsha te cuidó?

-Siempre estuvo a mi lado pero es un demonio, no me cambiaba el pañal o me daba de comer si es a lo que te refieres 

-¿Quién lo hizo?

-Una anciana que era devota de Varsha, una fiel seguidora y amante de la tortura

-¿Cómo era ella?

-Estás empezando a ser insoportable, ya conteste muchas preguntas 

-Lo siento, no quería ser tan hostil -me disculpo bajando la mirada -Solo quería dejar de pensar en mi dolor 

-Entre más rápido lo aceptes, más soportable se hará el dolor 

Nos quedamos en silencio por un tiempo.

-¿Cuando vas a realizar tu conjuro?

-Necesito un par de cosas antes de empezarlo

-¿Por ejemplo?

Me mira de mala gana.

-Mejor guardo silencio -le digo mientras bajo la mirada y me obligo a mantener la boca cerrada

Las horas pasan con tranquilidad y siento que Meritxell me mira.

-¿Tienes hambre?

-Sí, pero no quería decir nada

-Vamos a mi casa

-¿A tú casa?

-Relájate no te voy a matar, si lo recuerdas aún me debes algo

-No tengo miedo de que me mates, es solo que nunca creí que conocería tu casa

-Pues no esperes mucho, no es la gran cosa

Meritxell se levanta sin dificultades y empieza a caminar. Me levanto a toda prisa detrás de ella alcanzándola.

-¿Es muy lejos?

-Has estado flojeando todo el día no me vengas con que estás cansada

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora