XXV

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*** Narra Jeannette ***

-Debió de manipular su mente -dice mi padre furioso mientras sigue pisando el acelerador hasta el fondo del auto y se encarga de esquivar los arboles del camino sin dificultades  

-Esa chiquita está siendo muy molesta -dice mi madre con desagrado -Es más peligrosa de lo que supuse 

Me aferro al asiento cuando mi padre gira bruscamente para tomar un camino de grava, tenían la dirección del localizador de Yaiza y no me puedo creer que esa maldita desgraciada este de nuevo en nuestras vidas, tratando de poner a mi hermana en nuestra contra. 

Nunca me he considerado una persona violenta, jamás he recurrido a luchar contra alguien, pero sorprendentemente Meritxell logra sacarme de mis casillas con mucha facilidad, sobre todo porque está involucrando a Yaiza en todo esto. 

Mi pobre hermanita debe estar muerta del miedo, quizá haya conseguido meterle a Varsha de nuevo. Pero está vez no mostraré piedad, está vez terminaremos con ella de una vez por todas y dejará de atormentarnos. 

-¿En qué tanto piensas? -me pregunta mi mamá mientras me mira por el retrovisor del auto 

-Estoy perfeccionando unos hechizos -miento 

-Tranquila cariño, tómalo con calma -dice mi padre 

Mi educación en cuanto  la magia ha sido escasa, solo sé lo básico y mis padres odian presionarme, igual nunca estuve muy interesada en aprenderla realmente. El hecho de estar con Yaiza y de que ambas compartiéramos una vida ordinaria era suficiente para mi, para ella y para todos los que nos rodeaban.

Además como una persona que está en contra de la violencia, se me ha dificultado el combate uno a uno. 

Meritxell es increíblemente poderosa y muy hábil a pesar de su corta edad. 

¿Envidia? 

No, en absoluto. Yo tengo algo mucho más valioso, a mi familia. 

A lo lejos puedo distinguir una cabaña de aire sencillo, es de dos pisos con un jardín lleno de rosas plantadas. 

¿Por qué no me sorprende que tenga tal símbolo con lo fiel que le es a ese demonio?

 Nos acercamos a toda velocidad y veo como salen Meritxell junto con mi hermana que tiene la mirada agachada, puedo ver el nerviosismo de sus manos que se estrujan unas con otras. Sus ojos están rojos y algo hinchados.

¿A sido capaz de torturarla?

Bajo de la camioneta con mis padres a mis lados.

La mirada de Meritxell, de suficiencia, de maldad y frialdad solo provoca que el coraje recorra mis venas. 

-¡Déjala ir! -le exijo con firmeza 

-No la estoy deteniendo -dice Meritxell con simpleza -Ella a sido quien a venido a buscarme 

-Eso es imposible -le digo llena de odio -Tú la has manipulado 

-No he hecho tal cosa -dice segura de si misma

-Yaiza es hora de ir a casa, vamos -le digo dulcificando mi voz 

-Esa no es mi casa -dice con los ojos llorosos 

-¿De qué hablas? -le pregunto confundida 

Ella mira a mis padres con rencor, con una decepción y algo que parece ser odio. 

-¿Por qué lo hicieron? -pregunta con un nudo formándose en su garganta -¿Por qué me han engañado todos estos años? ¿Por qué me han sometido de esa manera?

-¿De qué estás hablando Yaiza? -pregunto molesta 

¿Cómo puede ser capaz de hablarle a mis padres de esa manera?

-Que toda mi vida a sido una mentira -dice sin aliento mientras las lágrimas se desbordan por sus mejillas -Ellos mataron a mis verdaderos padres -y se quiebra por completo, su alma está destruida 

-¿De qué hablas? -pregunto con un hilo de voz y los ojos llorosos 

Me parte el alma verla de esa manera, tan vulnerable, tan pequeña y quebrantada. 

-No la escuches -me dice mi madre -Meritxell ha manipulado su mente, no escuches nada de lo que ella ha dicho 

Miro a Meritxell que ríe amargamente. 

-Yo no he manipulado la verdad de su origen, ni le he mentido toda su vida -dice segura y con tranquilidad -Yo no he matado a sus padres y me he hecho pasar por ellos toda su vida, yo no fui quien decidió por ella, yo no decidí convertirla en un ser inservible incapaz de defenderse

 -¿De qué está hablando? -les pregunto a mis padres alterada 

Puedo sentir como mis manos tiemblan.

-Tranquila Jeannette, ten tu mente fresca y en calma -dice mi padre 

Pero Yaiza comienza a caminar hasta mi padre y lo toma con fuerza de la camisa, desafiándolo. 

-Niega que no mataste a mis verdaderos padres, niega que no me mentiste toda mi vida, niega que mataron a mi padre dejando su cuerpo sin vida mientras las llamas lo consumían, niega que no dejaron a mi madre muerta en un charco de su propia sangre porque la degollaron salvajemente 

-Yaiza...

-¡NIEGALO! -grita completamente histérica 

-Cariño... -trata de intervenir mi madre pero Yaiza la calla 

-No vuelvas a decirme así en tu vida, eres una mujer cruel y despiadada 

-Solo eras una niña, vulnerable -dice mi madre 

-¿Por qué ninguno de los dos está negando esas acusaciones? -digo mientras siento como una opresión crece en mi pecho y los temblores me corren hasta las rodillas 

-No tiene caso discutir le ha lavado la memoria -dice mi madre

-Corrección -dice Meritxell -Le ayude a despejar su memoria, el pasado a llegado a ella y le ha dado su verdad, esa verdad que le arrebataron sin derecho 

Me quedo analizando todo, esto tiene que ser una broma. Mis padres no podrían llegar a hacer algo así. Todo esto debe de ser un plan de Meritxell.

-Yaiza -le digo mientras me acero a ella 

Entrelazo mis manos con las suyas y la miro a los ojos. 

-Vamos a casa

-Esa casa nunca me ha pertenecido, yo no soy tu hermana 

Las lágrimas invaden mis ojos y me cuesta trabajo respirar.

-Te han engañado a ti también Jeannette -me dice Meritxell -Han jugado con tu mente también haciéndote creer que siempre tuviste y esperaste con ansias una hermana, por eso te inculcaron que la protegieras desde niña, porque al más mínimo rastro en donde Yaiza descubriera que es una primogénita y sus poderes exigieran salir, tú se los dirías inmediatamente -hace una pausa pero continua al ver que mis ojos están sobre ella -Por eso creíste tan fácilmente que ella estaba poseída por Varsha aquella vez en donde aparentemente mató al lince en el bosque, porque ser poseída por alguien es la única forma en la que un mortal pueda tener poderes  

-¿De qué estás hablando?

-Yaiza aún no daba su autorización a Varsha y necesitaba presionarla para que accediera, sabía que tus padres y tu harían un conjuro que podría matarla, Yaiza no iba a soportar el dolor e iba a acceder que Varsha tomara posesión de su cuerpo, sintiéndose poderosa e indestructible -suspira -Pero estás dos personas no dejan de mentirles descaradamente ¿De verdad te tragaste ese cuento de que fui yo quién lanzó la ráfaga de viento en el campo de batalla donde lograron liberar a Yaiza de Varsha?

-Fuiste tú -le digo completamente segura 

-No, fue Yaiza quien lo hizo en su extraña desesperación porque no me mataran 

-No puedo confiar en tu palabra -le digo con desprecio 

-Bien, Yaiza muéstrales lo que puedes hacer -dice con esa mirada de ser superior a cualquiera de nosotros 

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora