XIX

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Estaba dando interminables vueltas sobre mi cama completamente incapaz de poder dormir. Son casi las tres de la mañana y no he podido cerrar los ojos. El hecho de que mi familia actué con tanta naturalidad como si nada hubiera pasado en los últimos días solo me pone los pelos de punta. 

No tengo la confianza suficiente para contarle a Jeannette que si tengo poderes porque no se como reaccionaria. No se si me delataría frente a mis padres como otras veces. 

Miro por la ventana el cielo está despejado, con una preciosa media luna sonriendo por mi inquietud de no poder conciliar el sueño y a su lado están todas esas pequeñas pero resplandecientes estrellas a su alrededor. 

-¿Por qué simplemente no puedo ser una chica normal que no tiene que lidiar con todo esto? -susurro apenas audible para mi misma y libero un suspiro de frustración sobre mi almohada 

Me levanto y voy a mi armario a cambiarme con un conjunto deportivo y unos tenis para correr que son bastante cómodos. Recojo mi cabello en una coleta con unos pequeños cabellitos rebeldes saliendo. 

Salgo de mi habitación en completo silencio y bajo las escaleras de forma silenciosa, voy hasta la puerta y salgo por ella adentrándome en el bosque, con el corazón acelerado sobre mi pecho. Trato de controlar mi respiración que comienza a agitarse conforme voy adentrándome en la penumbra de la oscuridad, apenas y eran visibles las siluetas de los arboles y las ramas por los rayos de la luna. 

Restriego las palmas de mis manos sobre mis piernas para quitar la capa de sudor que las cubría descaradamente. 

Me adentro cada vez más, mis pisadas apenas y hacían un ligero ruido, era como si estuvieran susurrando para no despertar a cualquier peligro que pudiera asechar a mi alrededor. 

A lo lejos comienzo a ver una silueta de alguien parado de espaldas a mi y siento como un escalofrío recorre cada fibra de mi cuerpo, haciéndome temblar y que me quede inmutada en mi lugar. Incapaz de mover ni siquiera un solo dedo.

-Sinceramente no te creía capaz de llegar hasta este punto -dice la voz de Meritxell

-Sin embargo, decidiste esperarme aquí 

-Supongo que una parte dentro de mi sabía que dejarías tu cobardía y empezarías a enfrentarlo, empezar a ser la protagonista de tu vida y no un simple títere al que manipulan a su antojo 

 -¿Qué haremos?

Se gira con una sonrisa apenas visible por la oscuridad y comienza a caminar con paso firme pero con sofisticación hasta mi. 

-Haremos que la tierra te guíe hasta el lugar en donde tus recuerdos te hablaran, ese lugar en donde la conexión será tan fuerte que vivirás tu pasado en carne propia 

-¿Puedo salir herida?

-Es una simple alucinación, además lo que necesitamos ahora es encontrar ese lugar 

-De acuerdo 

Meritxell toma mi mano y todo pasa tan rápido que ni siquiera tengo oportunidad de evitarlo, ella hace una cortada sobre la palma de mi mano con una navaja de punta fina, reluciente y sumamente peligrosa. 

-¡¿Qué demonios te pasa Meritxell?! -le grito furiosa al sentir el dolor y el ardor de la herida 

-Trata de ahuecar tu mano para que no derrames la sangre la vamos a necesitar -dice con tranquilidad mientras se aleja unos pasos -Empecemos entonces con la diversión 

Siento una respiración profunda de su parte y sus manos se envuelven de unas flamas violetas que arden con gran poder, las miro completamente hipnotizada, jamás creí que las llamas del fuego se vieran tan increíblemente peligrosas y hermosas a la vez. 

-**Ego, Meritxell, virtutem memoriae invoco, quod omnes praeteritae nos per veritatis semitam dirigant, quod nihil a veritate origineque deflectere possit** -empieza a conjurar Meritxell mientras arroja con firmeza las llamas al piso, ordenándoles con movimientos en sus manos el camino que tienen que ir trazando 

(**Yo Meritxell, invoco el poder del recuerdo, que todo pasado nos guie por el camino de la verdad, que nada pueda desviar a Yaiza de la verdad y de su origen**)

Al final terminamos en medio del triangulo del símbolo de un trisquel. Meritxell me mira con profundidad. 

Se acerca al punto medio del triangulo y mientras mueve sus manos con delicadeza y con movimientos certeros comienza a generar una especie de polvo que revolotea con gracia y sofisticación en el espacio que hay entre sus dos manos. Ella deja caer los polvos y en cuanto estos entran en contacto con la hierva, comienza a surgir un cáliz con detalles tan perfectos y detallados sobre madera que no puedo dejar de mirarlo asombrada. 

Se detiene a mi altura y yo no puedo dejar de admirar cada detalle labrado y que probablemente tenga un significado muy importante, quizá cuente una historia o una leyenda. 

-Deposita tu sangre dentro -me indica Meritxell con suavidad 

Camino con lentitud y esparzo mi sangre sobre ese hermoso cáliz, la sangre de un rojo brillante resplandecía con la oscuridad y con la luz que nos brindaba la luna y el fuego intenso purpura que nos rodeaba.    

El cáliz comienza a bajar hasta quedar sepultado por debajo de la tierra. 

-Ahora híncate sobre una pierna -me dice Meritxell mientras sale del triangulo sin quitarme la mirada de encima y sin el más mínimo problema de pasar a través del fuego morado tan abrazador que nos rodeaba 

Hago lo que me pide y siento una extraña sensación sobre mi cuerpo. 

-Da tres respiraciones profundas, siente la energía y concéntrate para formar rayos blancos sobre la palma de tus manos, una vez que lo consigas coloca tus manos sobre la tierra y conecta con ella, dile lo que deseas encontrar y ella te revelará el camino que debes de seguir -me dice Meritxell 

Cierro mis ojos y hago la primera respiración profunda, doy mi segunda respiración mientras levanto mis manos y abro las palmas de mis manos. Tomo mi tercera y última respiración profunda, concentrando la energía, sintiendo ese cosquilleo tan familiar. 

Abro mis ojos y puedo ver como los pequeños rayos blancos revolotean sobre mis manos. 

Con determinación entierro las palmas de mis manos sobre la tierra, sintiendo una conexión tan inexplicable, no era incomodo sino todo lo contrario. 

-Deseo poder encontrar el camino que me lleve a mi verdad, a mi verdadero origen, necesito saber quien soy -digo con mi voz en tono de suplica 

Una ráfaga de viento se desprende a mi alrededor pero no me muevo ni un solo milímetro de mi posición, tampoco se quebranta mi determinación por conocer toda la verdad de una buena vez. 

Las llamas moradas comienzan a trazar un sendero y mi instinto me dice que lo siga, el me llevará a mi verdad, sin mentiras ni manipulaciones. Solo la verdad.

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora