XLIX

18 6 1
                                    

*** Narra Yaiza ***

Veo llegar a Meritxell y a mis padres a lo lejos mientras estoy terminando mi taza de café porque justo estaba amaneciendo, no había podido dormir en toda la noche por la preocupación y la angustia que me carcomían. 

Me acerco a ella y me mira con su mirada de superioridad, recupero esa confianza en si misma lo que significa que el conjuro de recuperación de sus poderes fue todo un éxito, porque de no ser así seguiría con esa mirada vacía y llena de odio, que ahora a sido reemplazada con arrogancia, poder y ambición. 

Vuelve a ser la Meritxell de antes. 

Y no se honestamente si alegrarme o temer. Porque eso solo significa una cosa. No descansará hasta que su objetivo esté cumplido. 

-Escuchen todos, acérquense -dice mi madre con voz firme y alta para que todos podamos escucharla 

Meritxell permanece con su postura intachable y mirada fría combinada con cierta gallardía tenebrosa e imponente. 

Todos nos acercamos y Jeannette se para a mi lado tomando mi mano entre la suya con la cara roja por el coraje. 

-Tranquilízate -le susurro 

-Tengo que someterme ante ese ser despreciable por el bien de todos nosotros, no me digas que me tranquilice, es despreciable y absurdo que le ruegue, sobre todo a ella 

-Meritxell a logrado recuperar la magia que sus padres le dejaron en un hechizo de herencia -dice mi madre -Es una bruja de rango morado, así que como todos saben es momento de cumplir el pacto de sangre 

Jeannette se acerca mirando a Meritxell a los ojos con odio y desprecio, pero ella parece disfrutarlo y mucho porque sabe quien esta ganando. 

-Meritxell... -empieza Jeannette -Te pido que nos ayudes a destruir a Varsha 

-¿Esa es tu forma de suplicar mi ayuda? -dice alzando una ceja 

Jeannette traga con dificultad y empuñando los nudillos de sus manos con fuerza mira a Meritxell con odio y desprecio. Todos a mi alrededor se hincan sobre una rodilla, así que los imito y miro a mi hermana que no quiere ceder. 

-Te suplico que nos ayudes a destruir a Varsha -dice Jeannette 

-Tienes una última oportunidad -la amenaza Meritxell 

Jeannette suspira derrotada así que se hinca sobre una rodilla, levanta su mirada hacía Meritxell y empieza a hablar 

-Meritxell en nombre de mi familia, de mis amigos, de mis compañeros brujos y de mi, te suplico que nos entrenes para que podamos servirte de apoyo al momento de enfrentarnos contra Varsha, eres la bruja con más experiencia en combate, apiádate de nosotros y ayúdanos a lograr el mismo objetivo 

Meritxell la mira a ella y después a todos nosotros. 

-Soy una persona exigente -empieza a hablar Meritxell -Odio los errores, no me gusta la gente mediocre o conformista porque siempre se puede dar más incluso cuando sientes que lo has dado todo, mi entrenamiento no va a ser nada comparado a lo que hayan vivido con anterioridad, ni siquiera la mitad de ustedes estará vivo al final de la semana, necesito a los más fuertes, hábiles y valientes, no nos enfrentaremos a otro hechicero será a un verdadero demonio con poder supremo

Nos mira a todos con detenimiento. 

-No me importa si sienten miedo o no, no me importa cuan cansados se sientan, todos tendrán que llegar al rango limite de su capacidad, van a llorar, sufrir y van a conocer uno de mis tantos lados despiadados, los que quieran irse es su momento de hacerlo, contaré hasta el número 5 después de eso la única forma de salir es muerto 

Todos se miran entre si con nerviosismo, un chico del fondo se pone de pie y sale corriendo a toda velocidad mientras llora desconsoladamente. Meritxell solo lo ve al igual que una chica que lo sigue de cerca, me pareció ver que incluso estaba temblando. 

-1.. -empieza a contar Meritxell -2... 3... 4... 

Miro a mi alrededor y todos permanecemos en la misma postura, algunos con el rostro a punto de llorar pero manteniéndose firmes. 

-Última oportunidad... -dice Meritxell -5, bien todos de pie y acompáñenme

Todos caminamos de cerca hasta Meritxell que nos conduce por el bosque hasta un campo despejado. 

-Todos en parejas -nos ordena 

Me toca con una señora de unos 32 años de complexión delgada cabellos rojizos y sonrisa sincera.

-Soy Yaiza -le digo amablemente mientras extiendo mi mano 

Ella la toma con una sonrisa y la estrecha con cuidado. 

-Soy Bahiti, un placer 

-El placer es mío -le digo con una sonrisa 

-Tienen 20 minutos de combate entre ustedes -nos informa Meritxell -Y más les vale que den lo mejor de ustedes, porque si veo que solo están jugando entre ustedes sin atacarse realmente los enfrentaré personalmente y no tendré piedad de ninguno, sin importar el sexo, la edad o el rango de magia en el que estén 

-No estás hablando enserio -dice Jeannette enojada 

-Agradece que no te toco con Yaiza -le dice Meritxell en burla -Y trata de hacer algo por lo menos decente o créeme que disfrutare muchísimo un enfrentamiento contigo 

Jeannette aprieta la quijada al igual que los puños en su mano. 

-3... 2... 1.... ¡Luchen!

Bahiti enciende las llamas amarillas en sus brazos y siento un nudo en mi estomago. Es un rango más alto que yo. Esto no va a terminar nada bien. 

<<No dejes que el miedo te impida derrotarla, no le muestres miedo>> habla una voz en mi cabeza 

Me giro hacia mis lados en busca de esa voz y veo a Meritxell mirándome fijamente 

<<Sí soy yo tonta, déjate de jueguitos e imponte ante ella o te va a tragar viva>>

Suspiro, tomo mis tres respiraciones y enciendo mi llamas blancas sobre las palmas de mis manos. 

-¿De verdad crees que vas a ganarme brujita blanca?

-Quizá no te gane, pero limpia no te irás 

Suelta su primer ataque y logro esquivarlo sin dificultad, lanzo una bola de fuego que impacta en su brazo y libera un quejido. 

-¿Es tu mejor tiro?

<<Juega con su mente Yaiza, no dejes que te intimide>> me ordena Meritxell

-No, solo es el primero y a comparación del tuyo creo que fue mucho mejor y más certero 

Comienza a liberar ataques, uno detrás de otro y levanto un campo de fuerza para protegerme. 

<<Espera a que se canse, no va a durar mucho>> 

Sigo resistiendo poniendo capa sobre capa porque su magia es superior a la mía, lo que debilita el escudo con cada impacto. 

Los golpes eran cada vez más lentos. 

<<Ahora>> 

Quito el campo, brinco hacía la derecha esquiando una bola de fuego, me hinco y levanto los tallos de unas pequeñas plantas que se vuelven más grandes y fuertes que comienzan a rodear su cuerpo para dejarla inmóvil. No importa cuanto intente liberarse, simplemente no puede. 

Y su frustración es más que evidente. 

<<Mira nada más que sorpresa me has dado>> 

Miro a Meritxell y le sonrío. 

-Gracias 

<<No te acostumbres, solo será en está ocasión>> dice con una sonrisa también 

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora