LIX

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*** Narra Jeannette ***

Camino sintiendo como mis piernas tiemblan del terror que me está cubriendo y que no me deja en paz ni un solo segundo, esto es una completa locura, todo el castillo es más que majestuoso y las llamas solo dejan verlo mucho más imponente de lo que ya es. 

Me he quedado sin aliento otras veces, pero como hoy, nunca. 

Meritxell va a la cabeza subiendo las grandes escaleras que están envueltas con pétalos de rosas y espinas, las cuales se entierran en los zapatos. Una verdadera fortuna que hayamos decidido utilizar botas de suela gruesa y casi indestructibles. 

Detrás de esa chica insoportable, vamos Yaiza y yo la cual tiene una mirada diferente a lo que suele ser, tiene una mirada poderosa, lista para el combate, también percibo miedo pero tiene esa necesidad de remediar las cosas, sobre todo porque se siente culpable por haber traído a Varsha a la vida. 

Y por último, nuestros padres vienen caminando con paso seguro y cuidadoso detrás de nosotras, se que nos están protegiendo, sobre todo porque Yaiza y yo somos de rango amarillo, lo cual es realmente patético, considerando que lucharemos contra un demonio de poder azul. 

¿Cómo llegamos hasta donde estamos? Es lo mismo que me pregunto cada jodido segundo, aunque no es difícil, aunque me cueste reconocerlo o admitirlo en voz alta, todo esto a sido gracias a la grandiosa habilidad de Meritxell para matar sin remordimientos.

Llegamos a la planta más alta del castillo y siento como un nudo en mi estomago comienza a crecer, las manos me están temblando y estoy empezando a sudar. 

Meritxell abre de una patada las puertas estruendorosamente, estás seden ante el impacto abriéndose de par en par. 

Entramos pero todo se vuelve confusión en su rostro, no hay absolutamente nada, está completamente despejado todo. 

-¿Pero que no se supone que debería estar aquí? -le pregunta Yaiza a Meritxell -Aquí fue donde hicimos el conjuro 

-Lo sé, pero no entiendo porque está vació -dice mientras camina al centro de la habitación 

-Podemos utilizar la teletransportación -dice mi mamá mientras recorre con cuidado la habitación -Sentir la magia de Varsha con un conjuro de tierra y dirigirnos hacía ella 

-De acuerdo -dice Meritxell 

-¿Cómo se hace eso? -les pregunto cruzándome de brazos para calmar el escalofrío que me recorre por todo el cuerpo 

-De los últimos hechizos que aprendes a hacer cuando eres de rango morado -me explica Meritxell 

La miro para ver esa mirada arrogante por saber más de todo esto, pero me sorprende no encontrarla, realmente está explicándomelo de buena manera. 

-Nos hincamos, conectamos con la tierra nuestra energía mientras enfocas el objetivo que estás buscando, en este caso Varsha, derramas un poco de sangre y en caso de ser más de una persona se deben de tomar de las manos, dejarse fluir como el agua, decir un hechizo en latín y dejar que cada fibra de tu cuerpo sea transportada... algo complejo de explicar como es que funciona pero esos son básicamente los pasos que se deben seguir 

Se me pasa por la cabeza hacerle una broma sobre su buena voluntad de explicar las cosas sin sentirse superior a nosotros, pero creo que no es ni el lugar ni el momento, todos estamos lo bastante asustados como para estar desgastándonos en ese tipo de cosas. 

Asiento con la cabeza y voy a hincarme al lado de mi mamá y de Yaiza.

Dejo fluir mi energía conectándola con el piso, en busca de la energía poderosa que desprendía Varsha, no fue difícil encontrarla, considerando que estamos en el lugar de su surgimiento a nuestro mundo. 

 -Ya se a donde ir -dice Meritxell 

Corta la palma de su mano y después pasa la daga a Yaiza, quien hace un corte mientras muerde su labio inferior, tomo la maldita arma y me hago un corte que me hace liberar un quejido, mi madre y mi padre son los próximos. Todos derramamos las gotas de sangre sobre el piso, las cuales se mantienen frescas y brillantes. 

-**Volo et debeo ire ad eum locum ubi Varsha latet, quamvis ille locus obscurus, deformis aut remotior sit, ante illam esse volo.** -conjura Meritxell con firmeza 

(**Quiero y necesito ir a ese lugar en donde Varsha se oculta, no importa que tan oscuro, repulsivo o alejado este ese sitio, quiero estar frente a ella**)

Todos nos tomamos de la mano y veo como la sangre es absorbida enseguida, siento como unos tallos comienzan a crecer del piso, tomándonos con fuerza cada centímetro que avanzan, el agarre comienza a envolver todo nuestro cuerpo y somos arrastrados con fuerza. 

Siento como me jalan a toda prisa, como me arrastran hacía abajo,  traspasando cada piso del castillo que estaba por debajo de nosotros. Siento el bajón en el estomago y una descarga de adrenalina como si estuviera cayendo de picada, solo me aferro a la mano de Yaiza y a la de mi madre, las cuales corresponden de la misma manera. 

Terminamos cayendo hasta lo que parece ser el sótano del castillo, las catacumbas o sabrá Dios que cosa era esto. 

Solo sabia que todo estaba completamente lleno de rosas con afiladas espinas, desde el piso, las paredes y el techo, absolutamente todo. El espacio era demasiado amplio y el olor estaba completamente inundado a rosas, pero la temperatura estaba mucho más aumentada de lo que creí que estaría. 

-Bienvenidos mis brujos inútiles -la voz de Varsha resuena por todo el lugar con una voz endemoniada que me puso los pelos de punta -Lo más patético y ridículo en intentos de lo que es la magia 

Me giro con cuidado y entonces veo a la gran y poderosa Varsha, una silueta de mujer de casi dos metros, con los ojos rojos como fuego ardiente, con la piel azul cielo resplandeciente y sin una sola impureza, vestía un vestido envuelto en llamas azules que hacían juego con su cabello, que ardía como el jodido infierno. Sus labios eran de una tonalidad oscura que resaltaba con la sonrisa resplandeciente de lo que es la maldad pura. 

El calor comienza a abrumarme y tener semejante imagen de alguien así de supremo no ayuda mucho, si creía que Meritxell era intimidante con su porte, Varsha ni siquiera se le puede comparar en lo más mínimo. El solo respirar el aire que la rodeaba me aterraba y solo me obligaba a querer desaparecer de todo esto.

¿Por qué no me fui? Tuve tantas oportunidades de hacerlo. 

Ah si, lo hice para proteger a Yaiza, porque si ella salta al vacío yo iré detrás de ella para protegerla. 

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora