XIV

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*** Narra Yaiza ***

Empiezo a caminar al lado de mi hermana sobre el campo despejado que teníamos que atravesar para poder llegar a la escuela. 

El cielo estaba grisáceo a consecuencia de las espesas nubes que pronto soltarían una gran tormenta sobre nosotros. El aire estaba frío y todo nuestro alrededor desolado en completo silencio. 

-Recuerda que si alguien te pregunta...

-Tuve un resfriado muy fuerte -la interrumpo porque es la quinta vez que me lo repite 

-Sí, exacto 

-¿Crees que Meritxell regrese a la escuela? -le pregunto con tranquilidad

Pero Jeannette me toma del brazo y me gira con brusquedad para quedar frente a frente. 

-¿Cuando vas a dejar tu maldita obsesión con Meritxell? Ella fue quien provocó todo esto y no dejas de preocuparte por ella ¿Qué es lo que pasa contigo Yaiza?

Tenía dos opciones, la primera era responderle a Jeannette y probablemente terminar en una pelea a gritos lo que provocaría que ambas llegáramos tarde a clases. Y por otro lado era disculparme y prometer no volver a mencionarla solo para dejarla tranquila. 

-Respóndeme -me dice con la mirada enojada mientras aferra su agarre sobre mi brazo 

-Lo siento -me disculpo 

-No, no lo sientes -me mira a los ojos -Solo quieres evitar el tema, eso es lo que pasa 

-¿Y si así es cuál es tu problema? -le digo molesta -Quiero evitar esto, una discusión entre las dos, pero me lo estas dejando muy difícil 

-Lo que me faltaba, que ahora te hagas la victima

-No Jeannette, es la verdad -la miro con coraje -¿De verdad quieres saber por qué me preocupo tanto por Meritxell? Porque ella fue quien me dijo la verdad siempre, me ayudó a controlar a Varsha mientras estuvo dentro de mi, me ayudó a que no me lastimara, ella se preocupó por mi bienestar más que tú o mis padres

-Eso es mentira, no hubo ni un solo segundo que no estuviera preocupada por ti -dice con lágrimas en los ojos 

-Me mentiste, nunca me dijiste lo que eras -le digo con lágrimas en mis ojos también 

-No podía, tenía prohibido decírtelo -dice en susurro -Además tenía miedo de que me rechazaras o de que creyeras que era mala o que era un fenómeno 

-Eres mi hermana y siempre lo serás 

Jeannette me abraza con fuerza y yo correspondo su abrazo, permitiendo que unas cuantas lágrimas recorran mis mejillas con lentitud.

Una vez que nos separamos de ese abrazo tan lleno de sentimiento, limpiamos nuestras lágrimas y retomamos el camino hacía la escuela, está vez con una sensación de paz y tranquilidad entre nosotras. 

Justo estaba llegando a mi salón de clases cuando una fuerte tormenta empieza a azotar con fuerza sobre los cristales de la ventana de mi salón, sobresaltándome un poco por el fuerte sonido que comenzó a resonar. 

-Hola Yaiza -dice Nina mientras me da un fuerte abrazo -Te he extrañado montones, supe lo del resfriado, tus padres estaban tan preocupados por ti 

-Tranquila ya estoy bien -le digo con una sonrisa 

-Me alegra saber eso, de verdad que estos días sin ti han sido una tortura 

Nuestras clases empiezan con normalidad, los maestros parecen ser los mismos de siempre, mis compañeros de igual forma. 

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora