Después de comer toda esa delicia de platillo que el pequeño niño brujo preparó, estaba mirando mi alrededor con atención. 

-¿Crees que pueda arrancar un árbol?

-Claro, inténtalo, solo planta firmemente tus pies y utiliza tu fuerza no tus rayos 

-De acuerdo 

Me pongo de pie y tomo mis tres respiraciones profundas, levanto con cuidado pero con decisión las palmas de mis manos y comienzo a tratar de arrancar el árbol, pero no pasa absolutamente nada. 

-Tienes que sentir con la energía el tronco, debes de tomarlo con fuerza y jalar 

Planto mis piernas con firmeza y extiendo las palmas de mis manos, sintiendo un pequeño cosquilleo, tomo con fuerza esa sensación y jalo. 

El árbol de sacude un poco, pero no pasa nada más. 

-Jala con más firmeza -dice Meritxell 

Vuelvo a intentarlo pero solo logro ladearlo unos centímetros.

-No te estás concentrando 

-Claro que estoy concentrada, puedo sentirlo pero es muy pesado

-Bueno sino te habías dado cuenta, es un árbol gigante 

-Ja, ja, que graciosa 

-Vamonos, tenemos que seguir adelante

Seguimos caminando por horas, hasta que los árboles eran cada vez más escasos y dejaban paso a un campo despejado, con pequeñas flores coloridas, también el pasto era un poco más largo y había más aves, mariposas y abejas volando por todo el lugar, llenándolo de vida. 

-Es maravilloso este lugar -digo con una sonrisa 

-Si tu lo dices 

-Por favor Meritxell, tienes que ver este lugar, es precioso, todo tan lleno de vida 

-Repulsivo desde mi punto de vista 

La miro con el ceño fruncido y ella me devuelve una mirada simple.

-¿Acaso estás llevándome la contraria a propósito?

-¿Tu crees que es así?

-Pues no estoy completamente segura... pero todo lo que me parece agradable a ti te resulta horrible, lo que a mi me parece curioso a ti te parece patético, lo que no me gusta a ti parece divertirte 

 -Bueno es que si no te habías dado cuenta, tú y yo somos muy diferentes 

-Lo sé, pero es como si lo estuvieras haciendo a propósito

-Eres solo una niña mimada que no sabe lo difícil que es la vida, por eso la ve de color de rosa, porque vives en una burbuja donde todos te protegen y no tienes que mover ni un solo dedo para enfrentarte a las adversidades

-Mi vida no es perfecta Meritxell, maté a mi familia hace unos días, a la familia que me amaba 

-Deja de hacerte la victima, lo hiciste porque quisiste, porque no pudiste soportar el dolor 

-No tenía porque soportar ese dolor -le digo enojada -Si no te hubiera seguido esa tarde en el bosque nada de esto habría pasado

-Exactamente, tu curiosidad fue tu condena y mi beneficio 

-Te odio

-El sentimiento es mutuo Yaiza, odio que estés parloteando todo el tiempo, que quieras que todo el mundo te proteja porque eres una simple niña indefensa llena de miedo porque está acostumbrada a que todos los que la rodean la protejan 

-Tú eres una maldita huérfana que está frustrada porque le arrebataron a sus padres y piensa que todo el mundo es malo, por eso odias a todos, porque estás completamente amargada desde niña 

Los ojos enfurecidos de Meritxell me miraron con un gran odio y desprecio, pero no retrocedí, no le mostraría miedo.

Meritxell me lanzó una ráfaga de rayos morados, pero una barrera creció por delante de mi, como si fuese una especie de campo protector. 

Segundos después ambas soltamos un grito de dolor, al sentir como en nuestras pieles se formaban unos rasguños profundos y que nos dejaban unas notorias heridas que sangraban. 

Yo caigo al piso llorando y tratando de detener el sangrado mientras las lágrimas escurren de mis ojos. 

-¡Ya es suficiente Varsha! -dice Meritxell mientras empuña las manos con fuerza y contiene las lágrimas de dolor 

-Detente, te lo suplico -le digo llorando a mar de lágrimas 

-Perdón, no dejaré que vuelva a pasar esto, por favor para -dice Meritxell mientras cae de rodillas y sujeta con fuerza la herida sangrante 

-Perdón, por favor, perdóname, no volveré a insultar a Meritxell, haré que todo esto funcione, por favor -suplico en agonía 

El dolor para al igual que la sangre deja de escurrir, pero deja mi antebrazo con una gran herida profunda donde casi puedo ver el hueso. 

Veo a Meritxell y veo que con un extraño coraje comienza a utilizar su magia para cerrar la gran herida, pero al estarlo haciendo salía un ligero humo blanco y por como apretaba su mandíbula eso que debía estar haciéndose era bastante doloroso. 

Cuando termina con su herida se pone de pie con la respiración irregular y camina hasta donde estoy. 

-Quizá quieras morder algo -dice mientras me toma mi brazo herido 

Un fuerte golpe comienza a abrumarme y suelto un grito que me lastima la garganta. Siento como si me estuvieran quemando con un soplete de combustión. 

Grito con un gran dolor y después todo se vuelve oscuridad a mi alrededor. 

***

Me despierto con una gran pesadez, el cielo está empezando a oscurecer y Meritxell está a mi lado pero su vista enfocada hacía unas montañas lejanas. 

-¿Qué ha pasado? -pregunto mientras me reincorporo y tallo mis ojos con dificultad 

-Te desmayaste por el dolor 

Miro mi brazo y tengo una gran cicatriz.

-¿Cómo es que ni siquiera tuve que esperar a que se formara una costra? Prácticamente es una cicatriz perfectamente sanada 

-Es parte de la magia de sanación, dolorosa pero efectiva 

-Muy dolorosa, me desmaye -digo mientras suspiro y acaricio mi brazo

Ambas nos quedamos en completo silencio y solo se escuchaban unos ligeros cantos de pajarillos a lo lejos, o también los zumbidos de la misma naturaleza. 

-Lo siento, no debí llamarte de esa manera -le digo 

-No te disculpes que yo no lo haré, todo lo que dije realmente es lo pienso 

-Pues yo si me arrepiento, te hice sentir mal y lo siento 

-Necesitas más que eso para lastimarme -dice con la mirada sombría

-Aún así te ofrezco una disculpa 

-No tendrás enserio una disculpa de mi parte

-Bien, no importa, me siento mejor después de disculparme -la miro -Lastima que tú no puedas decir lo mismo 

Escucho que suspira y sigue contemplando el atardecer, hasta que los colores se vuelven cada vez más oscuros y ambas decidimos que lo mejor era descansar, después de todo yo seguía sintiéndome agotada. 

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora