LVI

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Camino al lado de Meritxell adelantando a mis padres y a los brujos que nos seguían fielmente. 

-¿Por qué no me sorprende que no hayas dado vuelta arrepintiéndote de seguirme?

-Porque sabes que estoy contigo en esto 

-Eres una tonta 

-Sí, pero eso ya lo sabíamos desde antes 

Puedo ver una sonrisa formándose en su rostro. 

-Eres increíblemente insoportable 

-Lo sé y te encanta aunque lo niegues -la molesto

-Era enserio... -dice después de un breve silencio 

-¿Qué?

-No voy a protegerte Yaiza, no pondré mi vida en riesgo por la tuya 

-Ya lo sé -le digo sincera -Además ambas sabemos que yo si podría mi vida en riesgo por la tuya

Me toma de la mano con fuerza y me mira a los ojos con enojo.

-Vuelve a decir eso y te borro la memoria, te anclo en este lugar y te prohíbo que me sigas 

-Sabes que es verdad

-Jura que no vas a ponerte en riesgo sin importar que me este pasando a mi 

-No puedo 

-Júralo Yaiza -veo la desesperación en su mirada, hay cierto miedo en ellos también 

Quiero terminar con su sufrimiento jurándolo pero un trueno por un rayo que pasa a mi lado provoca que caiga de rodillas, mientras impacta contra uno de los brujos que iba a mis espaldas. Meritxell no tarda ni un segundo en responder el ataque.

-Usa un escudo Yaiza -me ordena 

Justo en cuanto termino de formarlo me cae una bola de plasma por la espalda. Miro a todos lados y veo como cientos de personas empiezan a rodearnos. Eran el triple de nuestra pequeña tropa dispuestos a liquidarnos, todos siendo rango morado con miradas asesinas y con sed de sangre. 

Veo como Meritxell gira sobre su eje analizando a todos, contando y posiblemente buscando un punto débil o algo que este a su favor. 

-Empecemos la fiesta queridos compañeros de batalla -dice Meritxell con una sonrisa llena de maldad igual de aterradora que todas esas caras enemigas 

Es como si fuera uno de ellos pero estuviera en el bando equivocado. 

Miro a mi alrededor y veo a Jeannette, plantada firmemente analizando todos los ángulos que le es posible. 

Mis padres están en posición de combate con las llamas saliendo de sus manos. 

-¿No piensan atacar caballeros y damas? -pregunta Meritxell para provocarlos -¿Tan inútiles son sus movimientos que se avergüenzan de mostrarlos?

Un brujo de rango morado fiel de Varsha es el primero en liberar un grito y desatar un rayo en dirección a Meritxell, ella lo esquiva sin la menor de las dificultades y se burla de él en su cara. Lo que provoca que enfurezca y lo lleve a lanzar fuego sin puntería. 

-El enojo impide muchas cosas -dice Meritxell burlándose de él -Como tu puntería por ejemplo, a menos que haya la posibilidad de que nunca la hayas tenido 

Un brujo ataca a Meritxell por la espalda pero ella levanta un muro antes de que la toque la esfera de plasma. 

-¿Por la espalda? -le pregunta negando con la cabeza -Eso es jugar sucio, pero si así es como quieren jugar entonces hagámoslo

Comienza a hacer unos movimientos con sus manos y libera un grito que provoca que un viento abrazador se desprenda de ella, que golpe con fuerza a todos los enemigos que nos rodeaban y que los sacara volando por los aires con gran estruendo. 

-Todos hagan una esfera de protección a menos que quieran terminar carbonizados -nos dice con la voz firme

Elevo mis manos y hago el único hechizo que logro hacer con otro idioma. 

 -**sphaera tutelae**

(**Esfera de protección**)

Una vez formada, veo que Meritxell se inclina sobre una de sus rodillas, cierra sus ojos y enciende las llamas moradas y purpuras con fuerza sobre la palma de sus manos. 

Al abrir sus ojos, sus pupilas son unas llamas moradas que arden despiadadas al igual que las que sujeta en sus manos. 

-**Quicunque tetigerit vim flammarum, sentiet iram et potentiam animae meae, trahetur in flammas mortis sine omni salute**

(**Todo aquel que toque el poder de las llamas sentirán la ira y el poder de mi alma, será arrastrado a las llamas de la muerte sin salvación alguna **)

 Conecta sus manos con la tierra y veo como las llamas empiezan a recorrer toda la tierra con fiereza, en busca de presas que se quemen y ardan. La esfera que me está protegiendo alcanza a percibir el calor de las llamas de fuego que cruzan por debajo de ella. 

No tarda mucho en cuanto veo como los cuerpos de nuestros enemigos son consumidos por las llamas, por lo que me veo obligada a cubrirme los oídos para no escuchar los gritos y los lamentos de todas las personas que están siendo quemadas vivas por las llamas de poder de Meritxell. 

Ella permanece en la misma posición solventando las llamas que están terminando con todas las personas que estaban dispuestas a matarnos hace un momento. 

Absolutamente nadie era competencia para Meritxell, su conocimiento para matar a cualquier criatura que se le pusiera enfrente era completamente mortal.

Cierro con fuerza mis ojos porque no puedo ver el sufrimiento de esas personas, se que son malas, que querían matarnos y que eran el enemigo, pero no dejaba de atormentarme su sufrimiento. 

Los minutos pasan y mi tortura por fin cesa.

-Ya terminó -me dice Jeannette a través de mi esfera de protección 

Abro mis ojo y desvanezco el hechizo de la esfera. 

-¿Estás bien? -me pregunta preocupada 

-¿Qué fue eso? -escucho que le dice mi mamá a Meritxell

-Un hechizo para terminar con enemigos en masa -le responde con fastidio 

-Creí que será combate cuerpo a cuerpo 

Meritxell la mira a los ojos con furia.

-Claro iban a ser siete para cada uno -le dice con frialdad -¿De verdad te crees capaz de poder con todos ellos? ¿Necesito recordarte que tu ni con la ayuda de tu esposo me pudieron detenerme a mi en combate? ¿Qué estuve a punto de matarlos si no es por que Yaiza se arrodilló y me suplicó piedad? 

-Meritxell, los mataste a todos 

-Por tu tono no se si me lo estas agradeciendo o reclamando -dice ladeando la cabeza y alzando la ceja con desafío

-No nos necesitas 

-Y sin embargo aquí están, por lo menos ya dejaron de estorbarme 

-Deja de tratarnos como si fuéramos unos inútiles

-Los trate como los trate siguen aquí -dice con soberbia -Yo llego hasta donde quiero con mis enemigos, vuelve a cuestionarme sobre mi crueldad y juro que te vas a arrepentir el resto de tu existencia 

Mi mamá baja la mirada. 

-¿Alguien más quiere decirme algo? -pregunta mientras nos mira con enojo 

Nadie dice absolutamente nada. 

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora