LII

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-**Ego, Edurne, fidelis assecla, cui gratiam debes, vulnera sanare praecipio, quae miseram hanc quae nihil fecit nisi tibi fidelem effecit** -empieza a conjurar en latín mientras corta la palma de su mano y deja fluir su magia hacía el cielo

(**Yo Edurne, tu fiel seguidora a quien debes un favor, te ordeno que sanes las heridas que le has provocado a esta pobre chica que no ha hecho otra cosa que serte fiel**)

Un trueno en el cielo comienza a resplandecer y a retumbar por todo el lugar, una oscura y espesa nube empieza a formarse por encima de nuestras cabeza y pierdo el aliento cuando la escucho hablar. Cuando escucho hablar esa voz que hace unos momentos me tenía en posición fetal. Aquel ser sin piedad que ha marcado de forma atroz la espalda de Meritxell.

-¿Qué Meritxell me ha sido fiel? -pregunta con una carcajada sonora -¿Y a todo esto como le llamas? ¿Lealtad? Esta entrenando brujos en mi contra 

-Lo que ella haga o deje de hacer no tiene que importarte desde el momento en que le arrebataste sus poderes, la despojaste de todo lo que conocía, carcomiste su seguridad y confianza, quebrantaste su espíritu ¡Déjala en paz de una vez por todas!

-¡ME TRAICIONÓ!

-¡TÚ HICISTE EXACTAMENTE LO MISMO CON ELLA! ¡CONFIABA CIEGAMENTE EN TI Y LA APUÑALASTE POR LA ESPALDA! ¡SOLO LA UTILIZASTE! -le grita con rabia Edurne 

-Deja de parecer la buena del cuento, ambas sabemos que tú eres incluso peor que yo ¿Necesitas que te lo recuerde?

-Estoy consciente de todo lo malo que he hecho en esta vida ¿Me arrepiento de algo? Solo de haber torturado a esta pobre niña, que logró traerte a este mundo en tu forma sin poseer un cuerpo de un mortal 

-Eres una hipócrita, siempre supiste cual era el plan 

-Pero siempre subestime a Meritxell, igual que tú, igual que todos en este jodido mundo -dice con rabia -Ahora sana las heridas que despiadadamente has marcado sobre su espalda 

-Es y será un recordatorio de sus decisiones

-¡SANALA AHORA! -grita con firmeza 

-Sabes cual es el precio ¿Lo aceptas?

-Sí 

Veo que Edurne se entierra una daga en el corazón y como su alma se desprende de su cuerpo, como asciende hasta la oscuridad de la espesa y negra nube cubierta de rayos azules que no paran de resonar entre ellos mientras chocan y se revuelcan. 

Caigo de rodillas atónita y un rayo es liberado en el cuerpo de Meritxell, quien libera un grito que casi me revienta los tímpanos, que probablemente le desgarró la garganta y terminó rompiendo sus cuerdas vocales. 

El cuerpo de Meritxell deja de moverse y ella deja de emitir sonidos cuando la nube comienza a dispersarse y a dejarnos en completo shock a todos, tratando de asimilar todas las cosas que han ocurrido. 

-¿Estás bien? -me pregunta Jeannette mientras me toma el rostro entre sus manos 

-Sí ¿Y tú?

-Sí, estoy bien -dice con lágrimas en los ojos 

Me levanto con las piernas temblorosas al lado de mi madre, que se acerca con cuidado al cuerpo sin movimiento de Meritxell. 

-¿Está viva? -pregunto incapaz de poder llegar a su lado

-Sí, las heridas han sanado pero han dejado unas notorias cicatrices 

-¿Ella va a despertar?

-Sí, pero no se cuando lo haga 

El cuerpo de Meritxell empieza a moverse con ligeros movimientos y me acerco a su lado. Cuando abre sus ojos puedo ver lo rojos e hinchados que están de tanto llorar. 

-¿Puedes ponerte de pie? -le pregunto con la voz temblorosa 

Ella se reincorpora y permanece sentada unos segundos en completo silencio, con su rostro lleno de culpa, angustia, miedo y debilidad. 

Una Meritxell vulnerable como jamás la vi, no había enojo, rabia, odio, sed de venganza, solo era una niña asustada, con la culpa carcomiéndola lentamente. 

Desvía su mirada hacia Edurne y sus ojos pierden cualquier brillo, solo se ensombrecen.

Se pone de pie y permanece con la mirada baja. 

-¿Podrían encargarse de sepultarla? -pregunta con la garganta ronca 

-Sí, no te preocupes por nada, ve a descansar 

-No quiero que me sigan -dice sin energía -Mañana a primera hora estaré aquí para el último enfrentamiento entre ustedes y para su última oportunidad de subir de rango los que aún puedan hacerlo 

Su voz estaba apagada, no sonaba firme ni a una orden, aunque sé que de todos modos harían lo que ella dijera, pero el hecho de que ella no sonara como ella misma era preocupante. 

-¿Tienen alguna duda?

-No -dice mi madre -¿Te sientes bien? -le pregunta mientras intenta posar una de sus manos sobre el hombro de Meritxell 

Pero ella lo retira en segundos. 

-No, pero lo estaré 

-¿Te acompaño? -le pregunto 

-No, tienes que practicar, tienes que superarte para que mañana me demuestres que puedes ir a plantarle cara a Varsha o te juro que te dejaré aquí anclada 

-¿A dónde iras? -pregunta Jeannette 

-Cómo si te importara, te da igual a donde voy solo quieres asegurarte de que regresaré -le dice y levanta su mirada para verla a los ojos -No te preocupes, aquí estaré a primera hora para verte fracasar como bruja 

-Te mereces cada cosa que te pasa por ser un ser tan despreciable, ojala te hubiera visto sufrir más, Varsha no te ha castigado lo suficiente 

Y ocurre algo inaudito, Meritxell se encoje en su lugar haciéndose pequeñita y en su rostro pasa una expresión de dolor, se abraza a si misma y empieza a caminar para alejarse de nosotros e internarse en las profundidades del bosque. 

-¿Por qué has dicho eso? -le pregunto a Jeannette atónita

-Claro vas a reclamarme porque yo la ofendo pero no lo haces cuando ella me lo hace a mi ¿Cierto?

-Por favor Jeannette ¿Acaso viste lo que acaba de pasar hace unos segundos? ¿Viste lo que le hizo? 

-Sí, pero ni siquiera eso la vuelve un ser humano más comprensible o piadoso, sigue siendo cruel, arrogante y despiadada 

-No conoce otra cosa -le digo con tristeza -No trates de igualarte a ella, porque ella es todo lo que conoce, pero tú no, tú no eres así, pero estas empeñada en convertirte en algo que no eres y quiero pensar que tampoco quieres 

Jeannette baja la mirada. 

-Sé que la odias, sé que ella te odia pero no tienes que atacarla por su punto débil, eso no es honorable ni digno de ti -me alejo de ella y le pido a uno de los brujos morados que me ayude a entrenar, lo ultimo que quiero es que Meritxell me impida ir a pelear mañana

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora