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*** Narra Yaiza ***

Despierto de golpe, luego de tener una pesadilla en donde Varsha me estaba torturando junto con Meritxell hasta dejarnos encendidas en unas llamas azules que sobrepasaban los dos metros de altura e intensidad. Todo parecía tan real.

Mi corazón estaba latiendo sobre mi pecho completamente acelerado, mientras un sudor cubría mi frente, las palmas de mis manos y mi espalda.

Mi respiración estaba prácticamente entrecortada y el dolor en el pecho no ayuda mucho.

-Solo fue una pesadilla, solo fue una pesadilla -susurro mientras me abrazo a mi misma e intento calmarme

Me levanto del sillón y un olor a rosas empieza a inundar la sala. Me pongo de pie y empiezo a seguir ese aroma, extrañamente sé a donde ir, como si me estuviera dirigiéndome.

Llego hasta la puerta que lleva directamente al sótano, la cual termino abriendo con una mano temblorosa y con una ligera capa de sudor nuevamente presente.

Veo las enormes escaleras que conducen a una penumbra terrorífica, aquella negrura en la que podría pasarme cualquier cosa.

Doy una respiración entrecortada y empiezo a bajar mientras me abrazo a mi misma, con los latidos de mi corazón expandiéndose con intensidad por todas partes, en mi cuello, en la cabeza. Mis piernas estaban temblorosas y mis manos cada vez se aferraban a mi con más fuerza y firmeza.

En cuanto mi pie toca el final de la escalera y entra en contacto con el piso firme unas velas se encienden e iluminan todo el lugar. La puerta se azota y libero un grito espantoso por el susto.

Miro a todos lados sintiendo un hormigueo que recorre por todo mi cuerpo.

Mi cabeza empieza a sentir un dolor agudo que provoca que me la sujete con fuerza y que cierre mis ojos, era un dolor como la primera vez que empezó todo esto, cuando estaba regresando de la escuela con Jeannette, cuando tuve mi primera alucinación con la silueta de la sombra.

Caigo de rodillas aún sujetando mi cabeza y todo a mi alrededor se desvanece por completo. La oscuridad me cubre y solo soy capaz de verme a mi misma con la penumbra.

Ahora sé que estoy en una alucinación, ahora sé que quien sea que me esté haciendo esto tengo que mostrarme firme.

<<Cuanto tiempo sin vernos>> dice esa voz terrorífica, no hay duda de que es ella

La idea de que Meritxell pudiera llegar a estar haciéndome esto se esfuma enseguida.

-¿Dónde estás?

<<No sabía que estabas tan ansiosa por verme>> dice con esa voz que me pone los pelos de punta, suena tan distinguida pero  al mismo tiempo es capaz de hacerme temblar de miedo 

-¿Dónde estás? -miro hacia todos lados con el corazón desbocado sobre mi pecho

<<Meritxell está siendo muy buena contigo>>

Siento un escalofrío que me deja inmóvil, esto no va a ir por un buen camino lo presiento.

<<He decidido que por cada conjuro que falles, ella sufrirá las consecuencias>>

-No puedes hacer eso

<<¿De verdad lo crees?>>

-Sé que no lo harás -le digo sonando segura de mi misma -La necesitas, ella es tu fiel seguidora, la has criado, no puedes hacerle eso

<<¿Acaso has visto sus cicatrices?>> pregunta con una risita de fondo que me acobarda al escucharla

Pero tengo que aparentar firmeza y seguridad, además el recuerdo de como Varsha torturaba a Meritxell cuando apenas era una niña indefensa, pequeña y sola, me abruma y sé que no tengo que dar mi brazo a torcer.

-Si la hieres por sus fallas es algo terrible, ahora imagínate lastimarla por los errores de los demás -le digo empezando a sentirme molesta -Eres muy injusta, eres una abusadora

Siento un golpe sobre mi abdomen tan fuerte que me manda volando por los aires hasta que mi espalda golpea abruptamente contra la pared y caigo después al piso revolcándome de dolor.

<<Veo que la insolencia y tu falta de respeto es mucha Yaiza ¿Acaso tus padres no te dieron educación? Ah no, espera, ellos no lo son>> comienza a reírse y mi coraje solo empieza a crecer

-Eres un ser despreciable, has torturado a Meritxell desde que es una niña

<<Yo entrené a Meritxell para que fuera la bruja más poderosa de la tierra a su corta edad, en cambio ¿Qué me dices de Jeannette? El trabajo de sus padres hacia ella fue lo peor que he visto en mi vida, lo más patético que jamás creí ver en siglos>>

-Ella odia la violencia -defiendo a Jeannette -Y sus padres en vez de castigarla lo aceptaron, dejaron que ella decidiera por si misma ¿Pero tú? Tú eres asquerosa, atormentaste a una pequeña niña que no podía defenderse contra ti, que hizo todo lo que le ordenaste por miedo de terminar muerta como sus papás

<<No tenía motivos para torturarla sin sentido, fui yo quien la salvó>> dice con superioridad pero esta vez soy yo quien se ríe de ella 

-¿Qué la salvaste? -sigo riéndome pero asegurándome de que mis próximas palabras sean duras y firmes -La arrastraste a su propio infierno, la convertiste en una arma letal, despiadada, solitaria y llena de cicatrices, no quiero ni imaginar todo el dolor y la agonía que le has causado todos estos años, eres un ser malo y desquiciado

<<Sí, tienes razón soy un ser malo y desquiciado>> dice como si la hubiera alagado, como si estuviera orgullosa de lo que es

Mi corazón late con fuerza y de pronto toda la oscuridad es remplazada por el bosque, cada detalle del bosque está ahí, la noche oscura, la luna en su esplendor con todas las estrellas resplandeciendo a su lado, la ligera brisa de la noche solitaria.

A lo lejos veo un cuerpo tirado, empiezo a caminar hacía él y ahogo un grito cuando veo que es Jeannette.

Corro hacía ella pero un cristal se levanta de la nada y me estrello con gran fuerza, golpeándome la nariz y haciendo que sangre mientras un dolor me invade en cuestión de segundos. Otros cristales se levantan a mis lados y me encierran como si estuviera dentro de una caja de cristal.

<<Mírala, ahí tan sola, tan indefensa y vulnerable>>

-No le hagas nada -le exijo con firmeza

<<Eso dependerá de ti, de tu entrenamiento, ahora Jeannette está en mi poder, sigue fallando y tu hermana recibirá un latigazo que dejará una cicatriz permanente, veamos quién se cansa primero, tú de intentar mejorar sin resultados o yo en castigar>>

Tomo mis tres respiraciones profundas y con los rayos saliendo de mis manos los pongo contra el vidrio. Comienzo a descargar mi energía en el, pero no pasa absolutamente nada.

<<Fallaste>>

Un látigo azul abrasador y terrorífico aparece en lo alto y es desatado con mucha fuerza sobre el cuerpo inerte de mi hermana.

-¡NO! -grito en agonía

Pero Jeannette libera un grito que se desgarra, es mucho más alto que el mío y está impregnado de un dolor cargado de agonía.

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora