El demonio de pétalos de rosa

XX

Sigo la llama sin prestar atención a lo que me rodea, solo me concentro en no perder el rastro. Además no es tiempo de que las dudas empiecen a abrumar mi cabeza, no quiero arrepentirme, sé que necesito saber la verdad, quiero y deseo saber la verdad, sin importar las consecuencias que vaya a tener. 

Estoy por horas caminando a través del enorme y solitario bosque pero en realidad no estaba cansada, la determinación que sentía era mucho más fuerte. 

Una enorme casa de tres pisos completamente abandonada con la fachada tenebrosa y descuidada empieza a aparecer en mi campo visual. Siento una punzada en el corazón al verla, además de que un escalofrío me recorre toda la columna vertebral que me hace temblar por dentro. 

Suelto un suspiro ante la majestuosidad de lo que fue esta casa en el pasado, debió de ser realmente impresionante y hermosa. 

Estoy a dos pasos de las escaleras principales que me llevarían al porche de la casa, cuando la llama purpura se esfuma y con ella todo el rastro que seguimos hasta aquí, como si nada hubiera pasado. 

-Es muy impresionante -dice Meritxell mientras se pone a mi lado y admira la casa con detenimiento 

-Debió de ser hermosa antes de ser descuidada todos estos años 

-No lo sé, creo que así me gusta mucho más, tiene ese aspecto terrorífico, abandonado, melancólico y curioso por lo desconocido 

-¿Por qué no me sorprende que no pensemos igual? -le digo con una sonrisa 

-Yaiza... necesito que hagas un juramento de sangre 

-¿Qué?

-Ya sé como vas a pagarme todos los favores que me debes 

-¿Cómo? -pregunto temerosa y con la voz quebradiza 

-Vas a ayudarme a hacer un conjuro, uno muy poderoso 

-No tengo experiencia con todo eso de los conjuros 

-Yo te voy a enseñar lo que debes de hacer y te iré diciendo lo que tendrás que hacer 

-¿Qué clase de conjuro?

-Un conjuro peligroso y poderoso 

-¿Para qué?

-Preguntas mucho, solo debes de saber eso 

-¿Mi vida se podrá en riesgo?

-No 

-¿Y la tuya?

Meritxell me mira con el ceño fruncido, evidentemente confundida. 

-¿A ti qué te importa si termino herida o muerta?

-Claro que me importa

Se me queda viendo de una forma muy extraña, es como si quisiera obligarme a decir algo. 

-¿Qué pasa? -le pregunto con nerviosismo 

-Nada 

Ella saca la navaja que utilizó para cortarme hace unos instantes y me la tiende. 

-Tiene que ser un pacto de sangre 

-Tengo miedo de preguntar pero... -la miro con nerviosismo -¿Qué tan peligroso es un pacto de sangre?

-Sí no cumples con el juramento te irás al infierno en ese mismo instante en donde incumpliste con tu palabra 

-¿Sin salida?

-Jamás, tu alma queda condenada por siglos y siglos, nada podrá salvarte jamás 

-Estás pidiendo mucho -susurro porque de pronto mi voz se agotó 

-Dijiste que harías lo que fuera porque te salvara del desastre que hiciste de la biblioteca

-No seas injusta Meritxell, me estás condenando al infierno -le digo alterada

-No, estoy asegurándome de que cumplirás tu palabra 

-Te doy mi palabra 

-Entonces no te costará hacer el pacto de sangre -me mira con determinación 

No va a ceder, mi palabra no le es suficiente, necesita tener certeza ella no se anda con juegos y traiciones, tampoco con lamentaciones ni cabos sueltos. 

-¿Y si me niego? 

Ella me mira con detenimiento.

-Suerte tratando de encontrar la verdad de tu origen -se da media vuelta y empieza a caminar de regreso 

-Espera ¿A donde vas? -le digo mientras corro detrás de ella y la tomo del brazo 

-Voy a casa, no tengo nada más que hacer aquí

-Pero tengo que conocer la verdad de mi origen

-Yaiza quieres que siga ayudándote con tus problemas -me dice con frialdad -Pero yo no estoy recibiendo nada a cambio, te he ayudado en cada cosa que me has pedido pero no puedes hacer un pacto en donde me jures que harás ese conjuro conmigo 

-¿De qué se trata ese conjuro y por qué es tan importante para ti?

-No es de tu incumbencia 

-Pero quiero saberlo

-Lastima que no podamos tener todo lo que queremos en esta vida, bienvenida al mundo real princesita 

Se zafa de mi agarre con brusquedad y empieza a caminar otra vez, veo que comienza a alejarse y es cuando me rindo. Ella es el único camino seguro para averiguar la verdad sobre mi pasado, sobre mi verdadera identidad

-Meritxell -la llamo sin que la voz me tiemble -Lo haré -le digo con firmeza y segura de mi misma -Haré el conjuro y el pacto de sangre 

Ella se detiene. 

-Hablo enserio, te necesito y ahora también sé que me necesitas 

Se queda parada unos segundos dándome la espalda, hasta que se gira con el semblante tranquilo y regresa a mi lado. Toma la navaja de mi mano y abre de un solo corte preciso una herida sobre la palma de su mano. 

Me tiende la navaja y corto la palma de mi mano mientras muerdo con fuerza mi labio inferior para no liberar un grito de dolor. 

-Yaiza juras por tu alma que me ayudarás a realizar el conjuro que yo te ordene, lo harás sin preguntar por el procedimiento, sin titubear, sin errores, obedeciendo cada una de mis instrucciones y no me cuestionaras nada -dice mientras tiende su mano hacia mi 

-Lo juro -le digo mientras uno mi mano a la suya 

Nuestras sangres se mezclan y nuestras miradas no dejan de mirarse ni un solo segundo. 

-De acuerdo -dice mientras suelta mi mano 

Suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo y siento una carga sobre los hombros. 

-Tranquila Yaiza, todo saldrá bien 

-Confío en ti 

Ella me mira con gran profundidad, sé que debe de sentirse muy sola sobre todo porque no tiene una familia que se preocupe por ella, quizá nunca nadie le ha dicho que confían en ella y por eso es que me está mirando de esa manera. 

-Dame tu mano para curarla -dice mientras la sujeta y con su magia deja una cicatriz muy tenue casi pasa inadvertida

-¿Puedo llegar a hacer esto?

-Sí, será una de tus primeras lecciones -dice con tranquilidad mientras se cura a ella misma 

-¿O sea que me entrenaras? -le pregunto emocionada 

-Créeme que no me lo agradecerás -dice riendo malvadamente -No soy paciente con la torpeza, ni tampoco con lo conformista, te esfuerzas o simplemente te desecho