XXXIII

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*** Narra Meritxell ***

Llego al campo despejado que Varsha me ordenó hace unas horas que fuera, porque aquí tendría mi prueba para convertirme en una bruja de rango superior. 

A lo lejos empiezo a ver a dos hombres de traje impecable negro y zapatos recién lustrados, ambos traían el cabello peinado hacía atrás y por su forma de caminar con galantería pude darme cuenta de que ambos eran brujos. 

Mis alertas surgieron y al más mínimo movimiento brusco que hicieran los liquidaría, ellos no eran competencia para mi. 

-Hola Meritxell -dice el hombre de la derecha con una sonrisa arrogante 

Simplemente no respondo, solo les dedico una mirada penetrante a ambos. 

-Hemos venido a ayudar -dice el hombre de la izquierda 

-¿Cómo podrían siquiera pensar en ayudar en alguien con esa fachada que se cargan? -me burlo de ellos con descaro para provocarlos y de paso divertirme un poco

-Tienes dos formas de convertirte en un brujo de rango superior -dice el hombre de la derecha como si estuviera dando una platica filosófica

-Solo existe una -le digo con seguridad -Es destruyendo a dos brujos que sean de tu mismo rango, así demuestras que eres mucho mejor que ellos dos a pesar de estar en el mismo nivel, los sacrificas para que puedas ascender 

-Esa es una -dice el hombre de la izquierda con tranquilidad

-La más sencilla -dice el hombre de la derecha -La más inhumana, brutal y sencilla experiencia 

-¿Cuál es la otra? -pregunto directamente -No logro identificar que es lo que comienza a cansarme más, si sus rodeos con el tema o su patético intento por sonar interesantes 

Ambos sonríen como si estuviesen satisfechos por mi respuesta y eso solo hace que me den ganas de arrancarles la cabeza. 

Ambos brujos extienden las palmas de sus manos y es cuestión de segundos para que uno de ellos las llene con unos rayos morados con gran estruendo, mientras que el otro envuelve sus brazos en unas ardientes y fieras llamas del mismo color. 

Extiendo mis manos y también muestro mi energía con llamas mucho más grandes, desafiantes e imponentes que las de ese ser tan patético que estaba dispuesto a desafiarme, junto con su amiguito de juegos. 

-La segunda es venciendo a un demonio

-**Obsecro te Gorkat ut haec venefica te provocat et exsurgere possit in gradum veneficae veneficae, si duellum acceperit et amiserit, damnabitur propter reliquam vitam, ut serviat tibi ut facias cum ea quod placet; si vicerit, habebis promotionem suam tibi tribuendi et ei summam potestatem tribuendi

(**Yo te invoco Gorkat para que te desafié esta bruja y pueda ascender de rango a bruja azul, si ella acepta el duelo y pierde será condenada por el resto de su existencia a servirte para que hagas de ella lo que te plazca, pero si logra vencerte tendrás que conceder tu mismo su ascenso y darle el poder supremo)

Un torbellino de arena comenzó a formarse con gran estrepito, tuve que plantarme con firmeza sobre el piso para no salir volando por los aires. 

Una oscura y espesa nube comienza a surgir del piso, combinándose con la arena en torbellino, el viento comienza a soplar con mucha más fuerza y determinación. 

Veo como uno de los brujos degolla al otro y lo ofrece como sacrificio mientras se baña con su sangre.

El demonio libera un rugido y hace acto de presencia solo por unos segundos ya que entra al cuerpo del brujo que aún permanece con vida y le da acceso para que lo posea por completo.

De verdad estoy a punto de desafiar a un demonio, que aunque no es igual de poderoso que Varsha no deja de ser un ser superior a mi, no deja de ser un ser sobrenatural, con mirada aterradora con sed de mi sangre, con sed de arrebatarme el alma y arrastrarme al infierno para hacerme su esclava por el resto de la eternidad. 

El corazón estaba a punto de salirse de mi pecho por los latidos tan apresurados que daba, trataba de concentrarme en mi respiración y tratar de mantener mi mente en calma, que el miedo no me abrumara para que no me quitara la capacidad de poder destruirlo. 

Cada recuerdo de mi entrenamiento desde que era una pequeña niña, cada castigo que me dio Varsha por mi mala habilidad con la magia, cada castigo por ser insolente o no ser suficiente, cada ofensa, cada tortura, cada vez que me hizo sentir insignificante, vacía, inútil e inservible. 

Todas esas veces que me negaba a creer que estaría mejor muerta, la rabia que siento cuando no confía en mi y en mi capacidad de ser algo poderoso. 

El coraje y la necesidad de que ella se sienta orgullosa de mi. 

Con decisión y firmeza, enciendo mis brazos en llamas moradas que arden con determinación, dispuestas a arrasar con cualquier cosa que se les ponga por enfrente, comienzo a caminar sin quitarle la mirada de encima. 

Sus ojos eran unas llamas que no me causaban ni la quinta parte de lo que me atemorizaban los de Varsha. 

Desato mi primer ataque y tal como espero que haga lo esquiva, así que libero otro mucho más fuerte y catastrófico sobre él, pero es más lento y lo recibe, liberando un sonido inhumano que poco faltó para aturdirme completamente. 

Cambie la técnica y comencé a formar un látigo de rayos morados envuelto en unas afiladas cuchillas que desgarrarían en cuanto entraran en contacto con algo, porque para eso estaban diseñadas, para descuartizar. 

Tiro el primer latigazo, pero logra crear una barrera protectora que solo provoca que se escuche un estruendo ensordecedor por todo el campo. 

No me detengo, mientras lanzo otro latigazo para distraerlo, con la fuerza de mi energía con la otra mano libre arranco un árbol a lo lejos y cuando bloquea el latigazo con otro campo de fuerza, el árbol impacta de forma brusca en su nuca y lo arrastra por el piso formando una zanja profunda. 

Se pone de pie con la nariz escurriendo a chorros de sangre y es cuando veo que empieza a formar una bola de plasma con rayos y fuego que combina el blanco, el amarillo y el morado.

Lo lanza mientras libera un rugido y es cuestión de segundos para que impacte contra mi ser, pero es cuando alzo las palmas de mis manos hacía al frente y le devuelvo con un golpe de viento arrollador la esfera llena de destrucción mortal. 

Mi movimiento lo tomó por sorpresa y terminó arrastrándolo por los aires mientras rugía otra vez.  

-Ven aquí, aún no termino contigo -le digo mientras camino con firmeza y seguridad generando otro látigo sobre mi mano derecha  

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora