XXXII

22 7 0
                                    

La rosa empieza a crecer sin la menor de las dificultades, primero como un pequeño capullo, el tallo empezó a elevarse mientras crecían unas finas pero afiladas espinas a su alrededor, el pequeño botón blanco pronto se convirtió en el nacimiento de unos pétalos blancos delicados que se abrían con gracia y belleza. 

Cuando alcanzó su máximo esplendor terminé con la conexión y sentí como la llama de mi mirada se fue apagando poco a poco. 

Sonreí con el fascinante resultado y me puse de pie con la respiración agitada.

-¿De verdad lo has hecho? -preguntan a mis espaldas 

Pero no necesito girarme para ver que es Meritxell, su voz y el cambio en el ambiente son tan distinguidos en ella, que es muy fácil percatarse de su presencia. 

-Sí creo que lo he conseguido -le digo con una sonrisa orgullosa 

-¿Qué te ha pasado en la muñeca? 

Instintivamente toco mi muñeca herida y un dolor se desprende en cuanto hago un ligero roce con mis dedos. 

-No es nada 

-¿Entonces vamos a empezar a mentirnos desde este momento? 

-Seguramente me ha dado alergia algo

No obtuve respuesta por parte de Meritxell, pero en menos de un segundo ella estaba tomándome la mano e inspeccionándola superficialmente con la mirada profunda. 

 -Deberías de curarla -me dice con tranquilidad -No ha sido alergia a algo, te han hecho está quemadura con un rayo de rango superior al tuyo, quedará una cicatriz de por vida pero así tendrás un recuerdo de lo que no debes de hacer en un futuro si no quieres tener otra igual

-Me duele cuando me curo 

-Lo sé 

-Claro que lo sabes, has recibido peores -digo apenada -Lo siento, solo que aún no me acostumbro al dolor 

-Esperemos que no tengas que acostumbrarte 

La miro y ella está mirando hacía el horizonte con la mirada perdida, su respiración está tranquila pero sé que hay algo más.

-¿Estás bien?

-Siempre estoy bien 

-Querrás decir que siempre aparentas estar bien -ella me mira con el ceño fruncido -Pero estoy tratando de que por primera vez me digas si realmente estás bien 

-Estoy bien -susurra 

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-Sí 

Y por primera vez no parece que este molesta por mi curiosidad o por mis preguntas tan fuera de lugar que la sacan de quicio y que probablemente le den ganas de estrangularme con sus propias manos para que deje de hablar y desaparezca de su vida de una vez por todas. 

-¿Varsha puede lastimar a las personas sin poseer un cuerpo?

-Es un demonio 

Asiento con la cabeza y libero un suspiro para tratar de calmarme. Jeannette está en peligro, tengo que mejorar en cuanto antes. 

-Tengo otra pregunta 

-Hazla -dice mientras dirige nuevamente su mirada al horizonte 

-¿Necesitas ser una bruja de rango azul para el conjuro?

-Sí -dice en susurro 

Y por esos escasos segundos le falla su voz, la deja vulnerable y puedo percatarme de un miedo en esa voz que siempre suena segura, arrogante, maliciosa o burlesca. 

-¿Cómo vas a lograrlo?

-No es de tu incumbencia

-Lo es si eso involucra a Jeannette o a sus padres -le digo con firmeza 

Ella me mira con la mirada fría. 

-En ese caso, vuelvo a repetirte que no es de tu incumbencia 

-¿Puedo ayudar en algo?

-Para el conjuro necesito que plantes y hagas crecer a 12 rosas al mismo tiempo, sigue practicando en hacer crecer de una en una, después de dos en dos, luego de tres en tres, hasta que logres hacer que 12 rosas crezcan al mismo tiempo 

-Está bien 

-Me iré en cuanto amanezca, necesito prepárame y tú necesitas practicar 

-¿Vas a dejarme sola? -le digo alterada y con miedo 

-No te pasará nada 

-Meritxell...

-Yaiza no soy tu niñera -dice con disgusto y desesperación -Creo que eres capaz de quedarte sola un día perfeccionando tu técnica de crecimiento en rosas

-¿Qué pasa si logro dominarlo antes de que llegues? ¿Qué haré después?

-Empezarás a trabajar en las alucinaciones, trata con cosas pequeñas pero significativas, logra engañar a tu propia mente con una ilusión 

-¿Y después?

-Quiero que practiques lanzar fuego y rayos sobre un objeto en especifico

-De acuerdo -digo mientras siento como me abruma un sentimiento extraño

Son muchas cosas por perfeccionar, además tengo la presión y angustia de que Varsha tiene a Jeannette en su poder, incluso en este preciso instante puede estar torturándola. Además ella está herida y seguramente no puede curarse a si misma, también el hecho de que sus padres no la estén buscando para poder salvarla termina de ponerle la cereza al pastel de problemas que estaba empezando a cargar sobre mis hombros. 

-Yaiza -me llama Meritxell 

La miro y nuestros ojos se miran directamente, sin vacilar. 

-No va a lastimarla 

-¿Qué? -me ahogo en un susurro 

-Va a respetar su palabra, tres días ha dicho ¿No?

-Pero... ¿Cómo lo sabes? Ella me dijo que no te dijera nada que tú...

-No es difícil adivinar los planes de Varsha -se encoje de hombros -Además conozco mejor que nadie sus métodos para que las brujas exploten su potencial en el menor tiempo posible

Agacho la mirada y un temblor comienza a surgir dentro de mi cuerpo, pero logro mantenerlo al margen. 

-Era imposible que lograras hacer crecer esa rosa en tan poco tiempo, tenías miedo de dejarte salir... pero ahora existe otro miedo que supera esas inseguridades que te retenían y solo se me ocurre una posibilidad de que eso sea posible, solo hay una persona en este mundo por la que darías todo y te convertirías en lo que fuera con tal de protegerla, te sientes en deuda con ella, pues dedicó toda su vida a protegerte y sientes esa responsabilidad de corresponderle de la misma manera

No puedo mentir, Meritxell es demasiado inteligente, no se le dificulta en lo más mínimo descifrarme y conocer cada aspecto de mi comportamiento, me causa escalofrío que me conozca tan bien. 

-Jeannette es tu debilidad -me dice mientras me mira con detenimiento -Probablemente tú seas la de ella también

-¿Cuál es tu debilidad?

Ambas nos quedamos en un silencio prolongado. Ni siquiera sé porque se lo he preguntado, es más que obvio que ella no tiene ninguna, ella es tan grande, indestructible, fuerte y segura de si misma que no debe de tenerla. 

-Varsha -susurra Meritxell 

El demonio de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora