HOMBRE LOBO.

En prisión (parte 2)

El guardia llama a Samantha y ella debe irse con mucho el dolor en el alma, antes Emmanuel pudo darle el número de celular de su tía Clara.
Más tarde...
Se encuentra en el departamento de Rachel.
Samantha ya habló con la tía de Emmanuel, pero ella se niega a creer en lo que le dijo.
Rachel: —No puedo creer que esa mujer no te crea, acaso necesita ver una foto de su sobrino para creerte?
Samantha: —Creí que nos ayudaría, pero pienso que para ella es más fácil negar la verdad, es triste todo lo que ocurre, esa mujer perdió a su familia y... debe ser difícil para ella que su sobrino sea un hombre lobo.
Rachel: —Sí, tienes razón, pero debemos obrar pronto, tu chico necesita un abogado...
En ese momento llega Roy, un joven moreno, de cabellos y ojos  oscuros, aparenta unos 25 años.
Rachel: —Hola amor...
Ambos se dan un corto beso en los labios.
Roy: —Hola cariño... ah, quien es ella? Es la amiga de la que me hablaste?
Rachel: —Sí, ella es Samantha...
Roy extiende su mano y la estrecha con la de Samantha diciendo: —Soy Roy Evans, periodista. Bien... estoy en mi primer caso, descubrir quien es el depredador y tener la suficiente información para poder publicar una nota sobre eso. Creo que voy a saberlo pronto...
Samantha suelta la mano de Roy y dice: —Así es, parece que sí...
Rachel: —Oye Roy, sabías que atraparon a la bestia? Aún no salió en las noticias, pero...
Roy: —Claro que lo sé, en la agencia donde estoy trabajando ya tienen ese informe, hay contactos que ayudan. Ahora mismo estoy dispuesto a ir a donde lo tienen y conseguir información.
Rachel: —Ahora? Pero acabas de llegar...
Roy: —Lo sé linda, pero es mi oportunidad, quiero ser el primero, muchos están atrás de esa noticia.
Iré a ducharme y salgo para allá, ojalá logre información.
Samantha duda por un momento si decirlo o no, si contar lo que sabe, pero luego  decide hacerlo, al final las cosas terminarán sabiéndose de igual modo y tal vez no de la manera que debe ser.
Samanha: —Yo puedo dar esa información, mientras que un joven está preso, encadenado en un sótano de una comisaría con tan sólo una bolsa de pan duro y una botella de agua, las personas que lo obligaron a ser lo que es están libres, sí, muertos algunos, es cierto, pero no todos. Voy a contar todo lo que sé.
Mientras Emmanuel...
Ya se cambió de ropa, le dieron una que Samantha dejó cuando fue a verlo, de igual manera eso no lo hace sentir mejor, de nuevo está esposado y no sabe lo que decidirán sobre él.
De pronto el oficial Ralph y otros tres policías más bajan las escaleras apuntando con sus armas al joven.
Ralph: — Le haremos preguntas, luego será transportado a prisión, no con un juicio aún, su caso es bastante complicado.
Emmanuel: —No creo que sea eso de agrado para la bestia...
No garantizo que pueda controlarme por mucho tiempo, físicamente me siento un poco mejor, eso podría despertar al monstruo en el que me convertí por culpa de otros.