•[Falso-Alfa]•
Las cosas hubieran sido más sencillas para Taehyung sí su pareja destinada fuera una Omega, pero lastimosamente las cosas no fueron así.
Al igual que para Moon todo hubiera sido más fácil sí tan solo su pareja destinada la amara y ace...
Jeon Miyoung se dirigió a la habitación de su hija luego de haber escuchado unos ruidos extraños. Era pasada de la media noche, y se suponía que ella había mandado a dormir a Jungkook y a Moon temprano.
Sí esa niña se encontraba despierta se metería en muchos problemas.
Tomó la perilla y abrió la puerta con cuidado, en caso de que fueran imaginaciones suyas, y se asomó solo un poco para ver al interior. Solo entonces se dio cuenta de que Moon no estaba en su cama.
Miyoung frunció el ceño y abrió la puerta, entrando por completo en la habitación. La buscó con la mirada y la encontró tirada en el suelo junto al armario, gimiendo de dolor.
—Moon, ¿Pero qué pasó?
La Omega rápidamente se arrodilló a su lado mientras la colocaba en su regazo y acunaba su rostro entre sus manos. Moon apenas levantó la vista y la miró con ojos llorosos. La niña apretaba con fuerza su estómago y sollozaba cuando la movían demasiado.
—Me duele mucho, mamá... —Moon cerró los ojos y se encogió en sí misma apretando sus piernas contra su pecho—. No sé qué me pasa...
A Miyoung le dolía ver a su hija en ese estado pero debía mantener la calma para no alterarla más. Ella ya había pasado eso mismo con Jungkook, así que ya tenía algo de experiencia en lo que debía hacer.
—Tranquila bebé, respira. Vamos, uno, dos, tres, respira. —Repitió ese mantra unas cuantas veces en las que Moon la imitó pero aún así su dolor no disminuía—. ¿Dime donde te duele?
Con algo de esfuerzo, Moon señaló a su pecho y luego bajo hacía a su estómago donde apretó más fuerte con su mano.
Miyoung asintió comprendiendo y luego suspiró, estaba segura de que Moon estaba confundiendo su dolor. Decía que le dolía el estómago cuando en realidad lo que le dolía era su bajo vientre, un claro síntoma de presentación Omega.
Que mal día había elegido su hija para presentarse.
Justo el día anterior, su padre se había ido de viaje junto al padre de Taehyung hacia el sur a firmar una alianza con una manada vecina y no volverían hasta dentro de dos semanas. Sí Moon en verdad se estaba presentando como Omega iba a necesitar el aroma de un Alfa adulto para calmar su dolor, su aroma galletas había servido cuando Jungkook se presentó pero esta vez no la iba a ayudar mucho en esta situación.
Miyoung ayudó a su pequeña a ponerse de pie y la llevó hacia la cama donde estaría más cómoda. Tocó su frente y sintió como su temperatura corporal iba en aumento.
—Espérame aquí un segundo, voy por unas toallas mojadas.
—No mamá no, —Suplicó sollozando—. No me dejes, tengo miedo. Me duele mucho.
—Lo sé bebé, pero necesitas refrescarte si no quieres que tu cuerpo sufra las consecuencias después.
—M-Mamá... —Y Miyoung sintió su corazón partirse al escuchar la voz de Moon quebrarse de dolor.
No lo resistió más y se metió en la cama con ella mientras la abrazaba y llenaba su cabello de besos. Dejó salir su aroma, aunque sabía que no haría efecto en ella total pero que al menos sirviera para hacerle saber que no estaba sola y que su madre estaba allí a su lado.
Miyoung no supo cuánto tiempo estuvieron así, en donde la temperatura de Moon subió a altos niveles y la niña siguió retorciéndose, aguantando el dolor. De repente, Moon se quedó muy quieta en la cama mientras Miyoung sentía como el colchón bajo de ella se sentía más cálido y húmedo. Miró hacía abajo y descubrió que los pantalones de Moon tenía una gran mancha de humedad en su entrepierna.
—Lo siento, mamá, creo que moje la cama. —Moon se disculpó avergonzada y se cubrió el rostro.
Pero Miyoung no estaba molesta, al contrario. Luchaba con ella misma para no ponerse a llorar allí mismo. Su hijita, su pequeña bebé acababa de presentarse como Omega.
—No te preocupes por eso, mi vida. ¡No mojaste la cama!
—Me siento pegajosa y viscosa...—Moon se quejó e intentó moverse pero la sensación era verdaderamente incomoda.
—Tranquila, no te muevas. Ahora traigo unas toallas para ayudar a limpiarte. —Besó su mejilla para luego hacer lo dicho pero juntó sus cejas al percibir un aroma ajeno en su hija. Lluvia y Limón. Miyoung sonrió al reconocer el aroma del pequeño Kim—. Y cuando vuelva quiero que me expliques por qué el aroma de TaeTae esta tan impregnado en ti a esta hora de la noche.
La Omega pudo notar como Moon se sonrojó violentamente y bajó la cara para no mirar su madre. Miyoung se rió y salió mientras iba al baño a buscar las toallas. Tomó un par del gabinete de abajo y las mojó con el agua del grifo.
Miyougn se sentía más tranquila ahora que ya todo había pasado. Sus dos cachorros ahora eran Alfa y Omega, y serían reconocidos así de por toda la manada.
Ya la peor parte había pasado.
Al volver a la habitación, encontró nuevamente la cama vacía.
—¿Moon?
Miyoung se inclinó sobre la cama y vio en el suelo un gran bulto envuelto en sabanas. Moon se había caído y ahora estaba enredada y luchando por salir.
La Omega sonrió divertida y agarró una esquina de la tela y la levantó, viendo debajo un pelaje blanco, colmillos afilados y un gran ojo azul que le devolvía la mirada bajo unas gruesas pestañas.
Miyoung cayó al suelo aterrada mientras veía al lobo blanco levantándose con algo de dificultad de entre las sabanas de unicornio de su hija.
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