🌙 | 39 | Muy Dulce

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Capítulo XXXIX
Muy Dulce


  
Jungkook no podía creer lo que estaba haciendo.

¿En verdad lo iba a hacer?

Se preguntaba constantemente por el camino sí él en serio estaba conduciendo hacia la zona residencial de los Omegas, para ir a presentarse ante la chica que "supuestamente" él había reclamado.

Al principio, Jungkook no pensaba ni siquiera en ir a verla, de hecho pretendía posponer ese encuentro lo más que pudiera, pero su padre había insistido tanto, que se vio obligado a concretar una cita con la chica para que así su padre lo dejara en paz.

—Tienes que tomarte esto en serio, Jungkook. —repetía su padre—. No es posible que estés a punto de ser el siguiente Alfa Líder y que aún no estés casado o enlazado a una Omega. Es inconcebible.

Jungkook se abstenía de poner los ojos en blanco ante ese ridículo argumento que ya se sabía de memoria. No creía necesario que tuviera que contraer nupcias para poder acceder al mandato. Él tenía varios amigos que se habían vuelto los líderes de sus Clanes sin tener una Omega, y les iba bien. Algunos hasta habían encontrado a su pareja después de obtener el título.

¿Por qué él no podía hacer lo mismo?

Pero luego recordaba que solo a él lo obligaban las leyes de su Clan.

En fin, esperaba que la Omega le gustaran las flores, había elegido un pequeño ramo rosa de peonías, y cuando Taehyung las vió abrió los ojos y le preguntó sí estaba seguro de su elección. Él asintió sin darle más vueltas, solo eran unas flores.

Sin embargo, el asentimiento lento y silencioso por parte de su amigo, lo llenó de curiosidad y alzó una ceja mientras le pedía el significado de las peonías.

—"Eres hermosa" —respondió simplemente Taehyung con una sonrisa y desvío la mirada hacia unas gardenias que estaban en el exhibidor. Jungkook entrecerró los ojos en su dirección.

Otra vez, allí estaba su tic que revelaba que estaba mintiendo.

Esas peonías no significaban eso, pero no sé iba a poner a discutir para que le revelara la verdad. Él solo quería terminar con todo eso rápido e irse a celebrar su cumpleaños en algún club de la manada vecina.

Cuando estuvo frente a las grandes rejas metálicas que protegían la entrega, soltó un suspiro y bajó la ventanilla del Jeep para hablar con el guardia.

—¿Nombre? —dijo automáticamente el tipo con cara de fastido y sin mirarlo, solo preparado para apuntar el nombre en el libro de actas.

—Jeon Jungkook. —masculló entre dientes, y al pobre guardia se le cayó el lápiz de la impresión.

Debía tratarse de una broma.

En los últimos días el hombre había sido testigo de cómo su Mano Derecha había estado constantemente entrando y saliendo de la zona en compañía de una Omega recién llegada al Clan, y ahora, en menos de una hora de haberse ido otra vez con la Omega, el futuro líder, el heredero de toda la manada, también se presentaba en la zona.

Los astros debieron alinearse como para que un milagro como ese estuviera pasando.

Jungkook jamás iba hace la zona de los Omegas a menos que se tratará de un asunto oficial, pero él guardia no había recibido ninguna notificación previa, por lo que se trataba de una visita completamente personal.

—Y... ¿A quién viene a ver? —Aunque la pregunta era completamente rutinaria, el hombre sentía una gran curiosidad por su respuesta.

—Bae Quincy, ¿Está?

𝑷𝒔𝒆𝒖𝒅𝒐-𝑨𝒍𝒑𝒉𝒂 | ᴷᵀᴴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora