🌙 | 37 | Cheerleader

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Capítulo XXXVII
Cheerleader
 
 

Moon giró su cabeza, mirando el perfil tranquilo y sonriente de Taehyung mientras conducía. Sus dedos anillados tamborileaban sobre el volante rítmicamente al compás de la música que sonaba en la radio. El cabello largo que a veces caía sobre sus ojos era sujetado por una bandana roja sobre su frente y que resaltaba entre todo su atuendo negro.

Moon se aseguró de guardar esa imagen en su memoria dentro de la carpeta de las cosas más hermosas que ha visto en su vida. Kim Taehyung antes le parecía el niño más lindo que hubiera visto, solía llamarlo su príncipe, y ahora, ese mismo príncipe le parecía el hombre más guapo del mundo.

—¿Por qué me miras tanto? —preguntó al sentir la aguda mirada de la chica.

—Admiro tú visual nada más. Es hipnotizante—respondió sin vergüenza, y eso hizo que Taehyung se riera— ¿A dónde vamos?

Hace unos minutos el Alfa había pasado a recogerla en la zona de los Omegas y le había dicho que se preparara para que lo acompañara a un lugar, dicho lugar aún no le había revelado, y Moon se moría de la curiosidad.

Taehyung amplió aún más su sonrisa, sabiendo que la chica no se resistiría mucho en preguntar.

—Vamos al Estadio, —contestó tomando una de las manos de Moon que reposaba en su regazo y la entrelazó con la suya, sintiendo alivio al instante en su interior—. Hoy me toca combatir en representación de la Manada Jeon y necesito porras especiales.

—¿Y me trajiste a mi para eso?

—Ajam...

Moon rió divertida y negó. Jamás imaginó que a donde irían sería el estadio. Habrían muchas personas allí y lo que menos quería era que miembros de su familia la vieran.

—¿Jungkook estará allí?

—Si, estará en el palco VIP de la manada lamiendo sus heridas, ya te conté como quedó descalificado y aún no lo supiera. —comentó divertido—. Mientras que tú te quedarás en mi sala de cambio privada y podrás disfrutar de las luchas con un bol de palomitas de maíz sin que nadie te moleste.

—Lo tenías todo planeado, ¿Verdad?

Moon lo miró impresionada y Taehyung simplemente alzó un poco sus hombros restándole importancia.

—Por supuesto, llevo pensando en esto toda la mañana.

—Pues, lamento decepcionarte Tae. No soy porrista y no sé bailar ni dar piruetas.

—¿Como qué no? —La miró brevemente—. A ti te encantaba bailar cuando éramos niños, hacías competencias con Jungkook y luego me arrastrabas a mi para que me uniera a ustedes.

—Eso quedó en el pasado, ya mis días de bailarina de acabaron. —Suspiró dramática y exagerada.

Moon se mordía la lengua, conteniéndose para no decirle que realidad se la pasaba bailando con Jimin todos los fines de semana. El Pseudo-Omega, en verdad disfrutaba de llevar su cuerpo al límite y de moverlo en sincronía con la música. Moon admiraba la pasión con la que Jimin se expresaba con el baile, mientras que ella lo veía como un deporte.

Odiaba hacer ejercicio, pero le gustaba sudar y quemar calorías bailando.

—Apuesto a que con un poco de práctica volverías a ser la reina del baile. —comentó y dió un leve apretón a sus manos—. Te movías muy bien...

—¿En serio? —preguntó en voz baja Moon ligeramente sonrojada.

Moon miró al frente, justo cuando ellos entraban al estacionamiento subterráneo del estadio. Por un momento se quedaron a oscuras mientras descendían y luego las luces se volvieron opacas. Taehyung buscó rápidamente un espacio libre junto a las puertas, y cuando lo encontró, apagó el motor y se quedaron un momento allí sin moverse.

𝑷𝒔𝒆𝒖𝒅𝒐-𝑨𝒍𝒑𝒉𝒂 | ᴷᵀᴴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora