🌙 | 45 | Oye, amigo

678 66 22
                                        

Capítulo XLV
Oye, amigo
   
 

Los siguientes días fueron de completo estrés para el joven heredero de la manada Jeon.

No solo habían terminado suspendiendo los juegos, sino que también lo que más temía había sucedido. Su padre había concedido permiso a los demás Clanes para comenzar la cacería dentro de los terrenos de los de la manada, y eso a Jungkook no le gustaba. No le gustaba que Alfas desconocidos estuvieran inmiscuyéndose en sus tierras. Sabía que todos ellos estaban más que dispuestos a encontrar a cómo de lugar al Lobo Blanco que irrumpió en el banquete hace semanas, y cuando lo hallaran no dudarían en capturarlo y asesinarlo.

Ese asunto lo tenía muy inquieto, y apesar de que Taehyung le aseguró mil veces que ese lobo ya no se encontraba en los terrenos, que el animal lo soltó a mitad del bosque y que luego se perdió de vista en dirección hacia las montañas del Alfa Cambiaformas, Jungkook se encontraba más preocupado por el lobo que aún tenía en su taller.

Había hablado con Yeonwoo al respecto y ambos decidieron posponer la liberación del animal hasta que las cosas se calmaran. No podían arriesgarse a que los encontraran con el lobo. Se meterían en un gran lío y no sabría que decirle a su padre sobre estar protegiendo al enemigo.

Así como tampoco sabría cómo explicarle el por qué conducía todas las noches hacia la manada vecina solo para ver a una simple Beta.

Ahora que no podía acercarse al club, el Alfa había optado por esperar dentro de su Jeep, al otro lado de la calle, a que la bailarina saliera del trabajo. Pasaba largas horas aburrido allí dentro e incluso llegaba a cabecear medio dormido sobre el volante, pero gracias a la alarma en su teléfono siempre terminaba despertando justo a tiempo para verla salir desde una puerta lateral del club con su bolso al hombro y un abrigo largo de color beige que le llegaba a las rodillas.

Su cabellera rojiza se balanceaba de lado a lado en una coleta, y la encantadora sonrisa que cargaba en sus labios era visible incluso desde esa distancia. Jungkook se removió en el asiento sintiendo una ligera opresión en su pecho y llevó su mano sobre su corazón para que este se calmara y bajará el ritmo de sus latidos.

—En serio, Ji... ¿Una Beta? —preguntó en susurros a su lobo. Jungkook no dejaba de pensar en que su lobo tenía gustos bien raros.

No solo se trataba de una Beta, también era una bailarina que trabajaba en un club de mala muerte en otra manada.

Él había estado vigilando a la chica a distancia, sin intenciones de acercarse nuevamente como lo hizo en el club antes de que lo echaran, y había llegado a la nula conclusión de que, en verdad, no entendía que tenía de especial esa chica para que le llamara tanto la atención a Ji.

Literalmente, su lobo se hallaba en su interior jadeando ansioso por verla y él no sabía que hacer al respecto. Jamás se había sentido de esa manera, nunca ninguna chica había despertado emociones tan fuertes en él, siempre se trataba de mantenerse en enfocado en su futuro nombramiento como Alfa, cuidar de la manada, entrenar para volverse más fuerte y de vez en cuando bajar el estrés con alguna Omega.

Cosa que ya no podía permitirse porque se suponía que estaba en una relación con Bae Quincy, la Omega de extraños ojos rosáceos que hacía que su corazón también se acelerara sin razón.

—Oye, ¿No crees que deberías decidirte de una vez? —siguió hablando sin despegar los ojos de la Beta—. ¿Te gusta la chica castaña o la pelirroja? ¿La Beta o la Omega?

Ambas son lindas...

—Pero...

La Beta es la que me llama, es nuestra Destinada...

𝑷𝒔𝒆𝒖𝒅𝒐-𝑨𝒍𝒑𝒉𝒂 | ᴷᵀᴴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora