Capitulo 5

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Tarareaba "Brutal" una vez más. Hacia cambios en la letra para que sonara mejor. Podía calcular que estuvo ahí por tres horas. Se había quedado dormida por un rato. En realidad no tenía nada más que hacer en esa casa. Terminó de confeccionar, solo se la pasaba componiendo o durmiendo. Extrañaba su teléfono. O su televisión. Tal vez era una pérdida de tiempo, pero la sacaba del aburrimiento. Podría volverse loca en cualquier momento ahora que se encontraba incomunicada de todas maneras posibles.

Como echaba de menos a su única mejor amiga, Anna. Una rubia ultra tímida. Era un poco más alta que ella y pero tenía apariencia mucha más joven a su edad. Tenía aquel apoyo que más necesitaba cuando terminó con su ex novio. Sabía que aún la tenía a ella.

Ahora ni a ella. Ni a sus padres. Aunque su relación con ellos no era la más cercana, no podía echarlos más de menos. Ahora estaba arrepentida.

Interrumpiéndola de sus pensamientos, el ladrido de un perro fue lo que captó su atención, acompañado del sonido de la puerta de la planta de abajo que llevaba al jardín. Ella fue hacia el balcón y observó a un bello perro husky color blanco. Era de un tamaño grande. Muy bonito a sus ojos. Una sonrisa se le había dibujado en el rostro, aunque después fue desvanecida cuando vio cómo Soobin llegaba a centrarse en el suelo acompañado de Maddie. Ella traía una pelota. Mientras tanto, el chico sonreía por cómo ella solo le hacía un chiflido y el perro lograba llegar a ella.

—Muy bien Scott —le hablaba en un tono muy cariñoso. Le pasó la pelota a Soobin por atrás, para ocultársela al perro. Este se acuesta sobre sus piernas y se deja acariciar por la chica—¿Quién es un buen perrito? ¿Por qué eres tan preciso? —la forma en la que le hablaba era muy tierna. Hasta el alto sonreía y se le enchinaban los ojos de lo bonito que era ese perro.

—¡Hey Scott! —le enseñó la pelota y el perro se levanta— ¡Atrápala! —la lanza y va tras de ella— Wow, sí que está bien entrenado —se dirigió a la chica.

—Ha ganado muchas competencias caninas. Podría asegurar que es otro orgullo más para mi familia.

El perro regresaba y le entregaba con su boca la pelota a Soobin. Él sonreía ante lo admirado que estaba del can. Y Lia, aunque tenía molestia ante él y la chica, ver esa escena era muy linda de ver.

—¡Buen chico! —le rascaba su cabeza y el perro se subió encima para lamer su rostro. Maddie se rió al respecto.

—¡Definitivamente te ama! —tomó la pelota y llamando la atención de el perro, la lanzó mucho más lejos. Este fue tras ella— Oye, ¿Y Liv? No la he visto.

Soobin se levantaba del pasto para volver a incorporarse en su posición de estar sentado.

—Está en su habitación, dormida —mintió, a lo cual ella rodeó los ojos.

—Siento que no le caigo bien —miró triste al chico.

En realidad no estaban tan lejos de Lia. Ella los veía perfectamente. Soobin si le daba la espalda, pero Maddie no. Solo que estaba muy concentrada en la mirada de el chico. ¿Como era que él no se daba cuenta lo mucho que ella lo deseaba? Se preguntaba la castaña. Hasta le frustraba lo tonto que podía llegar a ser.

—Ella no ha estado de buen humor desde que llegó, pero es entendible. De hecho yo me comporté como un idiota con ella recientemente.

La chica que los espiaba desde el balcón tan solo se preguntaba a sí misma, ¿que tanto de lo que dijo ahí va con sinceridad?

—Pero ustedes le están dando una casa. Es ella la malagradecida —colocó su mano en el hombro del chico—. Tu haz sido muy atento siempre, pero ya ves que viene de un hábitat diferente al de nosotros.

sour • soobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora