Capítulo 10

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Lia estaba a punto de salir de el edificio, dispuesta a salir al estacionamiento y encontrarse con Soobin, pero justo alguien le había tocado el hombro. Era una chica.

—¡Oye tu! —dijo. Era de baja estatura, cabello corto y lacio, y de lentes. Lia se voltea y la mira.

—Hola, ¿qué pasa? —respondió.

—Soy Nina, oye... Tengo problemas en la espalda y estoy en el club de Ajedrez. Necesito llevar mi mochila hasta él aula, pero esta en los salones del sótano. ¿Quisieras ayudarme por favor?

—Oh, claro. Cuenta conmigo —en un tono amable contestó y la de baja estatura con su mano le guió para que le siguiera. Lia deja sus cosas en el piso y se va con ella.

Le apuntó su mochila en el suelo, al lado de un aula y la castaña la carga. Juntas van hacia las escaleras, doblando un pasillo y bajan a lo que sería el sótano de la escuela.

Un montón de posters se encontraban ahí, de los clubes que manejaban. Lia se quedaba viendo a todos.

—¿Hay club de música? —le preguntó.

—Ahh si, después de dejar la mochila te lo enseño.

Llegaron a la planta baja. Un poco más oscuro estaba a comparación de los pasillos donde estaban los salones, hasta para Lia daban vibras tenebrosas. La otra chica no la observaba y ni hablaba, más parecía que estuviese en una película de terror.

Iban pasando puerta tras puerta de ese pasillo. Era muy delgado, y tal parecía que iban al salón que estaba más al fondo porque en ninguno Nina se detenía a señalar cuál de todas las puertas era.

Hasta que finalmente llegaron al fondo, a la última puerta.

—Aquí es —habló la de cabello corto. Lia abre la puerta y entra. Poco después Nina entra igual.

—Ponla en la tercera silla de la última fila, por favor.

Lia asiente y se retira hacia esa parte. Llega al asiento y deja la mochila ahí, dando un poco la espalda a la chica.

Pero la puerta se cierra. Ella tiembla un poco y rápidamente voltea, y se da cuenta que ahora esta sola.

—¿Nina?

La llave se movía, y se escuchó el seguro de la puerta moviéndose.

Corrió hacia la puerta y empezó a mover frustradamente a la manilla. Pero no abría. La habían encerrado.

—¡No es chistoso, ábreme la puerta!

No recibía respuesta. Lo más seguro es que la otra chica se había ido.

—¡Maldita sea! —gritó y golpeo la puerta. Le dolió la mano, y para contrarrestarlo, pateó con más fuerza la puerta.

Fue hacia la mochila, para ver las cosas que tenía. Sabía perfectamente que si se metían con ella, ella les tenía que cobrárselas y más fuerte.

Al abrirla, no había nada más que una caja de chocolates y una nota pegada sobre esta.

"Al menos quédate aquí todo el día comiendo chocolates"

Lia levantó las cejas y miró aturdida a la caja. Ni siquiera quería agarrar ninguno. En verdad estaba asustada.

Sabía que alguien le quería hacer un daño.

Volvió a la puerta, y empezó a gritar.

—¡Sáquenme de aquí! ¡Estoy encerrada! —golpeaba la puerta—¡SÁQUENMEEEE! —hacía un grito mucho más ahogado.

sour • soobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora