Capítulo 37

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Se bajó del auto con el billete en mano que le había regalado aquel tipo antes de dejarla afuera de la estación. Sentía como los pies le ardían. El pavimento estaba muy caliente. El tipo se fue, haciendo que ella estuviera sola.

Estaba en la entrada. Tan solo había un foco afuera. Abrió la puerta para entrar apenas a la estación, pero fue detenida por una mano fuerte que sostenía su muñeca. Fue llevada hacia afuera, y cuando puede ver de quien se trataba, sus ojos quedaron en blanco.

—Maldita sea... ¡¿Cómo me encontraste?! —le gritó a Soobin en su cara.

—Tienes mi celular. Lo rastree.

Ella checo el bolsillo de la chaqueta de cuero que traía puesta. No se había dado cuenta que aún lo tenía. Lo tomó y se lo devolvió de forma brusca en sus manos.

—Listo, ya tienes tu celular. Si venías por eso entonces ya no tienes que preocuparte, pero ahora tengo que irme.

Soobin vio el celular, y acto seguido lo lanza hacia el bote de basura.

—Yo no vine por ese aparato, vine por ti.

Ella se había quedado atónita, y fue más su asombro cuando sentía el brazo de él rodeando fuertemente su cintura.

—Me importa una mierda que haya dicho Maddie sobre ti. Prefiero que tú me cuentes la verdad, pero pase lo que pase siempre te amaré y estoy dispuesto a correr el riesgo mientras tú te puedas encontrar con vida.

Como era de costumbre, ambos tenían sus ojos con lágrimas en borde de estas. Como si de una competencia de quien llore primero pierde se tratase. Perdió Lia. Pero a los pocos segundos él le siguió.

—Soobin, no tiene caso... Y-yo no puedo estar más contigo. Por favor, no hagas esto más difícil —dijo con dolor, mientras que tomaba de los brazos al chico, para que este la soltara—. Te he mentido todo este tiempo, y estar contigo solo provoca que te mienta más.

—¿Prefieres terminar antes que hacer que esto funcione? —asintió— ¡A mi no me importa que tanto me hayas mentido! Si fue por tu bien, es más que comprensible. Yo estoy enamorado de ti, por favor no... no te vayas —tomó su mano, a la vez que lloraba desoladamente.

—¡SOOBIN BASTA! ¡Yo no soy buena para ti! —se soltó agresivamente. Sin embargo antes de que él respondiera, ella gritó su nombre al ver que un hombre atrás de él lo tomó del cuello y puso un trapo en su boca— ¡SOOBIIIIN! —gritó escandalosamente. Pero a ella le hicieron lo mismo. Otro hombre la tomó a ella y repitió aquella acción.

Los dos se fueron quedando inconscientes, hasta terminar en los brazos de esos tipos. Rápidamente se los llevaron hacia el estacionamiento, y los metieron a ambos en la caja de el carro de donde venían. Ambos pudieron caber a la perfección, aunque estuvieran muy pegados uno al otro. Se acercaron al cuerpo de Lia, y le retiraron el collar que traía.

El collar era una trampa de esos tipos para aquella chica.

—Que buen susto recibirá Zach —dijo uno de los hombres, llendo al asiento de copiloto—. Eso le pasa por nos acatar las reglas.

—¿Cuánto le pedimos? —respondió el otro, quien iba a conducir.

—250,000 es suficiente.

—Vamos por los 400,000 mejor.

—Ok, me gusta esa cantidad.

Soobin había abierto los ojos, se encontraba acostado en el suelo del cuarto qué parecía en mal estado, aunque su cabeza se encontraba recostada sobre los muslos de Lia. Cuando los dejaron en el cuarto donde están ahora, solo los habían lanzado al suelo, y él terminó sobre ella. Lia al despertarse primero sintió su peso por encima del de ella y buscó como acomodarlo sin lastimarlo más.

sour • soobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora