sour • soobin

[2] Capítulo 9

Soobin fue llevado a la habitación con ayuda de Kai. Toda la tarde se quedaron juntos. Hicieron la tarea, aunque el pelinegro tenía que estar acostado con su nariz vendada.

No podía evitar el muchacho sentirse un poco más contento. Por lo menos sabía que sus amigos seguían apoyándolo pese a sus malas decisiones. Sentía algo de pena por Taehyun, porque se llevó un castigo a costa suya. A costa de sus acciones.

—El director me habló en su oficina —dijo Soobin. Kai, que estaba en el escritorio de Beomgyu, va hacia el muchacho mientras rodaba en la silla con rueditas.

—¿Y sucedió algo?

—Solo me dijo que mis calificaciones andan en riesgo de empeorar... No he asistido a clases últimamente.

—Oh no, ¿y qué es lo qué haces cuando no vas a clase?

—Me iba de fuga con ya sabes quienes. Caminábamos por el centro comercial, o íbamos a algún parque de diversiones que nos quedara a unas horas.

—Ah... ¿Te divertiste por lo menos?

—La verdad es que no —miró a su amigo—. No importa que tan interesante era el paseo, yo... Jamás me sentí incluido y que pertenecía ahí.

—Porque ellos no ven por ti, como lo hacemos nosotros. Tus verdaderos amigos.

—Si... Pero no tenían porque. Me distancié de ustedes y no creo que quieran volver a ser mis amigos.

—Te equivocas. Claro que quiero seguir siendo tu amigo. También Taehyun y Beomgyu que ahorita se encuentran persiguiendo sus sueños. Todos queremos ser tu amigo porque te queremos y tenemos fe en ti. Además tú nos has apoyado de forma incondicional. Así que no te dejaremos solo —sobó su hombro, y Soobin le dio unas palmadas en el de él.
En eso sonó el timbre de la casa.

—¿Quieres que vaya? —preguntó el rubio, a lo cual Soobin asiente.

—Por favor.

Kai sale de la habitación. Baja las escaleras, y se encamina hacia la entrada. Abre la puerta, y descubre que quien toco el timbre fue nada más y nada menos que Marleena.

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—¡¿Cómo que Lia está embarazada?! —la madre de Anna exclamó, a su vez que cortaba zanahorias para la sopa que estaba preparando. Su hija aún seguía terminando la tarea en el comedor.

—¿Cómo sabes?

—Ya todo el mundo lo sabe... Increíble que no me lo contaras tú.

—Bueno es que fue algo qué pasó de forma repentina y pensé que ella preferiría lidiar sola con aquello.

—Es demasiado joven, ¿cómo cree que podrá lidiarlo de forma tan simple?

—Bueno, tiene 18 años...

—Pero sigue siendo muy joven.

Anna trató de continuar con su tarea.

—¿Tú la estás apoyando con su decisión?

—Tuvimos una discusión. De hecho, no creo que sea buena idea que ella tenga un bebé. Porque lo quiere mantener. Así que... nos distanciamos un poco.

—Fue lo mejor... Anna, esa chica siempre se me hizo una mala influencia. Pero que bueno que tienes una mente propia.

Anna frunció el ceño cuando escuchó esas palabras salir de la boca de su madre.

—Mamá, Lia no la tuvo fácil. Recuerda que sus padres estaban en la distribución de drogas. Y mírala. No está siguiendo sus pasos. Pero tampoco es que podamos esperar mucho de una chica que no recibía atención suficiente de sus padres... Lia cree que tener un hijo resolverá sus problemas. Ella está vulnerable en el aspecto emocional. Y perdió su confianza para brillar en el escenario.