Capítulo 12

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"Siento que mi vida esta pasando muy rápido, y todo lo que hago es mirar y llorar.

Extraño el aire, extraño a mis amigos, extraño a mi mamá, extraño cuando la vida era una fiesta para celebrar, pero eso fue hace un millón de años".

—Wow. Esa parte la sentí mucho —dijo Liv mirando al techo. pero dirigiéndose a Soobin—. Si extraño mucho a mi mamá —soltó una pequeña risa—. No esta mal este lugar, se que pudo tocarme cosas mucho peores y aquí estoy viva. Pero me ando sintiendo como en una cárcel. Si desearía que todo volviera a la normalidad. Tal vez sea poco, pero ver a mi familia me agradaría.

—Espero no ser indiscreto, pero tus padres... ¿Están...?

—No te preocupes por eso, Soobin. Siguen vivos, pero simplemente no están en condiciones para cuidarme. Es por eso que estoy en un orfanato. Pocas veces puedo llegar a verlos. Pero cuando estoy con ellos la paso muy bien. Papá si es algo duro conmigo, él tiene un caracter fuerte y me decía que no quería criar a una niña frágil. Mamá por otra parte era quien más me consentía. Yo de pequeña era muy traviesa. Entonces mi papá siempre me castigaba. Me ponía a podar el césped, limpiar su auto, limpiar la pecera que tenía para mi pez, lavar trastes, cualquier cosa que faltara por hacer en la casa y que ellos se encargaran me pedían que lo hiciera. Aunque mamá luego me protegía y luego me decía que me fuera a jugar y ella terminaba el resto.

—¿Qué clase de travesuras hacías?

—Hacia cosas muy locas, como irme al techo de la casa y ponerle sal, según yo era polvo de hada, y utilizaba mi disfraz de Tinker Bell para eso —miró por un momento a Soobin, quien estaba completamente asombrado ante la anécdota de la chica—. Tenía algo con la sal, porque en otra ocasión después de ver un episodio de Art Attack, la agarré para ponerme a hacer dibujos en medio de la calle. Como el piso de mi casa era de un color claro, casi no se distinguía, así que en la calle si... Tuve que barrer todo esa vez.

—¡¿Cuántos años tenias?!

—Cinco años.

—¡¿A los cinco hacías eso?!

—Si. Creo que deje de hacer esas maldades entrando a primaria. Mi yo del kínder era un caos andante.

—Positivamente hablando, echabas a volar tu imaginación.

—¡¿Viste?! Y tú, ¿como eras de pequeño?

—A diferencia de ti, fui un niño más calmado. Me gusta mucho leer, y desde temprana edad me gustaba ir a la biblioteca. Me la pasaba viajando todo el tiempo a concursos y olimpiadas de ciencia. De hecho recibo dinero por parte del gobierno por mis altas calificaciones, desde que estaba en primaria.

—¿En verdad? —el asintió.

—Y en cuanto mis padres, los dos estaban felices porque les tocó un niño muy calmado e inteligente.

—¡Eras como un orgullo para ellos desde chiquito!

—Si... Mi infancia fue muy pacífica. Mira, te enseñaré fotos de cuando era niño. En unas salgo con Beomgyu. Él siempre fue mi compañero de juegos. A contrario de mi, que amaba coleccionar libros, su cuarto estaba repleto con todos los juguetes que te imagines. Ahora esta repleto de instrumentos, discos, equipo de sonido y dos computadoras.

—Wow, que impresionante.

—Si que lo es —dijo mientras revisaba su teléfono. Fue hacia la galería y en uno de sus álbumes abre una foto.

Lia volvió a acomodarse en su hombro. Soobin había mostrado una pequeña sonrisa.

Él le enseña las fotos, y los ojos de la chica se volvieron pequeños.

sour • soobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora