sour • soobin

[2] Capítulo 11

Lia se miró al espejo una última vez. Había escuchado el timbre el cual indicaba que Yeonjun ya había llegado.

Se había colocado un vestido color celeste de tirantes. Inevitablemente, sus manos fueron a su vientre, y se miró a sí misma.

—Wow... Estás tan pequeño que ni te notas.

Tomó su bolso de color blanco. Con su cabello atado de una cebolla despreocupada. Salió de la habitación, y bajó lentamente por las escaleras, dado a los tacones que llevaba puestos.

Era de noche, aproximadamente las 9. El muchacho tenía destinado llevar a la chica a un restaurante-bar donde pudieran cenar a gusto y ponerse a bailar sin parar.

—¡Tíaaaa! ¡Ya me voy! —gritó la castaña.

—¡Ok, me avisas cuando llegues! —respondió la mujer, desde su habitación.

Lia se acerca a la puerta, y la abre. Encontrándose así a Yeonjun, que llevaba una camisa de vestir blanca, y unos pantalones negros. Para ser un look bastante sencillo, pero apropiado. Unos cuantos botones desabrochados, y su cabello bien arreglado, era aquello que lo hacía ver extremadamente guapo de acuerdo con la chica.

—Wow —suspiró al verla—. Eres demasiado hermosa, Lia Roberts.

Hizo contacto visual directamente con ella. La chica se sonrojó, y decidió desviar la mirada.

—Si... Gracias.

Él ofreció su brazo, a lo cual ella lo tomó. Finalmente, la acompañó al auto, donde primero la guió y le abrió la puerta del lado de copiloto para que ella entrara. Después, él fue a su lado de conductor, y emprendieron camino hacia el lugar.

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—No puede ser —Lia vio su teléfono, y Yeonjun pareció fruncir el ceño, al ver la expresión de sorpresa de la castaña.

—¿Algún problema?

Los dos estaban sentados en una mesa del restaurante. Tenían música en vivo, así que tenían que alzar un poco la voz para escucharse.

—Acaban de mandarme mensaje los productores de la serie... Quieren que comience con los ensayos de los números musicales del show. Dentro de 2 semanas.

—Oh... ¿Entonces si vas a actuar?

—No. No he podido decirles que ya no formaré parte del elenco.

El mayor trataba de ser paciente, así que apretó su puño y respiró hondo.

—Oh... Por... Dios... ¡Eres la protagonista! Tampoco busco que te sientas culpable pero entiende que pudiste haberles dicho que no desde antes para que contemplen a alguien más. Aún estás a tiempo, si eso quieres. Pero para una producción tan grande como ese... Es mucho trabajo.

Lia lo miró con un puchero en su rostro.

—No hagas esa carita, mejor sonríe —el puso sus manos en las mejillas de ella, y le formó una sonrisa. Pero apenas las quito y su cara volvió a la expresión de antes—. Te lo digo porque yo que estoy en Broadway estoy más de cerca con esos detalles. Se que no se compara, pero cualquier cosa que necesites saber me tienes aquí.

—Gracias... Es lindo ver que cumpliste tus sueños.

—Si, así yo también quiero que cumplas los tuyos algún día.

—Bueno, yo creo que será momento de buscar otros sueños porque no podría continuar con la actuación por lo menos ahora que mi carrera ni ha empezado y ya estoy embarazada... Y mi mayor miedo es que si quisiera continuar con ello después de que nazca, deje de ser atractiva y una candidata para las productoras que buscan artistas con una carrera limpia.