breves historias que vivirás con tus personajes favoritos del mundo mágico de harry potter, incluyen primera, segunda y tercera generación.
- todas las historias son hechas por mí.
[re-edición por errores ortográficos]
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Pruebas tu desayuno el cuál consiste de solo cereal y leche, no estas de los mejores ánimos y estabilidades, levantas la mirada al notar que alguien tiene su mirada fija en ti, al ver al causante bufas, era tú mejor amiga.
— ¿Qué? — preguntas alzando tus cejas.
La ves rodar sus ojos.
— ¿En serio evitarás el tema? t/n, por favor, admítelo. — coloca sus codos sobre la mesa.
— Angelique, no hay nada que deba admitir, lo que paso ayer con Sirius simplemente fue... — tratas de buscar las palabras correctas.
— ¿Fue? — pregunta ella esperando tu respuesta.
— Un error, eso. Nada más. — llevas una cucharada de cereal a tu boca — Nos dejamos llevar por el momento, pero se que ese beso no significo nada, yo no significo nada para él, solo olvídalo.
— Yo no lo veo así. No puedes simplemente besar a alguien e ignorar al día siguiente eso. Trata de hablarlo con él.
Negaste
— ¿Qué?, ni loca. — sueltas la cuchara — ¿Qué le digo? "Oye Sirius, quería hablar contigo sobre lo de anoche, quiero saber si ese beso significo algo para ti o no" — la miras incrédula — Eso sería vergonzoso.
— Deja que el actue y verás.
Ignoras aquello y sigues desayunando para prepararte para tus otras clases, tratas de buscar al chico sigilosamente con la mirada pero al parecer no ha bajado a desayunar, negaste internamente y decides ya dirigirte a tu primera clase del día.
[...]
Caminas por los pasillos, ya has terminado con todas tus clases del día y lo único que quieres ahora es descansar, logras ver a Angelique a lo lejos aceleras tus pasos para acercarte a ella.
— Oye, el libro que te preste ayer, lo necesito.
La ves hacer una mueca.
— Lo deje en los dormitorios, no lo traje en mi mochila.
— Descuida, yo iré por él. Luego te alcanzo. — te despides de ella y caminas hacía la entrada de la sala común.
Repites la contraseña y esperas que el cuadro se abra, ya con el camino libre te adentras a la sala común, pero esta no esta vacía, ves a alguien de espaldas mirando por el gran ventanal, al ver aquel cabello y su altura ya sabes de quien se trata, Sirius. Tratas de caminar rápido y sigilosamente pero este se da la vuelta.
— T/n. — al escuchar tu nombre salir de sus labios paras de caminar y cierras tus ojos maldiciendo.
— Hola, Sirius. — tratas de sonreír al darte la vuelta.
— ¿Huías de mí? — alza una de sus cejas.
Negaste.
— ¿Yo? — rascas tú nunca — No, cómo crees. Nada que ver.
Algo no muy convencido lo ves asentir.
— Bueno, eso no importa. La verdad que bueno que te veo, quiero hablar contigo. — camina hacía ti.
— ¿De que deseas hablar?
— Sobre lo de ayer. — ves cómo su semblante cambia.
— Sirius, mira. — suspiras — Yo se que lo de ayer no debió pasar, se que te arrepientes de ese beso, por que ni siquiera te gusto o te intereso, si te llego a incomodar, desde el fondo de mi ser te pido perdón. — hablas tan rápido que no sabes si él te a entendido.
— Hablas como si estuvieras tan segura de la situación.
Al escucharle rápidamente fijas tú mirada en él.
— ¿Quién te dijo todo eso?, por que nada de lo que dices es verdad. Claro que me interesas, en ningún momento me incómodo y sobre todo, no me arrepiento de haberte besado. — al verlo acercarse a ti tú corazón se acelera.
— ¿De que hablas?
— De que me gustas y me atraes de la manera más fuerte que pueda existir y solo quiero saber si tú te sientes igual. — tomó tus dos manos — Solo dime que ayer tú corazón no se aceleró, tú estómago no se contrajo, que una una corriente no paso por todo tu cuerpo y un escalofrío abarcó todo tu ser.
Tragas saliva, relames tus labios. Tus manos comienzan a sudar y no encuentras las palabras correctas las cuales decir.
— Dime que no sentiste nada y lo entenderé, dímelo. — vuelve a hablar este mientras no aparta sus ojos de ti.
Cierras unos segundos tus ojos al sentir un conflicto mentalmente contigo misma, pero este no duro mucho ya que subes tus manos a su nuca y lo acercas a ti para besar sus labios, los cuáles no estan para nada en duda que eran los únicos labios que querías probar, las manos de Sirius bajan a tu cintura y te acercan más a él. Te separaste de él y sientes tu frente caer sobre la de él, jadeas tratando de tomar aire.
— ¿Eso responde tú duda? por que creó que la mía esta resulta.
Lo escuchas reír.
— La mía está más que respondida y con la respuesta que quería, tenerte ahora conmigo. — dejo un beso en tú mejilla y luego en la comisura de tus labios.
