Capítulo 47 - El sacrificio

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La tortura estaba lejos de terminar para María Victoria, quien a pesar de todo ya no intentaba zafarse de su propia prisión. Algo en ella había desaparecido luego de la tortura inicial. Solo quedaba una joven mirando hacia la nada misma, esperando a su próximo castigo. La chica no entendía qué sucedía, pero... había algo que andaba mal. Muy mal. Sin embargo, el pensamiento se había detenido. Le costaba hilar una frase en su pensamiento, o tan siquiera imaginar alguna cosa. Su mente había quedado en blanco, como una tábula rasa sin voluntad.
Tan solo podía sentir un par de sensaciones, como la extraña sensación de la novicia acariciando su piel.

—Quiero felicitarte por tu sacrificio, María Victoria. Sé que ya no podés ver, así que te voy a ir contando lo que estoy haciendo contigo —Le dijo la hermana Irene con un tono pausado—. Si todo salió como lo dice el libro, tu mente ya no logra pensar por sí misma, o en definitiva le cuesta mucho. Te has quedado sin reacción, y tal vez te sientas como una muñeca de trapo —Todo concordaba de una manera aterradora—. Eso significa que parte de tu alma fue traspasada justamente a esta linda muñequita de trapo que tengo en mis manos. Y como te dije, tu mente está en blanco, lista para modificarse. Los tres ejes han sido afectados, y ahora estás bajo mi control. Te preguntarás por qué no tomé todo de vos... por qué no te arrebaté la vida. Bueno, porque quiero que seas mi títere. Te dije que te iba a dejar salir, pero no como entraste, sino como yo quiero que salgas. Y a donde vas a ir, lo decido yo —Le confesó con una sonrisa cínica en el rostro, disfrutando de las lágrimas que volvían a caer por la joven adolescente.

***

Aquella noche Manuel había dejado que Antonia durmiera con su hermana. Era lo justo después de todo lo que habían pasado. Por lo que Antonia se quedó un largo rato cuidando de Josefina, quien yacía dormida a su lado, aunque juzgando por su apariencia era muy difícil distinguir si dormía o estaba muerta del todo. Aquella noche Antonia no podía dormir pensando en toda la sarta de injusticias que habían sucedido. Estaba aferrada más que nunca a su hermana, y a aquel papel que Alí le había dado antes de morir.

—Jose... te prometo que los que te hicieron todo esto van a pagar. Esos hijos de puta no se van a ir de esta vida sin pagar el daño que te hicieron —Le susurró mientras acariciaba su cabello—. Ahora sé por qué estás así, y espero que podamos revertir este estado en el que estás.

Su mente se debatía entre su hermana e Isabel, y aunque quisiera buscarla, no podía abandonar a Josefina. Sin embargo, sí podía averiguar cómo se encontraba su amiga sabiendo dónde se encontraba. Por lo que aquella noche bajó silenciosamente las escaleras y se dirigió al teléfono, pidiendo a la operadora para ser comunicada con el hospital donde decía el papel al que se había aferrado desde hacía horas. Esperaba encontrar una respuesta que le diera sentido a todo esto... un rayo de luz al final del túnel. Los minutos de espera fueron interminables, pero al preguntar por su amiga, su sorpresa fue mayúscula al escuchar la respuesta del otro lado de la línea: La señorita Isabel Díaz ya fue dada de alta, y ahora se encuentra custodiada en la seccional. Se le están tomando declaraciones sobre su desaparición.

Antonia esperaba que estuviera custodiada por buenos policías, y no por tipos como aquel que era sobornado por la bruja malvada de aquel palacio vacío. Por ahora, debía seguir vigilante del estado de su hermana.

***

A Isabel le costaba sentirse a salvo luego de la experiencia tan traumática que había vivido, una que parecía haber durado un siglo de vida en la oscuridad absoluta. Sin embargo, cualquier lugar era mejor que regresar a ese maldito internado que tantas desgracias lo han envuelto. Le llamaba la atención que aquel hombre que la había salvado de una muerte anunciada, no hubiese vuelto por ella como había prometido. Presentía que algo malo le había pasado, y sus sospechas fueron confirmadas al rato después, cuando el oficial bigotudo que la estaba interrogando le dió la noticia de su fallecimiento.

Susurros del viento © (Universo Monstruoso # 0.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora