La gente nos saluda a medida que el carruaje avanza, aunque algunas personas solo siguen su camino sin importarle que estemos aquí.
Llegamos a la librería y soy la primera en bajar, seguida por mi padre y después los guardias.
Entramos en el edificio y empiezo a caminar por ella sintiéndome de nuevo una niña.
-Solo intenta no tardar tres horas en elegir qué llevarte como la última vez, por favor- escucho a mi padre tras de mí y suelto una risa.
Le observo por unos segundos mientras avanza curioseando y vuelvo a mi tarea.
Tan solo media hora después estamos pagando los tres libros que he escogido.
-¿Te importa si no volvemos a casa aún?- pregunto ya estando en el exterior.
Mi padre me mira y aprieta los labios.
-Cariño, tenemos que volver. Tengo cosas que hacer y tú...
Tomo su brazo con fuerza y pongo ojitos.
-Por favor, solo un rato más.
Sonríe segundos después y respira hondo antes de hablar de nuevo.
-Hagamos una cosa- mira a su alrededor como si no quisiera que nadie nos escuchara y se acerca más a mí- Yo volveré al Castillo y tú puedes quedarte aquí el tiempo que necesites pero los guardias estarán contigo en todo momento, ¿te parece bien?
-Papá, ya no tengo cinco años, sé cuidarme sola.
Éste se separa y alza una ceja.
-Si tu madre se entera de que te he dejado sola nos matará. Dos veces.
Rio ante su comentario.
-Si no hay más remedio, trato hecho.
Nos estrechamos la mano y mi padre se dirige hacia los guardias para contarles nuestro plan.
Antes de que suba de nuevo al carruaje le doy dos de los libros para que se los lleve y así no ir tan cargada mientras camino.
No tardo más de unos segundos y metros avanzados en empezar a leer, sumergiéndome en las palabras y dejando de ser consciente de mi alrededor.
Puede que sea por eso que, al cabo de un rato, choco con otra persona y caigo al suelo.
-Perdona- decimos a la vez.
Alzo la cabeza y veo que frente a mí se encuentra un chico, también sentado sobre el cemento.
Le observo sonreír y se levanta tendiéndome la mano, pero me incorporo por mi cuenta sin apartar los ojos de él.
No tendrá un par de años más que yo y sus ojos celestes son lo que más llaman mi atención, los cuales contrastan con su cabello negro perfectamente alisado.
—Creo que ésto es suyo— dice agachándose para coger el libro del suelo y extenderlo hacia mí.
Sonrío antes de cogerlo y observo que otro libro se encuentra a mis pies, así que repito su acción para él.
—Gracias.
Asiento levemente y bajo la vista de nuevo a su libro, volviendo a sonreír al leer el título.
—Es uno de mis favoritos— musito.
El chico lo mira e imita mi gesto.
—Puedo decir que el suyo también es de mis favoritos; aunque, bueno, cualquier libro que leo lo es.
Río suavemente y me acerco un poco a él.
—¿Y qué más le gusta de la lectura?
—Todo— contesta en apenas segundos— El poder visitar mundos distintos sin necesidad de viajar es...
—Maravilloso— termino por él y ambos sonreímos.
Observo que va a decir algo más pero un hombre se acerca y le susurra al oído.
El chico hace una mueca pero asiente de todos modos.
Me mira y tiende su mano hacía mí para coger la mía, depositando un suave beso en su dorso.
—Me temo que debo marcharme, pero ha sido un placer habernos conocido, señorita.
Se aleja segundos después y no soy capaz de borrar la sonrisa de mi rostro.
Sigo mi camino envuelta de nuevo entre las palabras hasta que el carruaje viene a buscarme para volver a casa.
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A Princess' Tale (Reales II)
Romance*Historia sin corregir* Una Princesa que teme serlo y un amor esperado por años. Solo hay dos cosas que preocupen a Ashley a sus 18 años: el momento de ascender al Trono y encontrar un amor tan puro como el de sus padres; siendo éste último su más a...