Aunque haya intentado impedirlo, mis padres no han podido cancelar la fiesta a tiempo. Así que, una vez más, el salón de baile se encuentra ocupado por toda la gente del pueblo o, al menos, casi toda.
Suspiro sabiendo que volverán a sus casas de la misma forma que han venido: sin saber el motivo de ésta celebración. Y en parte me siento un poco culpable por mi decisión, pero creo que a la larga será lo mejor para todos. O eso espero.
Eric se coloca junto a mí y rodea mi espalda con su brazo para acercame a él.
—Están distraídos con la velada— dice bajito en mi oído al ver que le miro confundida— No se darán cuenta si hacemos algo que se salga del protocolo.
Sonrío y dejo un rápido beso en sus labios.
—¿Le apetece bailar, Alteza?— escuchamos la voz de un hombre frente a nosotros.
Le miro dudando pero Eric me da un pequeño empujón hacia él, haciendo que le odie por ello.
Respiro hondo y sonrío, tomando la mano que el hombre extiende ante mí.
Nos acercamos al centro de la habitación y, aunque cuido de no tocarle demasiado, termino casi pegada a él notando un leve apretón en la espalda.
—¿Quién es el chico con el que estaba, Alteza?— pregunta mientras nos movemos.
Mi vista se dirige a Eric y ya no la aparto de él.
—Es... Un amigo de la familia— sonrío deseando que no indague más en el tema.
Por desgracia para mí, lo hace. No sin antes hacer que le vuelva a mirar.
Sonríe de lado y se acerca a mi oído.
—Parecían muy cercanos para ser solo amigos— ríe por lo bajo—. Espero que me entienda.
Siento un nudo en el estómago y me excuso para salir de allí.
Camino todo lo rápido que puedo hasta llegar al exterior y me apoyo en la barandilla del balcón con fuerza. Respiro hondo y cierro los ojos notando cómo las lágrimas resbalan por mis mejillas.
Porque ese hombre nos ha estado observando desde que hemos entrado al salón; cada gesto que hemos hecho al otro, cada caricia y beso que nos hemos dado pensando que nadie nos vería...
—Ashley— escucho una voz y por una vez no quiero que sea de Eric. Pero lo es.
Sollozo y le observo acercarse despacio. Intenta tomar mi mano pero la aparto y retrocedo un poco.
—¿Qué ocurre, mi amor?— pregunta con toda la calma del mundo.
Desvío la vista hacia los jardines y me abrazo para notar menos el frío de la noche.
—Sí que debíamos hacerlo— susurro tras unos minutos en silencio—. Debíamos haber usado ésta fiesta para lo que era y no como una tonta fiesta más.
Escucho a Eric reír y le miro de reojo.
Se acerca y acaricia mi mejilla con el dorso de su mano con tanta suavidad que parece que teme que vaya a romperse.
Sonrío y la tomo haciendo que permanezca ahí.
—Igual podemos hacerlo aún— dice acercándome a él.
Niego y le abrazo con fuerza, dejando que las lágrimas vuelvan a salir.
—El hombre con el que bailado nos ha visto— sollozo— Y seguro que más gente también.
Me separo de golpe y me apoyo de nuevo en la barandilla.
—¿Eso es un problema?— pregunta con suavidad posando una mano en mi espalda.
Le miro y suelto un suspiro pesado.
—Quizás si anunciamos ahora nuestra relación la gente piense que lo hacemos por presión de mis padres; por haber actuado como si fuésemos pareja cuando se supone que no somos nada.
Eric se ríe y besa mi frente con cariño.
—¿Cómo haces para ponerte siempre en lo peor?— bromea abrazándome, pero por alguna razón que no puedo explicar, sus palabras duelen como si fueran cuchillos clavándose en mí.
Creo que Eric lo nota y borra el gesto de inmediato.
—Solo quería decir que quizás la gente se alegre por nuestra futura unión en vez de pensar que lo hacemos por conveniencia— explica con rapidez y suelto una carcajada.
—Menos mal que mis padres cambiaron esa ley cuando asumieron el Trono— digo más para mí que para él.
Nos abrazamos y una idea cruza por mi cabeza, haciendo que sonría y tire de él hacia el interior.
Busco a mis padres por toda la estancia sin soltar ningún momento su mano, como si temiese que fuese a perderse entre tanto gente.
Los encuentro un poco después, hablando con una pareja.
—Buenas noches, Alteza— dice la mujer y ambos hacen una reverencia que les devuelvo.
Mis padres me miran y éste sonríe al ver a Eric tan cerca.
—Siento interrumpir— digo volviendo la vista al matrimonio— Pero me gustaría hablar un momento con mis padres. Les prometo que no tardaré.
Asienten sonriendo y se retiran en silencio, tomando yo el lugar donde estaban.
Mi madre frunce el ceño al observar mi mano y la de Eric juntas.
—Se suponía que iba a ser un secreto, ¿no, Ashley?— se cruza de brazos y alza una ceja.
Reprimo las ganas de poner los ojos en blanco y me centro en mi padre.
—Tengo una propuesta para tí— digo sonriendo como una niña pequeña.
Éste me imita y se acerca un poco.
—¿Qué sucede, cariño?
Me tomo mi tiempo antes de volver a hablar, mirando a Eric.
—¿Crees que podríamos adelantar nuestro trato a ahora mismo?
Mi padre lo piensa y mira a mi madre, quién niega lentamente.
—El trato era para ver si de aquí hasta esa fecha queréis seguir estando juntos— nos recuerda.
—Y queremos, papá— exclamo quizás más alto que lo que debería, haciendo que algunas personas se giren a mirarnos.
Mi madre se pasa una mano por la cara y yo me encojo un poco.
—Majestades— habla Eric acercándose a mí— Sé que quiero a su hija ahora y sé que lo haré hasta el fin de mis días— sonríe y pasa un brazo por mi espalda juntándome a él sin dejar de mirarme— Lo supe desde la primera vez que la vi e, incluso si no hubiese sido un amor recíproco, la seguiría amando con toda mi alma.
Siento que las piernas me flaquean y le agarro con fuerza para no caerme, haciendo que ría bajito.
Mis padres hablan en susurros entre ellos y luego vuelven a mirarnos.
—Está bien, Ashley— dice mi madre suspirando y agarrando con fuerza el brazo de mi padre— Podéis anunciar vuestro matrimonio antes de que acabe la fiesta.
Sonrío emocionada y me abalanzo sobre ella para abrazarla, pero por primera vez no me corresponde.
Eric me toma por la cintura desde atrás y me eleva un poco para hacerme girar en el aire. Sonrío y junto nuestros labios una vez he vuelto al suelo, provocando que todos los presentes nos miren.
—Creo que se acabó el secreto— susurra sobre mis labios al separarnos.
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A Princess' Tale (Reales II)
Romance*Historia sin corregir* Una Princesa que teme serlo y un amor esperado por años. Solo hay dos cosas que preocupen a Ashley a sus 18 años: el momento de ascender al Trono y encontrar un amor tan puro como el de sus padres; siendo éste último su más a...