Estoy sola en mi habitación, esperando a que vengan a buscarme para llevarme al camino hacia el altar, dónde Eric me esperará para unirnos como marido y mujer.
Pero no me encuentro feliz por ello; ni siquiera siento algo al pensar que sucederá en unos minutos.
Alguien llama a la puerta y me levanto de la cama despacio. Me acerco para abrirla y mi padre se encuentra tras ella, lleno de felicidad.
-Es la hora- dice sin poder contener la emoción, dejando que unas lágrimas resbalen por sus mejillas.
Avanzo hacia él y le abrazo con fuerza, más para protegerme que para transmitirle tranquilidad.
Tomo su brazo con suavidad al separarnos y avanzamos hasta el salón de baile donde todos esperan por mí.
Los invitados se levantan para mirarnos cuando pasamos y aprieto más mi agarre.
Me quedo paralizada al tener a Eric frente a mí y siento que empiezo a temblar.
Éste frunce el ceño y se acerca, rozando la tela de mi vestido con los dedos.
-Tranquila, mi amor- dice muy bajito en mi oído-. Todo está bien y saldrá bien, ¿de acuerdo?
Los pensamientos inundan mi cabeza y cierro los ojos con fuerza mientras Eric toma mi mano y me hace caminar de nuevo.
No escucho las palabras que dice el cura ni veo a los invitados, tan solo puedo ver a Eric sonriendo de felicidad; pero no por mí, si no por haber conseguido lo que quería.
"Y si solo se ha acercado a tí para destruirnos desde dentro".
Y una pesadilla que creía olvidada regresa a mi cabeza.
-Tranquila, Princesa- dice con una sonrisa maligna- Sabes que nunca te haría daño pero, por desgracia, hoy no vengo por mí.
Desliza la mano libre por el interior de su chaqueta y saca un pequeño puñal de ella.
Ahogo un grito pero tapa mi boca.
-Shhh, no queremos que se enteren de lo que está pasando- vuelve a sonreír y observa la punta de metal- Pero tranquila, tu familia también tendrá su turno.
Siento como el cuchillo se adentra en mi estómago con lentitud y observo a Eric reír.
Suelto un chillido y me aparto de golpe de su lado, haciendo que todos me miren.
-Ashley- Eric me llama y casi puedo jurar que está llorando, igual que yo. Se acerca y vuelvo a cerrar los ojos, pero dejo que agarre mis manos de nuevo-. Cariño, por favor- súplica con la voz pastosa.
Niego despacio y ahogo un sollozo antes de salir de allí hacia los jardines.
El aire frío me calma un poco e inspiro profundo.
Camino por el suelo helado con la falda del vestido en mis manos para no tropezar y llego a la zona más alejada del Castillo, donde nadie que no lo conozca a fondo puede encontrarme.
Me dejo caer en la hierba encogiéndome sobre mí misma y vuelvo a respirar hondo.La noche se cierne a mi alrededor y abrazo más mis rodillas. Mis tripas rugen pero las ignoro de nuevo.
-Ashley- mi padre se acerca poniendo una capa sobre mis hombros y se sienta a mi lado, pero no le miro-. Hace frío, deberías volver adentro.
Niego con la cabeza y aprieto más mi agarre.
-No puedo, papá- contesto en un hilo de voz-. Lo he arruinado todo otra vez, y no sólo a mí- cierro los ojos respirando hondo y una lágrima desciende por mi mejilla-. También a Eric.
Mi padre me abraza y hace que me apoye en su pecho.
-No ha sido culpa tuya, cariño.
Sollozo y me aprieto más contra él.
Mi estómago vuelve a sonar y mi padre lo mira pensativo.
-Sí, yo también lo creo- dice acercándose a él.
Se queda unos segundos en silencio asintiendo de vez en cuando.
-¿Papá?- pregunto riendo ladeando la cabeza.
-Un momento, Ashley, estoy hablando con el monstruo de tu barriga- apoya en ella su oído y vuelve a asentir.
Yo me río y me aparto un poco, haciendo que se caiga sobre mis piernas y suelte otra carcajada.
-No tiene gracia- se incorpora molesto y vuelve a mi lado.
-¿También lo hacías con mamá cuando estaba embarazada?- pregunto sin dejar de sonreír.
Él se encoje de hombros.
-Algunas veces, solo que entonces sí había alguien que me contestase- me mira por unos segundos antes de volver a hablar- ¿Por qué no vamos a cenar?
Aprieto los labios y desvío la mirada.
-Prefiero quedarme aquí- susurro.
-Pero hace frío, podrías enfermar de nuevo.
-Estoy bien- musito abrazando de nuevo mis rodillas.
Mi padre coge una de mis manos y la aprieta con suavidad, pero vuelve a cambiar su expresión por una divertida.
-Bueno, si prefieres vivir aquí ahora, creo que podríamos hacerte una casa que te proteja del frío.
Le miro y él se levanta para alejarse unos metros, inspeccionando el terreno.
-Ésta parte podría ser el salón- dice abarcando con los brazos un cuadrado grande; luego se mueve unos pasos a su izquierda y vuelve a hablar sin mirarme, concentrado en su tarea-. Aquí la cocina y, en el otro extremo, el baño- ahora sí me mira y señala donde estoy-. Y, como, pareces estar bastante cómoda, esa será la habitación.
Suelto de nuevo una carcajada y me levanto para acercarme a él, pero parece sumido en sus pensamientos y no se da cuenta.
—¿Estás bien?— pregunto cogiendo su mano al ver que se ha puesto serio.
Tarda unos segundos en reaccionar, mirándome y esbozando una débil sonrisa.
—Volvamos al Castillo.
Pasa por mi lado y una idea cruza mi mente, así que camino deprisa para alcanzarle.
—¿Echas de menos tu vida allí?— pregunto lo más suave que puedo.
Mi padre se detiene con la vista al frente, mirándome segundos después y, cuando lo hace, casi puedo ver la nostalgia en sus ojos.
Coge de nuevo mi mano y la acerca a él muy despacio, dejando un beso en su dorso y apoyándola en su mejilla.
—Nunca pienso en ello, la verdad.
—Pero, si lo hicieras, ¿lo echarías de menos?— vuelvo a insistir.
Mi padre aparta otra vez la mirada y suelta mi mano, que cae de golpe en mi costado.
—No lo sé, Ashley.
Suspira y vuelve a avanzar hacia el Castillo, ésta vez sin esperarme. Le sigo segundos después y el silencio nos acompaña hasta que llegamos.
Al entrar al comedor, mi padre se sienta directamente pero yo me quedo observando la silla vacía a mi derecha.
—Ha dicho que no se encontraba bien para acudir a la cena— mi madre contesta a mi pregunta invisible.
La miro y luego avanzo hasta mi sitio para sentarme también, aunque no puedo evitar desviar la mirada de vez en cuando esperando encontrarle en cualquier momento.
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A Princess' Tale (Reales II)
Romansa*Historia sin corregir* Una Princesa que teme serlo y un amor esperado por años. Solo hay dos cosas que preocupen a Ashley a sus 18 años: el momento de ascender al Trono y encontrar un amor tan puro como el de sus padres; siendo éste último su más a...