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-Estás preciosa- comenta mi tía sonriendo y acercándose a mí para palpar la tela del vestido.
Le devuelvo el gesto y me miro al espejo. Un vestido blanco luce sobre mí, haciéndome parecer la Princesa perfecta.
Tienes el temperamento necesario para gobernar y sé que sabrás hacerlo mejor que tus padres.
Cierro los ojos con fuerza intentado alejar las palabras de mi abuelo, pero solo consigo sentir un mareo y casi caer del pedestal al que estoy subida.
-¿Te encuentras bien?- pregunta mi madre acercándose también.
La miro a ella y a su hermana y asiento con rapidez, aunque la primera no parece muy conforme a mi gesto.
Mi reflejo me muestra, de nuevo y a través del rabillo del ojo, la cicatriz que ha quedado en mi mejilla y aparto la mirada. Puede que no sea muy grande pero no es eso lo que me duele si no lo que la provocó.
Me dijiste que tu abuelo te odiaba, pero nunca pensé que lo haría hasta...
Sacudo la cabeza para alejar también lo que me dijo Eric horas después y bajo de nuevo al suelo para cambiarme, escuchando mientras la conversación de mi madre y mi tía sobre el castigo que debe recibir mi abuelo por atacar a la Princesa.
-Aunque sea de la familia no podemos consentir lo que ha hecho- dice mi madre-. Está volviendo a repetir los mismos actos que tenía con nos... Conmigo. Y no voy a permitir que mi hija sufra lo mismo que yo.
Salgo del vestidor y puedo observar la tristeza en el rostro de mi tía. Esboza una leve sonrisa y baja la vista.
-Supongo que lo único bueno de no ser importante es que nunca me prestó atención.
Mi madre cambia su expresión y la abraza con fuerza.
Una idea de un recuerdo se asoma en mi mente y salgo en silencio de allí.
Me apresuro para llegar a la habitación de mi hermano y ni siquiera me molesto en llamar cuando abro la puerta. Está leyendo un libro y apenas me mira cuando me acerco.
-Piensas que soy una egoísta por lo que intenté hacer pero tú también lo eres- digo rabiando por dentro.
Jared alza una ceja y ésta vez sí me mira.
-No sé a qué te refieres- contesta despacio dejando el libro a un lado e incorporándose.
Me cruzo de brazos y frunzo el ceño.
-No quieres intercambiar nuestros puestos en la Corona porque sabes que si eso ocurre será a tí a quien el abuelo desprecie. Y no soportas la idea de que suceda.
Mi hermano se levanta y se acerca a mí.
-El abuelo ya nos odia por culpa de nuestro padre- contesta riendo entre dientes-. No veo por qué me importaría que lo hiciera todavía más.
Las primeras palabras de su frase se quedan grabadas en mi cabeza y vuelvo a salir al pasillo sin terminar la conversación.
Pero cuando estoy frente al despacho de mi padre me detengo sin tan siquiera llamar. Porque mi padre no tiene la culpa de que mi abuelo le odie y, por mucho que le insista en que no debería permitirlo, sé que las pocas veces que se ha enfrentado a él mi abuelo ha terminado ganando.
Aprieto la mano contra la madera y cierro los ojos.
-Alteza- la voz de la doncella me evade de mis pensamientos y me acerco a ella-. Su prome... Eric le está esperando en los establos.
Sonrío en agradecimiento y también por qué ha sabido corregirse al nombrarlo.
-Gracias- digo empezando a caminar hacia allí.
Eric tiene la vista fija en sus pies y tarda un poco en darse cuenta de mi presencia.
-Pensaba que me iba a hacer viejo esperando- bromea acercándose y abrazándome con fuerza.
-Digamos que he tenido que ocuparme de algo tras la prueba del vestido- contesto separándome para entrar a las cuadras.
Le escucho seguirme y, para mi sorpresa, los caballos ya están preparados.
-Tenía que hacer algo mientras esperaba- susurra cerca de mi oído rodeándome con sus brazos desde atrás.
-¿Lo has hecho tú?- pregunto mirándole.
Se ríe y me hace girar para quedar frente a él.
-No, pero he dado la orden. Eso también sirve, ¿verdad?
Pienso por un momento que, aunque hubiese querido encargarse, los mozos no le habrían dejado; sin embargo no digo nada y me encojo de hombros como respuesta.
-Vayamos a dar el paseo- musito separándome para acercarme a Sprouse y subir a su lomo.
Eric se acerca con su caballo y nos miramos unos segundos antes de hacer que los animales avancen.

A Princess' Tale (Reales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora