Me levanto más temprano que de costumbre y me visto con ropa cómoda para salir a montar antes del desayuno.
Los mozos ya se encuentra trabajando y aunque intento hacer todo por mi cuenta, insisten tanto en ayudarme que no tengo más remedio que dejarles y observar; solo me permiten acercarme para sacar a Sprouse de la cuadra.
Me subo a él y hacemos la misma ruta de siempre volviendo casi una hora y media después.
Ahora sí dejo que la gente de alrededor se ocupen ellos solos y voy a mi habitación para darme una ducha y cambiarme.
Salgo del baño justo cuando las doncellas entran y dejo que me ayuden a vestirme.
—Alteza, su madre quiere verla en su despacho antes del desayuno— me informa una de ellas.
Frunzo el ceño pero asiento de igual forma.
—Gracias— digo sonriendo levemente.
Terminan de arreglarme y avanzo rápido por el pasillo hasta estar frente a la puerta del despacho.
Respiro hondo antes de abrirla y entrar.
—Mamá— digo caminando hacia el centro de la estancia— ¿Ocurre algo? Nunca me citas, si es necesario, antes del desayuno.
Ésta me mira sentada tras su escritorio pero no aprecio ninguna emoción en su rostro; ni alegría, ni tristeza... Nada, lo cual es raro en ella ya que casi siempre se muestra sonriente.
Tal vez sea eso lo que me haga preocuparme y querer salir de allí cuanto antes.
—¿Ocurre algo?— pregunto de nuevo al ver que no contesta y tan solo me observa.
Pestañea despacio y se levanta.
—¿Vas a casarte con el Príncipe Eric?
—S-sí... Pero papá dice que debemos esperar a mi cumpleaños porque algo así no se puede tomar a la ligera— explico rápido.
—¿Estás segura de que te quiere?— pregunta de nuevo.
Frunzo el ceño y me acerco un poco.
—¿Qué quieres decir?
Mi madre respira hondo y aprieta las manos contra la madera.
—Recuerdas el motivo de tus pesadillas. Y recuerdas también que tu futuro esposo es el hijo de quién intentó asaltar nuestro Reino, ¿verdad?
Mi labio inferior empieza a temblar y me pongo más nerviosa.
—¿Qué tiene que ver eso con la boda?
Camina hasta estar frente a mí y coloca sus manos en mis hombros.
—¿No has pensado que quizás sea un truco para poder hacerse por fin con éste Reino?
Niego con la cabeza y las lágrimas corren por mis mejillas.
—Ashley, piénsalo, es muy raro que un chico al que apenas conoces te proponga matrimonio tan de repente. Solo quiero que..
Me aparto de ella y empiezo a sollozar.
—No. No puedes fijar en Eric tu odio hacia su padre. Él no es así.
—Y cómo lo sabes— alza la voz y me encojo un poco— Ni siquiera le has preguntado si recuerda algo de lo que pasó aquel día.
—No sabía que tenía que hacerlo.
—¡Pues claro que sí!— grita y retrocedo de nuevo chocando con una estantería. Cierra los ojos y respira hondo— Sal de aquí, tu padre y tu hermano te estarán esperando para desayunar—dice señalando la puerta.
La miro por unos segundos antes de enderezarme.
—¿Tú no vienes?— pregunto aún asustada.
Se dirige de nuevo a su escritorio y se sienta.
—Tengo trabajo que hacer. Ahora vete, por favor.
Asiento y salgo al pasillo alejándome lo más rápido que puedo hasta llegar al comedor donde, en efecto, mi padre y mi hermano ya se encuentran.
Me detengo a unos metros, lo justo para que no me vean desde donde están, y seco mi rostro con las mangas de mi vestido.
Finjo una sonrisa y avanzo a su interior.Releo las letras marcadas una y otra vez, pensando también en lo hablado con mi madre.
Suspiro y cierro el libro dejándome caer al suelo.
—Alteza, el Príncipe Eric se encuentra aquí— dice una doncella desde la puerta.
La miro por unos segundos pero no contesto, dejando que sea ella quien decida lo que hacer.
Eric se adentra en la sala y da las gracias a la chica antes de que ésta se marche.
Abrazo mis rodillas y hundo la cabeza en ellas sabiendo que Eric va a avanzar hasta mí y se sentará a mi lado.
—¿Qué te pasa?— pregunta pasando un brazo por mi espalda.
Respiro hondo y me incorporo para mirarle, aunque sigo sin decir palabra.
—Vamos— dice acercándose más— Puedes confiar en mí, lo sabes.
Sonríe y besa mi frente con cariño, pero me estremezco ante el gesto y me aparto un poco.
—No creo que quieras oír lo que tengo que decirte— susurro sin mirarle.
—¿Has cambiado de opinión sobre la boda? Porque si es eso no me importa si no...
—No es eso— le interrumpo agarrando sus manos con fuerza.
—¿Entonces qué es?— vuelve a preguntar, pero de nuevo me quedo en silencio— Ashley, por favor, no quiero que haya secretos entre nosotros.
Trago saliva y le miro de nuevo antes de cerrar los ojos y respirar hondo para contarle lo mismo que escuché de mi madre hace unos días.
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A Princess' Tale (Reales II)
Romance*Historia sin corregir* Una Princesa que teme serlo y un amor esperado por años. Solo hay dos cosas que preocupen a Ashley a sus 18 años: el momento de ascender al Trono y encontrar un amor tan puro como el de sus padres; siendo éste último su más a...