El salón de baile se llena cada vez más de gente y mi nerviosismo va en aumento. Noto que algunas personas me observan y otras hablan entre ellas o con mis padres, seguramente agradeciendo su gran labor hacia el pueblo.
La presión en mi pecho aumenta y salgo al exterior, donde me apoyo en la barandilla del balcón y cierro los ojos sintiéndome insuficiente.
-Aquí estás- escucho a Eric a mi espalda pero no me giro.
Avanza hasta mí y se coloca a mi lado, posando una mano en la mía.
-¿Qué ocurre, amor?
Esa palabra me hace sonreír y me abrazo a él con fuerza, dejando que su tacto me reconforte.
Besa mi cabeza con suavidad y acaricia mi espalda de la misma forma.
—¿Por qué no entramos?— pregunta separándome para que le mire— Hace frío y estoy deseando que todos nos vean bailar juntos.
Sonríe y me besa por unos segundos, pero me tomo la libertad de alargar ese tiempo hasta que no nos queda otra opción que alejarnos del otro por falta de aire.
Entrelaza nuestras manos y caminamos de nuevo hacia el interior.
Nos colocamos en el centro de la estancia con miles de ojos expectantes, entre ellos mis padres y mi hermano, esperando a que la música empiece para movernos con ella.
Bailamos muy sincronizados, alejándonos de vez en cuando y volviéndonos a juntar para seguir avanzando por el gran círculo que las personas han formado a nuestro alrededor.
—¿Crees que a tus padres les molestaría si te sacara de aquí por unos minutos?— susurra cerca de mi oído.
Lo pienso por unos segundos y me apoyo en su pecho.
—Están muy ocupados con sus invitados como para tenerme vigilada— contesto al tiempo que la música termina.
Eric sonríe y besa mi mano antes de salir de allí.
Avanza con rapidez hasta llegar a mi sala de arte.
—¿Qué hacemos aquí?— pregunto mientras entramos.
No dice nada y se acerca a una de las estanterías.
—Busca el libro que leímos juntos el otro día.
Le miro un poco confundida pero sonriendo también y me acerco para hacer lo que ha dicho.
Lo encuentro tras unos segundos y lo saco con cuidado. Me giro para mirarle.
—Ahora busca entre las páginas.
Voy pasando de una en una y, al llegar casi a la mitad, observo que algunas letras están rodeadas.
—¿Qué es ésto?— pregunto enseñándoselo.
Él solo sonríe más y me da un beso en la mejilla, colocándose tras de mí.
—Debes juntar las letras para formar cuatro palabras— vuelve a susurrar.
Me concentro en la tarea y voy hablando cada vez que encuentro una de ellas, sonriendo más que él una vez las he hallado todas.
"¿Quieres casarte conmigo?" Repito de nuevo la frase entera.
Cierro el libro para mirarle sintiendo las lágrimas agolparse en mis ojos, las cuales se liberan en escasos segundos.
Le beso una, dos y mil veces asintiendo todas ellas.
Se separa para sacar el anillo del bolsillo de su chaqueta y lo coloca en la mano contraria a donde tengo puesto el que me dio ayer.
—Primero tenemos que hacerlo oficial— sonríe mirando mis manos y acariciando ambos anillos.
—¿No creéis que estáis yendo muy deprisa?— escuchamos la voz de mi padre y nos giramos para encontrarle a él y a mi madre en la puerta.
Se acercan serios y con paso firme, aunque todavía noto a mi madre un poco nerviosa cuando está cerca de Eric.
Aprieto la mano de éste con fuerza y me abrazo a él.
—No lo creo, Majestades— contesta muy seguro.
Mi padre me mira y bajo la cabeza, haciendo que suspire antes de volver a hablar.
—No deberíais precipitaros en algo tan importante como lo es el matrimonio.
—Pero papá— me separo de Eric y doy un paso al frente— Mamá y tú os casasteis cuando tú tenías mi edad. Sé que...
—Nosotros estuvimos juntos bastante tiempo antes, Ashley— me interrumpe— Vosotros apenas os conocéis de tres días. Es demasiado pronto para saber si de verdad queréis estar juntos por siempre.
Aprieto los puños y Eric me abraza por la cintura acercándome a él.
Mi padre respira hondo y se pasa la mano por la cara frustrado.
—Haremos una cosa— dice mirándome— Tu cumpleaños es en dos meses, esperareís hasta entonces para decidir si queréis seguir con ello o no, ¿de acuerdo?
Eric y yo asentimos y éste besa mi cabeza.
Mi padre se acerca a nosotros.
—Bien, ahora volvamos a la fiesta.
Cuando estamos a unos metros de la puerta del salón de baile, se gira y me mira de nuevo.
—Ashley, será mejor que te quites el anillo— dice señalando mi dedo con la cabeza— La gente hablaría y es lo último que os conviene que ocurra, creedme.
Obedezco y se lo entrego de nuevo a Eric, quién lo guarda en su chaqueta no sin antes dejar un beso sobre él.
ESTÁS LEYENDO
A Princess' Tale (Reales II)
Romance*Historia sin corregir* Una Princesa que teme serlo y un amor esperado por años. Solo hay dos cosas que preocupen a Ashley a sus 18 años: el momento de ascender al Trono y encontrar un amor tan puro como el de sus padres; siendo éste último su más a...