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Su sonrisa es lo primero que veo al despertar. No tardo en imitarle y acercarme a él para unir nuestros labios en un beso que pida disculpas por mi comportamiento de ayer.
-Creo que te perdono- dice sonriendo y acercándose a mí-. Pero voy a necesitar más para hacerlo por completo.
Suelto una pequeña risa y ésta vez soy yo quien se coloca sobre él al juntarnos de nuevo.
Tras unos minutos, tiro de él para hacer que se quede sentado y hago que se pegue al cabecero apretándome contra su cuerpo con fuerza.
Desliza sus labios hacia mi cuello y río de nuevo por las cosquillas que me provoca.
Me detengo por unos segundos haciendo que me mire y, tras ser consciente de que no hay nadie que nos interrumpa, volvemos a unirnos dejando que la pasión nos controle.

Eric deja un suave beso en mi cabeza y le miro mientras acaricia mi brazo.
-Sabes que si tus padres se enteran nos matarán, ¿verdad?- pregunta acercándose a mí.
Rozo nuestras narices y sonrío.
-No hemos llegado a hacer tanto como para que eso ocurra- susurro.
Unos golpes en la puerta nos sobresaltan haciendo que nos separemos de inmediato y Eric empiece a recoger la ropa del suelo.
Nos vestimos lo más rápido que podemos y me aclaro la garganta antes de abrir la puerta.
-Mamá- casi susurro y escucho a Eric atragantarse, haciendo que ambas riamos.
-Te he traído la cena- dice señalando un carrito con varios platos-. ¿Puedo pasar?
-Claro- contesto tras unos segundos echándome a un lado y ésta avanza al interior después de agarrar de nuevo el carrito.
Deja uno de los platos sobre mi mesita y coge el otro sentándose en mi cama.
La miro confusa y sonríe.
-Era lo que hacíamos cuando enfermabas de pequeña- me recuerda.
Avanzo hasta estar frente a ella y me quedó quieta unos segundos antes de imitarla.
Siento que el colchón se hunde a mi espalda y Eric se coloca a mi lado.
Mi madre le mira enarcando una ceja y éste parece entender el mensaje, puesto que deja un beso en mi mejilla y retrocede para levantarse.
-Será mejor que yo también vaya a cenar- dice avanzando hacia la puerta y cerrándola al salir.
Nos quedamos solas y siento un silencio incómodo instalarse entre ambas.
Comemos sin decir palabra y, una vez hemos terminado, mi madre me mira con seriedad.
-¿A qué has venido?- pregunto más borde de lo que pretendía. Cierro los ojos y respiro hondo-. Lo siento.
Ella sonríe y envuelve mis manos con las suyas, acercándose para abrazarme.
Me deje descansar en su pecho y me aferro con fuerza.
-Cuando eras niña era fácil estar contigo- dice bajito acariciando mi cabello-. Pero ahora... Siento que ambas nos hemos distanciado de la otra.
Me incorporo y la miro un poco confusa. Ella suspira antes de volver a hablar.
-Tu siempre estás encerrada en tu sala de arte y yo entre reuniones y cosas aburridas de Reina- río ante ese comentario y la abrazo de nuevo.
-Si ser Reina es aburrido ya no quiero serlo- bromeo y reímos a la vez.
-Tranquila, mi amor- dice besando mi cabeza con cariño-. Aún queda mucho para que eso ocurra.
De pronto la misma sensación de cuando me desmayé vuelve a mí y me agarro a ella con fuerza.
-Ashley- exclama haciendo que me tumbe-. Cariño, ¿qué te pasa?
La miro pero no soy capaz de contestar, solo consigo emitir quejidos mientras todo mi cuerpo quema de nuevo.
Mi madre sale corriendo de la habitación y la escucho pedir ayuda para que llamen al médico, pero sé que no es a él a quien necesito.
Como si lo hubiese sentido, Eric aparece a los pocos minutos y se acerca a mí con rapidez.
-Mi amor- susurra besando mi frente-. Tranquila, te pondrás bien.
Sonrío tomando su mano para atraerlo hacia mí y juntar nuestros labios por un instante.
Le hago un gesto para que se tumbe de nuevo a mi lado y así lo hace, envolviéndome en sus brazos y dejando pequeños y suaves besos en mi cabeza.



A Princess' Tale (Reales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora