La fiesta ha comenzado y yo todavía observo el vestido que descansa frente a mí. Es precioso. Cuando me lo ponga, como siempre, seré como la Princesa que todos esperan ver.
Rozo la tela azul grisácea con cuidado y cierro los ojos mientras termino de deslizar los dedos por una de las sedosas mangas.
Alguien llama a la puerta y doy un paso hacia atrás, sobresaltada.
Eric se asoma despacio sonriendo, pero cambia el gesto al verme aún sin arreglar.
Nos miramos en silencio, sus ojos pasando del vestido a mí un par de veces.
"No sabes cuánto deseo que vengas a la fiesta" me ha dicho un rato después de reunirse con mis padres. "Pero no te obligaré a que lo hagas".
Me siento en la cama despacio enfocando la vista en el suelo, donde no podré ver nada por mucho que lo intente.
Eric se acerca para sentarse a mi lado, pero me alejo antes de que lo haga.
—Están esperando por ti— le escucho decir, y por un momento tengo la sensación de que ha llorado.
Se tumba hacia atrás y respira hondo, yo le imito segundo después, aún separada. Se incorpora sobre un codo para mirarme pero cierro los ojos.
—Podríamos quedarnos aquí— susurra acercándose—. Podríamos bailar en silencio, hablar de todo y desearnos el uno al otro varias veces— ríe y toma mi mano para acariciarla con suavidad—. Sería un cumpleaños divertido.
Inhalo con fuerza y me levanto de golpe para acercarme de nuevo al vestido, dándole la espalda a Eric.
—Tengo que cambiarme— digo suspirando—. Vete, por favor.
Le escucho moverse en la cama y caminar hacia mí, pero se detiene cuando me encojo un poco.
—Te buscaré luego en la fiesta, entonces.
Niego rápido con la cabeza contradiciendo mis palabras. Me giro hacia él para mirarle en la oscuridad.
—Prefiero que te quedes— digo en un hilo de voz, acercándome hasta quedar a escasos metros. Cierro los ojos y respiro profundo—. Te necesito, Eric.
Acorta la poca distancia que nos separa y envuelve mis manos en las suyas llevándolas a su pecho.
—Lo sé— susurra despacio.
Libero una de ellas para acariciar su mejilla y cierra los ojos ante mi tacto.
—Te quiero tanto— suplica con dolor y las lágrimas empiezan a caer. Las aparto con suavidad y le acerco más a mí.
—No, por favor, no llores— pido sobre sus labios—. No deberías estar triste en tu cumpleaños.
Suelta una carcajada y se separa un poco.
—Qué irónico.
Fija la vista en el vestido a mi espalda, yo también lo hago y después me abrazo a él con fuerza.
—No tienes por qué cambiarte si no quieres— dice mirándome de nuevo tras separarse otra vez—. Puedes ir así, ya estás preciosa de todos modos.
Me acerco al vestido y vuelvo a acariciar la tela. Eric lo hace conmigo y deja un largo beso en mi cuello. Me estremezco ante su tacto y me envuelve con fuerza para evitar que me caiga al sentir que me fallan las piernas. Ambos sonreímos.
Sus labios pasan a los míos, nuestras respiraciones se aceleran y reímos por saber qué va a pasar.
—¿No deberíamos ir primero a la fiesta?— susurro mientras desliza sus manos por mi espalda.
Eric mueve la cabeza y su beso se vuelve más agresivo. Avanza hasta dejarme contra la pared, donde se aprieta más a mí y le escucho soltar un gruñido suave.
—Si tuviera que elegir entre una fiesta y estar así contigo— habla empezando a moverse con suavidad—, elegiría ésto mil veces.
Sus ojos brillan de deseo mientras baja con cuidado la manga de mi vestido, delizandola con suavidad hasta el codo. Repite lo mismo con la derecha y la tela empieza a caer al suelo. Me saca de ella y la aparta con el pie hacia un lado.
"La gente habla, Ashley".
Detengo a Eric y le separo despacio antes de recoger el vestido y lanzarlo a la cama.
—Supongo que ahora sí tendré que cambiarme— intento bromear pero se mantiene serio.
Trato de ignorarle mientras agarro el otro vestido y empiezo a vestirme de nuevo con cuidado. Abro el armario para coger unos zapatos bajos grises y luego voy al tocador para peinarme.
Eric permanece quieto donde estaba con la vista sobre la cama.
—Estoy lista— hablo tras unos minutos casi saltando hacia su lado.
Pestañea un par de veces y me recorre con la mirada, volviendo a sonreír.
Me ofrece su brazo y lo envuelvo con el mío para salir de la habitación.
Apoyo mi cabeza en su hombro mientras caminamos y cierro los ojos por unos segundos.
—Te quiero tanto— repito sus palabras llena de felicidad.
Eric se detiene y se coloca frente a mí, tomando de nuevo mis manos. Se acerca y roza su nariz con la mía.
—Podría ser la persona más feliz del universo— dice sonriendo también con los ojos cerrados.
Dejo un pequeño beso en sus labios.
—¿No lo eres?
Le noto negar con la cabeza.
—No quiero quitarte tu lugar.
Volvemos a besarnos pero una parte de mí no puede evitar pensar que con lo último se refería a algo más que éste momento.
"No quiero quitarte tu lugar en el trono, en la Corona. Tú reinarás y yo estaré a tu lado para ayudarte".
Me separo despacio y camino hasta apoyarme en la pared.
—Quiero que seas tú quien lo haga— hablo apretando los párpados y respirando hondo—. Cuando tengamos la Corona, quiero que seas tú quién gobierne.
Le miro y parece confuso.
—Ashley— susurra acercándose—. No creo que...
—Ambos tendremos que aprender sobre ello— le interrumpo—. Lo que significa que estaremos igual de preparados cuando...
—Mi amor— coloca las manos en mis mejillas y me besa por unos segundos—. Yo no podré hacerlo, porque tú eres la heredera y yo, al casarnos, solo tu consorte.
—Podríamos cambiarlo— sollozo—. Podemos hablar con mis padres y explicarles que lo necesito.
Eric abre la boca para hablar, pero se queda en silencio y gira sobre sus talones para seguir caminando. Me deja atrás pero no me molesto en seguirle y se detiene de nuevo al ver que no lo hago.
Me mira desde donde está y vuelve a cerrar los ojos para restregarlos con cansancio.
¿No puedes olvidar tus absurdas preocupaciones y disfrutar lo que tienes? Mucha gente daría lo que fuera por tener tu posición y resulta insoportable que no sepas ver cuán afortunada eres". Su voz suena en mi cabeza y me aprieto contra la pared.
—Mi amor— se vuelve a acercar y me abraza despacio.
Sollozo y me escondo en su pecho.
Podríamos irnos ahora, aprovechar que todo el mundo se encuentra en el salón de baile para alejarnos de aquí, cabalgando tan deprisa y durante tantas horas que los caballos terminarían agotados sin poder seguir avanzando. Pero no hoy, no en el cumpleaños de Eric.
Suspiro y me separo para mirarle.
—Vamos a la fiesta.
Sonríe y deja un suave beso en mi frente.
Toma de nuevo mis manos y caminamos en silencio hasta llegar por fin a ella. La gente nos mira cuando entramos pero los ignoramos y avanzamos hacia el centro para empezar a bailar justo cuando la música vuelve a sonar.
Eric me besa al terminar y nos fundimos en el otro olvidando nuestro alrededor.
—Felicidades— susurro separándome lo justo para hablar.
Sonríe volviendo a juntar nuestros labios, envolviendo sus brazos tras mi espalda y pegándome más a él.
En algún momento mi vista se dirige hacia mis padres, quienes se muestran muy cariñosos entre sí; mi padre envuelve sus brazos entorno a mi madre desde atrás y besa su cuello con suavidad. Ésta le corresponde girando sobre sí para juntar sus labios y perderse en ellos.
Lo mismo que Eric y yo.
Aprieto su mano de forma inconsciente y me mira confundido.
—¿Estás bien?— pregunta en voz baja poniendo un mechón de pelo tras mi oreja con cuidado.
Regreso mi atención a mis padres y me olvido de todo lo demás, incluido él. Su amor es tan profundo, tan verdadero, tan preciado por todos que, de alguna forma, me hace sentir mal conmigo misma. Porque me he centrado tanto en mi historia que me he olvidado de la suya, aquella que me hacia sentir tanta felicidad cuando la pensaba que todo lo malo desaparecía, aunque luego llegasen las dudas de si algún día podría conseguir lo mismo.
Eric acaricia mi mejilla para apartar una lágrima y luego sigue mi mirada.
—Ve con ellos— susurra en mi oído colocándose detrás de mí—. Te esperaré aquí hasta que vuelvas.
Deja un beso en mi mejilla y me insta a caminar, así que respiro hondo y avanzo despacio hacia mis padres.
¿Cuánto habrán tenido que contenerse para no hacerlo, cuántas fiestas? La voz de mi abuelo suena en mi cabeza y me detengo de golpe. Su imagen aparece ante mí, ambos solos en la sala con mis padres a lo lejos, y aunque sé que solo es mi imaginación, lo siento tan real que su presencia me duele.
Da una vuelta a mi alrededor y luego se coloca a mi espalda, agarrando mi cuello con fuerza para que siga mirando a mis padres.
—¿Sabes por qué os dejan a tí y tú prometido mantener relaciones antes de casaros?— sonríe ante su pregunta y me estremezco entre sus dedos. Me acerca a él con brusquedad para susurrar en mi oído—: Porque así pueden vivir lo que se les tenía prohibido. A través de vosotros, a través de su hija.
—No es verdad— sollozo intentando alejarme pero su agarre se vuelve más fuerte.
—Mírales, Ashley— exclama empujando mi cabeza hacia delante haciendo que camine un poco—. Mira cómo se desean. Mira cómo llevaban haciéndolo desde la primera vez que se vieron— vuelve a acercarse a mi oído y siento su risa en mi interior—. Igual que vosotros.
Ahogo un sollozo cuando la disculpa de alguien por haber chocado conmigo mientras bailaba me devuelve a la realidad.
Parece que nadie, ni siquiera mis padres o Eric, se ha dado cuenta de mi corta pesadilla.
Respiro hondo y salgo al exterior yo sola, apretando con fuerza la barandilla y cerrando los ojos. Me siento en ella tras unos segundos apoyando la espalda en una columna.
"No estoy bien". Pienso queriendo gritarlo para que todo el mundo me haga caso. Para que vean, de nuevo, como su futura Reina se desmorona ante algo que nunca podrá ser real.
Aprieto los puños contra mi regazo y dejo de respirar hasta que los pulmones me duelen, soltando el aire de golpe.
—Cariño.
Me giro hacia la voz. Mis padres están a unos metros, borrosos a causa de mis lágrimas. Se acercan despacio y me bajan con cuidado para abrazarme. Sollozo entre ellos, lloro hasta quedarme sin aliento y luego solo me acurruco, dejando que mi respiración se vuelva más lenta hasta casi quedarme dormida.
—Os quiero— digo apretándoles contra mí.
Mi madre besa mi cabeza y mi padre acaricia mi cabello con suavidad.
—Y nosotros a tí, mi niña— susurra éste último.
—Solo quería estar con vosotros, ser felices como cuando era pequeña— vuelvo a hablar aunque apenas consciente de mis palabras— Eso es lo único que quiero para siempre.
Me retuerzo un poco para conseguir estirar mi brazo hasta el bordeado en la manga del vestido de mi madre y jugar con él entre mis dedos, sonriendo cuando consigo encajarlo entre ellos.
Vuelvo a ser pequeña en brazos de ambos, que me siguen sosteniendo con cariño. Un bostezo que suena como un gato sale de mi garganta y me acurruco de nuevo en el pecho de mi madre para dormir.
—¿Se encuentra bien?— la voz de Eric interrumpe mis sueños pero mantengo los ojos cerrados.
Le escucho acercarse y acuclillarse ante mí, acariciando mi mejilla con suavidad.
—Solo está cansada— contesta mi madre sonriendo.
Eric respira profundo y pasa la mano por mi cabello, la cual consigo alcanzar haciendo que permanezca sobre él. Siento a todos sonreír por mi gesto y llevo su mano hasta mi pecho para abrazarla.
Abro los ojos y se aproxima hasta pegar su nariz a la mía. Mis padres me liberan de su agarre para dejar que sea Eric quién me abrace.
—Quiero volver a bailar— susurro apoyándome en su pecho.
Eric nos levanta y me alza del suelo para que mis ojos queden a la altura de los suyos.
—¿Me prometes que luego irás a dormir?— pregunta bajito casi sobre mis labios.
Le beso un instante y asiento despacio.
Entramos los cuatro juntos y mis padres regresan donde estaban dejándonos solos a Eric y a mí.
Esperamos a que la pieza termine y avanzamos de nuevo hacia el centro de la sala siendo solo conscientes del otro. La música vuelve a sonar y dejo que invada por completo mi ser.
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A Princess' Tale (Reales II)
Romance*Historia sin corregir* Una Princesa que teme serlo y un amor esperado por años. Solo hay dos cosas que preocupen a Ashley a sus 18 años: el momento de ascender al Trono y encontrar un amor tan puro como el de sus padres; siendo éste último su más a...