Bailamos un par de veces con todos los ojos puestos en nosotros.
Cuando la última nota suena, Eric se arrodilla frente a mí sacando el mismo anillo de hace tan solo unos días.
Ninguno dice nada pero sé que con nuestras miradas damos a entender lo que está ocurriendo. La pequeña joya se desliza por mi dedo y no tardo en besarle al ver que se incorpora.
-Te quiero- dice apretándome más contra él.
-Estamos prometidos- susurro entre lágrimas de felicidad.
Eric sonríe y deja otro beso en mis labios.
-Estamos prometidos- repite
y se coloca de nuevo para volver a bailar.
Mientras avanzamos por la estancia me permito observar a mis padres; mi padre nos mira sonriendo y mi madre, preocupada. Éste última me hace desviar la mía al anillo y por un instante un nudo se forma en mi garganta.
Apoyo la cabeza en el pecho de Eric y sollozo en silencio, ocultando mi cara entre mis mechones de pelo.
-¿Y si vamos a dar un paseo?- pregunta en mi oído segundos después.
No le miro pero asiento despacio.
Me escondo en él mientras avanzamos hacia el exterior y aún permanezco a su lado cuando llegamos afuera.
-Lo siento- sollozo abrazándole con fuerza.
Permanece en silencio y bajamos las escaleras para acceder a los jardines.
Sonrío al pisar la hierba y no tardo en quitarme los zapatos para sentirla bajo mis pies.
Eric los coge del suelo y se acerca para besarme.
-Te echo una carrera- le digo rozando nuestras narices.
No espero a que conteste y empiezo a correr hacia la oscuridad, sabiendo que me sigue a unos metros.
Me adelanta segundos después y se detiene para dejar que le alcance. O eso creo ya que se gira hacía mí para volver a besarme.
-Será mejor que te calces si no quieres enfermar de nuevo- susurra sonriendo y dejando caer los zapatos junto a mí.
Hago una mueca y Eric señala un banco para que nos sentemos. Ruedo los ojos sonriendo antes de avanzar hacia él.
Nos sentamos y vuelvo a ponerme los zapatos mientras Eric me mira sin dejar de sonreír.
-Ya está, papá- digo incorporándome y haciendo que se ría.
Me recuesto en su pecho y empieza a acariciar mi brazo con suavidad, dejando pequeños besos en mi cabeza.
-Me gusta estar así- susurro cogiendo su mano y acercándola para besarla, haciendo lo mismo con él segundos después.
Le miro y acaricio su mejilla.
-Te quiero, Eric- digo apoyándome de nuevo en su pecho- Y no dejaré que el enfrentamiento entre nuestros padres nos separe.
-Ojalá mi padre no tuviese tanta ansía de poder- dice separándose para mirarme- Así podríamos casarnos sin que tu madre tuviese miedo de mí.
Sonrío un poco y desvío la vista a nuestras manos.
-Sé que quiere protegerme- respiro hondo y cierro los ojos-. Pero ya no soy una niña pequeña y puedo cuidarme sola.
Eric se levanta y hace que lo haga también, acercándome a él de nuevo.
-Deberíamos volver a la fiesta- dice sonriendo cerca de mis labios.
Nos besamos con fuerza por unos segundos antes de retroceder sobre nuestros pasos.
El calor de la estancia me reconforta al pasar y suspiro aliviada.
—Ven— le digo a Eric sonriendo mientras agarro su mano y tiro de él alejándonos de la multitud.
Nos detenemos en el desvío de uno de los pasillos, su espalda pegada a la pared, y nos miramos por unos segundos antes de juntar de nuevo nuestros labios.
—¿Le gustaría repetir un baile conmigo, Alteza?— pregunta sonriendo aún con las narices pegadas.
Dejo un corto beso sobre él y asiento tomando sus manos.
Regresamos al salón de baile y la gente se detiene a vernos. Los nervios vuelven a mí y aprieto la mano de Eric, paralizándome.
—Tranquila— susurra en mi oído y besa mi cabeza con cariño—. Recuerda la vez que bailamos en tu habitación. Estamos tú y yo solos. Sin nadie alrededor.
Cierro los ojos intentado que la escena venga a mi mente y, una vez la visualizo, sonrío avanzando de nuevo.
Nos colocamos esperando que la música empiece, moviéndonos al unísono con ella.
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A Princess' Tale (Reales II)
Romance*Historia sin corregir* Una Princesa que teme serlo y un amor esperado por años. Solo hay dos cosas que preocupen a Ashley a sus 18 años: el momento de ascender al Trono y encontrar un amor tan puro como el de sus padres; siendo éste último su más a...