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Me despierto sudando en mitad de la noche. A mi lado no siento ningún calor y me incorporo despacio en busca de Eric.
Los nervios se apoderan de mí al no encontrarle en la habitación y me levanto para inspeccionar el Castillo y esperar dar con él en alguna parte.
Mientras camino aún sintiéndome un poco mareada, unas voces a lo lejos llaman mi atención y, a medida que me acerco a ellas, compruebo que se trata de mis padres.
-No debería comportarse así- escucho decir a mi madre- No es propio de...
-¿Una Princesa?- termina mi padre por ella.
Ésta le mira y frunce el ceño antes de sentarse en la cama apoyando los codos en sus rodillas y la cabeza en sus manos.
Mi padre se acerca a ella y la abraza.
-Sé que dijimos de esperar a que sea lo bastante madura para empezar a educarla en sus deberes al Trono, pero...- respira hondo y se recuesta hacia atrás.
-Temes que no esté preparada cuando llegue su momento y no sepa cómo actuar frente al pueblo, ¿verdad?
Mi madre le mira y asiente.
-Quizás sea momento de que deje de jugar y empiece a aprender lo que debe ser.
Abro los ojos de golpe y me tranquilizo un poco al saber que sólo ha sido un sueño. Me giro para buscar a Eric pero, igual que en él, no está a mi lado.
Escucho ruidos en el balcón y no tengo que pensar mucho para saber que está fuera, por lo que me levanto y avanzo hacia allí.
-Hola- digo al llegar a su lado.
Eric levanta la cabeza y me mira desde abajo, sentado en el suelo. Sonríe y me invita a hacer lo mismo.
-¿No puedes dormir?- pregunta mientras me apoyo en su hombro.
Suspiro pero permanezco callada, no quiero darle más importancia de la que merece a lo que sucede en mi cabeza por las noches.
Le miro y me acerco para besarle con suavidad. Ambos sonreímos y nos dejamos llevar hasta que sabemos que ha sido suficiente, que no podemos ir más allá o lo lamentaremos más pronto que tarde.
Me apoyo en su pecho y empieza a acariciarme la espalda con suavidad, haciendo que cierre los ojos y empiece a quedarme dormida de nuevo; pero ésta vez no puedo. No cuando sé que tiene algo que decirme, así que me incorporo y le miro esperando que lo haga.
-¿No podemos estar así un rato más?- pregunta acariciando mi mejilla.
Aunque me hace sonreír y querer besarle de nuevo, niego y me siento otra vez a su lado.
Eric suspira y me mira con seriedad, tomando mis manos y apretándolas con menos fuerza de la que sé que querría ejercer.
-He decidido...- hace una pausa y cierra los ojos buscando quizá las palabras correctas. Los abre segundos después y observo que están húmedos.
-Para- le digo poniendo un dedo en sus labios. Me mira sin entender y le abrazo con fuerza- No está bien que me lo digas si vas a hacerte daño.
Nos separamos segundos después y bajo la vista a mis manos.
-Siento haberte obligado- suspiro y me encojo un poco- Solo no quería que se tratase de mí por una vez.
Hago ademán de levantarme pero Eric agarra mi muñeca y tira de ella para pegarme de nuevo a él, abrazándome con fuerza pero a la vez con suavidad.
-Promete que no te enfadarás cuando te lo diga.
Me separo y le miro con una pequeña sonrisa.
-Claro que no, ni aunque se trate de la cosa más horrible del mundo. No podría enfadarme nunca contigo, Eric.
Sonríe y besa mis manos.
-He abdicado de mi lugar al Trono- habla de forma pesada, como si las palabras se hubiesen negado a salir y hubiese tenido que hacer una fuerza enorme para conseguir liberarlas.
Me apoyo en la pared y la cabeza en mis rodillas, permaneciendo así por unos segundos.
-¿Y qué vas a hacer ahora?- pregunto mirándole de nuevo. No se ha movido ni un centímetro de donde estaba.
-Había pensado que tal vez podría quedarme aquí- dice encogiéndose sobre sí mismo- Si tus padres lo aceptan, claro.
-Te costará convencerles- sonrío acercándome a él y envolviendo su cuello entre mis brazos- Sobre todo a mi madre, pero quizás mi padre pueda hacerla entrar en razón y que te acepte como nuestro invitado permanente.
Eric levanta la cabeza sonriendo y vuelve a abrazarme con fuerza.
-Te quiero muchísimo- susurra en mi oído y beso su mejilla sonriendo.
-Yo a tí también, mi Príncipe.
Nos miramos de nuevo y fundimos nuestros labios en un beso que no termina hasta que la luna se esconde del sol.




A Princess' Tale (Reales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora