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-No, hoy no vais a sentaros juntos- dice mi abuelo mirándonos a Eric y a mí cuando ponemos la mano en nuestras respectivas sillas.
Observo a mis padres y ésta suspira cansada.
-¿Qué pasa, papá?- pregunta absolutamente seria, más de lo que nunca la he visto estar.
Él la mira de la misma forma.
-Veo que no tenéis intención de reprenderla por su comportamiento, así que lo haré yo- vuelve a mirarnos y sonríe-. Hasta que no estéis casados, Eric y tú permanecesreís alejados el uno del otro. Así evitaremos que sigáis...
-Tú no puedes hacer eso- contesto acercándome.
Mi abuelo ríe mirándome.
-Y tú no puedes impedírmelo, Princesa- Suelta de nuevo una carcajada y aprieto los puños con fuerza-. Recuerda que aunque tu madre sea la Reina ahora sigo teniendo más poder que ella y puedo...
No soy consciente de que mi mano golpea su mejilla hasta que escucho a mi madre llamar mi atención.
La miro y sé que está enfadada, aunque no sé con cuál de los dos.
-Niña malcriada- gruñe mi abuelo levantándose de golpe y agarrándome de las muñecas-. ¡No tienes derecho a golpearme, ¿entiendes?! ¡No tienes derecho a contradecirme y tampoco lo tienes a darme órdenes!
Con cada palabra que dice me zarandea con fuerza y las lágrimas no tardan en resbalar por mis mejillas.
Intento zafarme del agarre pero solo consigo tropezar con mis pies y caer al suelo.
Otra silla es arrastrada y alguien corre hacia mí.
-Cariño, ¿estás bien?- pregunta mi padre ayudando a levantarme.
Asiento sin mirarle y me apoyo en su pecho.
-Ésto es culpa tuya, campesino- dice mi abuelo acercándose a él-. Tu hija ha sacado de tí esos deseos de lujuria constantes hacia un miembro de la realeza- vuelve a reír y me mira por un segundo, haciendo que me esconda en mi padre-. Me gustaría saber cuántas veces mi hija y tú consumásteis vuestro amor antes de estar casados y me asombra que Ashley naciera una vez ya estabais gobernando.
Mi padre me abraza con fuerza y se gira para dejarme a su espalda.
-Sabes perfectamente que Emily y yo no hicimos nada indebido hasta ya estar casados, así que deja de mentir delante de mis hijos y de llamarme campesino- da un paso al frente y alza la cabeza-. Ahora soy el Rey y merezco el mismo respeto que tú.
Ambos se acercan al otro mirándose con rabia.
-¡Basta ya!- grita mi madre levantándose- ¡No sé cómo lo hacéis para siempre arruinar éstos momentos en familia, pero os exijo que dejéis estar vuestras discursiones al menos hasta que pase el cumpleaños de Ashley! ¡No es justo para ella vernos así cada año y hacer como que nada ha pasado!
Todos me miran y yo me encojo un poco.
-Pero si todo es culpa suya- escucho decir molesto a mi hermano.
-No empieces tú también, Jared, por favor- susurra mi madre sentándose mientras suspira.
El niño rueda los ojos y se centra de nuevo en su plato.
-Bien- carraspea ella mirándonos a las tres personas de pie-. Ahora sigamos desayunando.
Mi padre se acerca de nuevo a mí y agarra mi mano para volver a nuestros asientos.

Camino abrazada a Eric por los jardines cuando en un momento nos detenemos perdiéndonos en los ojos del otro.
Entrelaza nuestras manos y nuestros labios se juntan por unos segundos, abrazándome a él con fuerza después.
-Te quiero, Eric- sonrío y vuelvo a besarle con suavidad.
-Amor- susurra sin separarnos pegándome más a su cuerpo.
Me aferro con fuerza antes de que empiece a avanzar y pegue mi espalda a la corteza de un árbol.
Se detiene mirándome por unos segundos y, sabiendo que estamos lo bastante alejados de todos, volvemos a unirnos para dejar que la pasión se haga presente en nosotros.







A Princess' Tale (Reales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora