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⁂ 𝐂𝐇𝐑𝐈𝐒𝐓𝐈𝐍𝐄 𝐑𝐎𝐌𝐁𝐋𝐄𝐘 𝐀𝐂𝐀𝐁𝐀𝐁𝐀 de recibir su carta de Hogwarts a la edad de once años. Los cuales los cumplió en noviembre 21. Pero no fue hasta el verano del año siguiente en el que ella se enteró de que contaba con magia. Sus padres, ambos eran muggles, entonces ella jamás supo de lo que era la magia. Ni siquiera podía creer que era cierto. Pero claro que le emocionaba la idea de la emoción.
Lo que mas quería Christine en la vida, era alejarse de sus padres. ¿Por qué? su madre y su padre estaban apenas este año divorciándose y eso no hizo para nada fácil los años de la pequeña Christine. En especial porque su madre empezó a hacerse alcohólica y su padre empezó a salir con varias mujeres jóvenes con intensión de alejarse cada vez mas de su familia. Ella pensó: "esos son problemas de adultos, nada de eso debería afectar en el cariño que ellos me tienen". Pero vaya que se equivocó. Sus padres, cada día que pasaba, le demostraban como en efecto no les importaba en lo absoluto lo que le pasara a su hija. A decir verdad... era bastante notorio como en efecto no la querían del todo.
Pero eso es lo mas difícil de creer de todo. Y es que Christine Rombley era... especial. De alguna manera, todo mundo la notaba. Todos los vecinos siempre fueron atentos con ella, y cada uno de ellos la querían como una hija. Todo adulto la adoraba pero había un problema, y ese era el que Christine no contaba con ningún amigo. A menos de que su peluche de oso cuente.
Era difícil hacer amigos a esa edad... al menos eso ella pensaba. Pero es que siempre que intentaba hablar con niñas de su vecindario, estas la evitaban. Y si había niños, nunca faltaba el que intentaba besarla. Entonces de ninguna manera, se sentía a gusto.
Pero había algo que cada una de las personas a su alrededor sabían. Que Christine Rombley tenía una belleza inexplicable. Para su corta edad, ya le habían llamado para trece comerciales diferentes y para el protagonismo en una serie de televisión de poca producción. Lo único que si aceptó fue en ser la cara de una marca de cepillos de dientes y solo aceptó porque le prometieron regalarle varios cepillos de distintos colores con brillos.
Y el día de hoy, 1 de septiembre de 1971, Christine estaba mas que lista para dejar afuera su terrible vida a un lado de sus padres. Claro que se preparó y compró todos sus útiles porque en lo único en lo que la podían apoyar siempre sus padres, era en lo económico. También llevaba su mascota la cual era un sapo. Creyó ella que era algo asqueroso pero después se sintió mal de hacerle el feo a la mascota, y terminó aceptándola. Y amándola. Lo llamó Ringo Starr.
Ella entró por la plataforma 9 3/4 al ver a otros chicos atravesar y se sorprendió al ver que desde el primer momento, ya había magia. Pero le encantaba.
- hey hola ¿saben si ya es hora de abordar? - Christine se animó a preguntarle a una niña de cabello pelirrojo la cual estaba justo en la entrada del expreso, con otro niño de piel pálida y cabello negro oscuro. - o si debo esperar un permiso...
- si claro, ya puedes subir. - la tierna y dulce niña de ojos verdes y cabello rojizo le dice. - ¿también eres hija de muggles verdad?
- ¿muggles? - pregunta Christine, ya que nunca había escuchado esa expresión en su vida.
- si, eso lo confirma. - el niño pálido y odioso dice al ponerle los ojos en blanco y tomando de la mano de su amiga para ambos subir al expreso. Christine decide seguirlos. - ¿qué? ¿vas a entrar con nosotros?
- si me dejan, si.
- creo que esta lleno donde vamos. - era una gran mentira, aun no encontraban lugar. Pero Christine ante todo era orgullosa, ya estaba acostumbrada gracias a sus padres.
- de acuerdo, gracias. - y ella se voltea para seguir buscando de un lugar. Al menos ahora sabe lo que significa la palabra muggle.
En cuando ella entra a un cubículo para ver si había espacio, notó que ahí ya se encontraban tres niños.
Sirius Black es el primero en notarla. ¿Y como no iba a hacerlo? Era la niña mas bonita que sus ojos habían visto hasta ahora. Al menos eso pensó el al verla. Y le sonrió de inmediato. Lo que mas le llamó la atención de ella, eran sus ojos color azul. Parecían verdes... pero no, el literalmente los estuvo analizando por segundos y cayó en la conclusión de que eran azules. Sirius solo había convivido con sus odiosas primas Bellatrix y Narcissa. Y claro, la linda y amable Andromeda. Pero era claro que puesto a que esta era la primera niña que veía y que no era su prima, el quedó deslumbrado.
Peter Pettigrew estaba mas ocupado pensando en que momento el carrito con golosinas iba a pasar. Pues, le habían contado que pasaba en cada expreso. Pero tampoco era ciego, era claro que la niña bonita llamó su atención y lo hizo ponerse nervioso. Ya que Peter jamás le había dirigido la palabra a una niña que no fuese para molestarla. Así que tan solo se sonroja y sigue acomodando sus cosas en su mochila.
Y por ultimo estaba James Potter, quien anteriormente ya había notado a la niña pelirroja de nombre Lily Evans, y ya había jurado y perjurado que esa niña era el amor de su vida. Sigue pensando eso, pero claro que tampoco iba a negar el hecho de que en efecto, Christine era preciosa.
Todo mundo lo sabía.
- ¿buscas donde sentarte? - Sirius es el único en animarse a hablarle y ella asiente con la cabeza. - tenemos espacio.
- no vamos a sentarnos con una niña. - Peter le susurra pero Christine escucha. - creo que queda un espacio todavía mas adelante.
- no hay problema si te quieres sentar aquí. - James Potter ahora es quien se anima a hablar y se acomoda las gafas para poder ver con mas determinación a la chica.
- pues... su amigo no quiere que me siente aquí. - dice algo apenada. - si no quieren, no pasa nada. De igual manera puedo conseguir un mejor lugar.
- como veas. - pero lo que diferenciaba a Sirius de Christine es que el tenía aun mas orgullo. Y al ver que ella no quizo tan fácil estar ahí, se voltea disgustado y finge que no le importa en lo absoluto.
- fue un placer conocerlos. - dijo ella sarcásticamente.
- ¿en serio? - James pregunta con emoción.
- no. - y ella les levanta su dedo en forma de ofensa. Si bueno, digamos que ella no estaba del mejor humor al ver que de nuevo, no le fue nada fácil hacer amigos.
Terminó yendo al ultimo de los cubículos, el que se encontraba literalmente hasta el fondo y entró. No le importó el que ya estuviera ahí un niño.
- voy a dormirme, tranquilo, no pienso molestarte. - ella dice a la defensiva antes de que también el la saque del cubículo. Pero el chico no dice nada, tan solo la mira.
Remus Lupin fue el ultimo de los merodeadores en conocerla pero también el primero en en enamorarse ciegamente de ella. Se puso tan nervioso de tener a una niña tan bonita a su lado que se hizo dos pasos atrás. Christine pensó que era porque no la quería ahí y tan solo se voltea disgustada para darle la espalda. Pero Remus no dejaba de pensar en lo mucho que le llamaba la atención ella. Sonríe para el mismo y regresa a su libro.
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Enchanted - Marauders era
RandomChristine se había ganado una fama en el colegio de Hogwarts la cual no le hacia para nada fácil sus días ahí. Pero siempre contó con el apoyo de sus mejores amigos James, Remus, Peter y Sirius. El problema empieza cuando los cuatro de ellos empiez...