Christine se había ganado una fama en el colegio de Hogwarts la cual no le hacia para nada fácil sus días ahí. Pero siempre contó con el apoyo de sus mejores amigos James, Remus, Peter y Sirius.
El problema empieza cuando los cuatro de ellos empiez...
Estuve pensando mucho tiempo en el beso con James. Principalmente porque Lily no dejaba de recordármelo. Tan solo me levanté al día siguiente y ella ya estaba haciéndome caras. No le di importancia y me bajé en pijamas a la sala común para empezar a leer de mi nuevo libro de terror. Los cuales, se habían convertido en mi mas grande obsesión. Este en especifico tendría que ser mi mas importante en el momento. ¿Por qué? porque lo conseguí en casa de mi abuelo, cuando fuimos a recoger algunas cosas después de su muerte. Y si a el le gustó tanto como para tener unas cinco copias diferentes, entonces a mi también me tiene que gustar.
Estando bajando las escaleras y con mi libro en las manos, tan solo veo los pies de James debajo y volteo a verlo.
- ¿qué estas leyendo? - no podía entenderlo pero me sentía algo... nerviosa. Es un sentimiento nuevo, uno el cual jamas había sentido por un chico. Al menos no del todo. Mucho menos por uno que es como mi hermano.
- El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. - James me mira con confusión en cuanto digo eso. - esta muy interesante.
- Chris, lamento mucho lo que sucedió ayer. - claro, el beso. Sabía que eventualmente iba a salir el tema pero no sabía como. Y a decir verdad... no esperaba el que fuera a decirme eso.
- ¿lo lamentas? - es por eso que lo pregunté. Tenía que asegurarme de que el genuinamente no quería hacerlo.
- si bueno um... ¿tu no? - no lo sé, en verdad no lo sé.
- por supuesto. - fue lo primero que se me ocurrió decir. - en especial porque sigue en plan eso de lograr tener a tu esposa soñada ¿no? - le dije mientras le daba un codazo y ambos volteamos a ver a Lily, quien venía bajando las escaleras pero ella ya en su uniforme.
- si claro, por eso. - el dice mientras sonríe. - aparte que esto arruinaría nuestra amistad.
- cierto. - dije y tan solo nos miramos incómodamente. Pero gracias a todos los cielos, llegó Sirius para quitar lo incomodo.
- como siempre aun en pijama. - dice mientras me da un abrazo. - ¿dónde estuviste anoche? no te vi bastante tiempo. - fue una pregunta incomoda porque fue inevitable no voltear a ver a James, y se que el también se puso incomodo, tanto que se fue.