Capítulo 50

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Abrí los ojos rápidamente, mi respiración era agitada, no sabía dónde estaba y veía borroso.

-Hasta que despiertas -me llamó la atención la voz del elemental -me sorprende que no lo hayas hecho antes con todo el ruido que hacen tus amigos.

-¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? ¿Qué me hizo? -pregunté rápido algo desesperado.

Al final esa era realmente una ilusión...

Me llegó un sentimiento de soledad bastante profundo.

-Colapsaste del estrés -respondió la mancha poniendo algo en la mesa.

El cuarto olía igual al hospital de Konoha.

-Pensé que eras un líder, siendo que a tan corta edad fuiste escogido para guíar una aldea... -suspiró -que decepción.

-Yo soy Hokage -dije débilmente, ni yo me la creo.

-¿Tan malos son los "hokages" que no tienen la capacidad de perdonar? -cuestionó.

-¿Perdonar?

-No tienes toda la información, es casi imposible tenerla ya que varias versiones están en un cuarto de observación, pero aún así te culpas solo por nacer -la mancha se puso en frente mío -nadie puede elegir de dónde viene, pero sí quién quiere ser. Sé que tú cultura, nuestra cultura, dice que debe existir un medio, pero esto no tiende a pasar naturalmente. Son muy pocas veces en las que de manera natural se consigue un punto medio perfecto, ya que nada ni nadie es perfecto, tal perfección depende del cristal por el que se mire.

-Pero... Toda esa gente muerta...

-La muerte es lo que le da sentido a la vida, el saber que se va a acabar es lo que nos hace apreciarla -declaró -esas personas decidieron morir ya que no lograban aceptar una vida, por lo que se les arrebató la suya.

-Usted es muy sabio -comenté sin pensar -mi mamá Mika solía decir...

-"Más sabe el diablo por viejo que por diablo" -repitió conmigo.

-Sí, es un dicho bastante conocido en nuestra cultura -mencionó soltando una pequeña risa.

-Uno que no entendí es el de que Naruto es un salmón -le conté -¿A qué se refiere?

-Mi padre me lo contó, tampoco lo entendí a la primera. Como dije, ese chico está dispuesto a luchar contra todo, y todos, sus conocidos deben admirar eso, pero lo que no ven es el hecho que cada una de esas batallas está desgastando su ser, debe elegir las peleas que valen el desgastarse -explicó.

-¿Las que valen la pena?

-Pelear por algo que realmente no va a generar ningún cambio en tu vida o en la de una persona que quieres no valen la pena, son situaciones que no tienen un beneficio y solo deterioran tu cuerpo y alma.

-Eso suena como otra de las frases que decían mis mamás, intenté usarlas una vez... Pero no me salió bien -mencioné recordando mi encuentro con tía Nade.

-Pasa cuando no sabes realmente el significado de la frase, las palabras tienen poder, pero ese poder se pierde al emplearlas mal -se río -por cierto, los lentes te los tienes que quitar para dormir -me pasó lo que sentía como una caja.

Lavé mis manos, las saqué bien y los volví a poner.

Se me hacía raro no escuchar esa voz en mi cabeza.

-Te preparé un medicamento para que la vayas escuchando menos -me informó como si leyera mi mente.

Dejó unas pastillas al lado de mi cama.

-¡Ya no aguanto más! -se escuchó un grito de Naru seguido por una patada que destrozó la puerta.

Todos entraron detrás de él y Jiraiya le dió un golpe en la cabeza.

-Tn, ¡¿Te encuentras bien?! ¡¿Qué fue todo eso?! -cuestionó gritando mientras me sacudía.

-Déjalo en paz, fastidioso -pidió Shika.

-El Hokage parece no sentirse bien, lo mejor es que descance -interrumpió Neji -haciendo una seña rara.

-Aproveché para curar tus otras heridas, ya solo quedan las cicatrices -este momento sentí el verdadero terror.

Toqué mi cuello solo para sentir como la bata estaba desde la clavícula y no había en los brazos.

Todos me miraron y puede apreciar cómo sus caras cambiaban a unas de terror.

-¡¿Quién te hizo eso?! -exclamó Lee.

-¡Fue el mounstro! -respondió apuradamente Naruto -también mató a muchas más personas.

-Y cuando vimos la sala en la que estaban los cuerpos pareció ver a un fantasma -agregó Chōji comiendo.

-¡¿Dónde encontramos a ese mounstro?! ¡Va a conocer la llama de mi juventud! -mientras Lee decía eso, Shikamaru se posicionó al lado mío.

-¡Silencio! -grité.

Ahora tenía su atención.

-El mounstro soy yo -admití bajando la cabeza.

-Eso dijiste antes, pero...

-Esas personas... Yo las maté -hubo un silencio -no fuí yo quien las dejó así, pero fue por mi culpa, si me hubiera entregado o me hubieran matado estarían vivos -lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.

Sentí un golpe en la cabeza y al ver arriba era el viejo.

-Escucha pequeño mocoso... ¡Nada de todo lo que pudo o no pudo haber pasado es tu culpa! -su cara se veía sería y su voz era firme -¿Tu crees que nadie más ha pensado eso? Si sigues vivo solo tienes que aprovecharlo y vivir, todo lo que pudo ser ya pasó. Está es tu realidad y solo debes vivirla.

No sabía que Jiraiya podía decir algo tan profundo.

-Todos estamos para apoyarte -se unió Naruto dándome un abrazo.

-¿Fuiste tú quién hizo esos cortes? -preguntó con el seño fruncido el de ojos más claros.

-No, estos fueron... -Shika puso su mano en mi pelo en señal de apoyo. Respiré profundo -...fueron después de que se fueron de la aldea bajo la arena. Me capturaron.

-¿Son tan malos como para torturar a un niño? -preguntó incrédulo Lee. Es la primera vez que no es energético.

-Ahí estaba mi tío y él... -lágrimas volvieron a brotar, pero más rápido -llevó gente a "aprovechar que estaba ahí".

Todos tenían una cara de horror que me hizo incomodar, bueno, excepto Naruto que solo se veía confundido. Esto hasta que Jiraiya le susurró algo y saltó a abrazarme.

Todos los chicos lo siguieron en esto y extrañamente no volvió ese pensamiento de que me iban a hacer algo.

-¡Debemos encontrarlo y hacer que pague! -exclamó el honguito después de separarse.

De cierto modo también quería que pagara, que pagaran todos ellos, pero al mismo tiempo me sentía culpable por eso.

Es porque no estaban equivocados.

Una luz de esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora