Capítulo 66

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Me desperté gracias a un portazo. No fuí el único, ya que los niños comenzaron a llorar descontrolados.

Posicioné los lentes de contacto de vuela a su lugar como pude, pero justo cuando iba a preguntar el motivo de su desesperación recibí un grito de respuesta.

-¡Namika está dando a luz! -ante esas simples palabras salí corriendo a la puerta.

-¡Por favor cuídalos un segundo! -pedí saliendo del cuarto.

¡Ya es la hora!

¡Seremos abuelos! Pero Akamaru no está aquí, ni Kiba para acompañarnos. Eso no se los perdonaré.

Los mandamos a una misión, se supone que los tendría la próxima semana, no los podemos culpar.

Escuché el comunicador sonar, hice lo que se me había indicado.

-¡Ya me enteré! Estamos de camino, tardaré lo menos posible -se escuchó la voz de Hirashi.

-Yo me acabo de enterar, ¿Cómo te enteraste tú? -cuestioné esquivando a la gente por los pasillos.

-Mira me dijo, pero ni idea de cómo se enteró ella -respondió -¿Cómo te enteraste? -escuché que decía hacia un lado -no me quiso decir -su voz tomó un tono desanimado.

-Voy entrando, hablamos cuando lleguen -presioné el botón rojo y abrí la puerta de la que se escuchaba a la loba.

-¿Alguien tiene algo para calmarla? -gritó tía Nade.

Me acerqué y comencé a acariciarla debajo de su mandíbula.

-Estoy aquí, solo debes respirar profundo -lo último nos lo dije a los dos.

-¡¿Qué haces...?! Aquí... -parece que dejó de molestarse cuando Nami se calmó -deberías estar con los niños.

-Shizune se quedó con ellos -le informé abrazando a mi pequeña (no tan pequeña) en apuros.

Nadie en el cuarto pronunció otra palabra, todos se movieron como un reloj tratando de que todo saliera bien.

Su labor de parto duró poco menos de una hora y por fin Namika estaba más relajada.

Los cachorros estaban siendo limpiados, eso ponía nerviosa a mi pequeña.

-Ya van a volver pronto, no te preocupes -traté de tranquilizarla.

Tal como dije, al poco tiempo volvieron, eran 6 hermosos cachorritos híbridos en todos los aspectos.

Habían dos que se parecían a Nami, mientras que uno se parecía a Akamaru y los otros tres tenía el diseño de pelaje de ambos mezclados.

-Necesitamos sus nombres para hacer sus collares -rayos, no lo había pensado...

Algún nombre...

Nombres...

¡¿Por qué Kiba no me ayuda con esto?! Debería estar aquí para el nacimiento de nuestros nietos.

Lo mandaste a una misión... Me lo dejaste en claro antes.

Igual.

-¿Señor? -me volvió a llamar la atención uno del grupo especialista.

-Sí... Mianya, Prion, Belma, Lina, Cameron y Félix -dije los primeros que pensé.

-Muy bien -se limitó a decir la cabecilla del grupo antes que se retiraran dejando a los cachorros con nosotros.

Todos de inmediato se pusieron a tomar leche de su mamá mientras la cabeza de esta se posaba en mis piernas aceptando las caricias que le daba.

-Han pasado tantas cosas... Hace menos de un año solo éramos nosotros dos, pero ahora tienes una camada, tenemos amigos, familia y una vida aquí...

Paré de hablar cuando pude sentir agua cayendo en mis pantalones, Namika estaba llorando.

-Hey, está bien -traté de animarla con una sonrisa -más experiencias traen oportunidades nuevas. Ahora tú ayudas a las personas a sentirse mejor y yo trato de mantenerlas a salvo.

Su cabeza se movió acercándome a mí. Hace mucho tiempo que no podía estar así con ella, generalmente llegaba para tener que irme.

-Ya sé, después que descanses podemos llevarte con los niños, seguro les caerás genial -le seguía acariciando.

-Lord Hokage -se acercó un enfermero -necesito hablar con usted.

-¿Sucedió algo malo? Me lo puede decir -no tengo problema con que Namika escuche y parece muy cómoda así.

-Es sobre la niña de ayer... Murió -eso me cayó como un balde de agua fría.

-¿Por qué? No se veía al borde de la muerte ayer... -me comencé a alterar.

-Tenía... Varias hemorragias internas sin tratar, según averiguamos, su madre se las causó. Sin mencionar que estaba muy débil por su mala alimentación, tenía tuberculosis e infecciones en heridas de hace años -informó.

No la pude salvar. ¡Otra persona que murió por mi culpa!

Cada tanto deben recordarte lo inútil que eres.

Pero, pensé... Que con ella había llegado a tiempo. Incluso me alivió haber podido ayudarla antes que fuera tarde.

Pensaste mal.

-Yo... Tengo que volver al trabajo -avisó y se fué.

Lágrimas habían comenzado a rodar sobre mis mejillas. La impotencia se seguía acumulando.

-¿Tn? -entró Sasuke.

Antes de poder dar una escusa se arrodilló y me abrazó la espalda para evitar molestar a los cachorros.

-¿Qué haces...?

-Escuché que ya habían nacido, por lo que vine a verte, ¿Quieres hablar de por lo que estás llorando? -susurró en mi oído.

Sentía que iba a explotar, pero la voz de Hirashi desde el pasillo me devolvió la compostura.

-Perdón, pero es mejor que te alejes -le avisé para separarlo moviendo el piso.

Casi medio segundo después entró Hira con Miraiya siguiéndole.

-¡Que lindos! -se acercó para verlos mejor.

Prion había dejado de tomar leche, por lo que le tomó.

-¿Quiénes son los cachorros más lindos? Ustedes -se respondió.

-¿Namika está muy cansada? -preguntó la chica preocupada.

-Lo normal, acaba de dar a luz a seis cachorros y ahora están tomando leche -me dí a entender lo mejor que pude.

Por suerte no había roto a llorar.

-Cariño, recuerda que Gaara dijo que teníamos que volver lo antes posible -le recordó la chica.

¿"Cariño"?

-¿Están saliendo? -pregunté curioso.

-Sí, perdón por no decirte, ha pasado mucho esta semana, pero como dijo Mira, solo nos dejaron una visita rápida -explicó dejando a Prion para pararse -te contaré cuando esto termine y podamos tomar un café.

-Trato hecho, pero estoy seguro que quien se confesó fue Miraiya -declaré tratando de continuar calmado.

-Yo también me tengo que ir -se paró Sasuke -nos vemos en otra ocasión -se fue.

-¡Nos vemos pronto! -se despidió Hirashi mientras le arrastraban a la puerta.

Cuando estuve solo las lágrimas volvieron a salir.

¿Cuántas personas llevas? ¿600, 700 que han muerto por tu culpa?

Solo... Tengo que volver con los pequeños, Shizune tendrá cosas que hacer.

Una luz de esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora